Francia. Siglo XVIII. La marquesa de Merteuil. El Vizconde de Valmont. Madame de Tourvel. Si unimos todos estos factores lo primero que se nos viene a la cabeza es 'Las amistades peligrosas', ya sea en su versión literaria firmada por Pierre Choderlos de Laclos o en la soberbia adaptación cinematográfica que realizó Stephen Frears de la misma. En ambos casos, nos encontramos ante una de esas historias de romances, traiciones, incendios internos, labios temblorosos, ambición, poder, lujuria, victorias, muertes y derrotas. Vamos, una auténtica fiesta para todos los amantes del género del drama de época.
Con una brillante y detallista dirección de un Frears capaz de sacar hasta la última gota de veneno de su prodigioso material de partida, 'Las amistades peligrosas' se eleva y mantiene en los altares reservados a las mejores películas de la década de los ochenta gracias, sobre todo, a un reparto en permanente estado de gracia. Desde una inconmensurable Glenn Close que debería haber ganado aquí su tan comentado Oscar hasta una maravillosa Michelle Pfeiffer, pasando por el magnetismo perturbador e hipnótico de John Malkovich y la fragilidad fascinante de Uma Thurman, todas las interpretaciones son absolutamente medidas, hipnóticas, abrumadoras en su acercamiento a la perfección. Un auténtico conjunto de recitales.
A todo esto, claro, hay que sumar una historia repleta de giros sorprendentes, personajes espléndidamente perfilados, diálogos de acero e instantes de auténtico vértigo dramático y emocional. En definitiva, 'Las amistades peligrosas' nació siendo algo muy parecido a un clásico contemporáneo y, varias décadas más tarde, no ha hecho más que engrandecer su leyenda. Una película inagotable.
Curiosidades de 'Las amistades peligrosas'
La agenda de Glenn
Aunque ahora nos parezca imposible, y un poco terrorífico, imaginar 'Las amistades peligrosas' sin la abrumadora presencia de Glenn Close y su talento, el equipo de la película tuvo que esperar hasta bien llegada la mitad del rodaje para recibir a la maravillosa actriz. Y es que, hasta ese momento, Close no pudo incorporarse debido a que acababa de dar a luz a su hija. Mereció la pena esperar, sin duda.
Antes de Uma
Antes de que Uma Thurman consiguiera el papel de Cécile de Volanges, entregando así uno de los mejores trabajos de toda su trayectoria profesional, el estudio responsable de 'Las amistades peligrosas' habían barajado el nombre de otras dos actrices para interpretar a este memorable personaje: Drew Barrymore y, nada más y nada menos, que Sarah Jessica Parker. La sensación es que salimos ganando con la elección final.
Hipnosis Natwick
No es complicado imaginar el tremendo entusiasmo y respeto que debe generar el conocer en persona a una actriz tan legendaria como Mildred Natwick ('El hombre tranquilo', 'Descalzos en el parque', 'La legión invencible', 'La isla de los corsarios'). Y el ejemplo más claro lo tenemos en el director Stephen Frears, quien, acompañado por el guionista Christopher Hampton, se reunió con ella para ofrecerle un papel en 'Las amistades peligrosas', quedando tan impactado durante el encuentro que solamente se acordó del motivo del mismo cuando ya se había despedido de ella. Afortunadamente, pudo realizar la propuesta unos días después, obteniendo un sí por parte de Natwick.
Madonna de época
El increíble vestuario de 'Las amistades peligrosas' supuso todo un impacto para Madonna, quien, a modo de homenaje, apareció en la gala de los MTV Video Music Awards de 1990 vestida con uno de los trajes que Glenn Close había utilizado durante el rodaje de la película. Siempre tan sencilla.
Genialidad Close
'Las amistades peligrosas' está repleta de escenas magistrales, pero, sin lugar a dudas, la mejor de todas ellas corresponde al inolvidable último momento protagonizado por Glenn Close con el que se cierra la cinta. Un instante de pura intensidad dramática e interpretativa que surgió cuando el director Stephen Frears le entregó a la actriz una línea de texto que ponía simplemente: "Su alma se podía ver en su rostro". Tras leer estas palabras, Close respondió: "Soy capaz de hacerlo". Y vaya si lo hizo.
Descarte salvador
Una de las escenas de 'Las amistades peligrosas' que se quedaron en la sala de montaje nos presentaba al personaje de Glenn Close frente a la guillotina. Un momento que llegó a rodarse y se descartó en el último momento. Por suerte.
Efecto Pfeiffer
A la hora de escoger a la actriz que interpretara a Madame de Tourvel, los productores de 'Las amistades peligrosas' le exigieron al director de la cinta, Stephen Frears, que contratara a una intérprete joven y guapa, sugiriendo como opción principal a Michelle Pfeiffer. Sin embargo, el cineasta se negó ya que no tenía claro que la actriz encajara con el papel.
Una decisión que solamente varió cuando le dejaron ver que su rechazo a Pfeiffer pondría en peligro la opción de contar con Glenn Close y John Malkovich. Fue entonces cuando Frears aceptó hacerle una prueba, quedando gratamente sorprendido.
El gran Rickman
Durante sus numerosas representaciones teatrales en Londres y Broadway, el papel de Valmont en 'Las amistades peligrosas' estuvo interpretado por el gran y añorado Alan Rickman. Sin embargo, a la hora de plantear el reparto para la adaptación cinematográfica de la obra, Stephen Frears y su equipo decidieron escoger a un actor que tuviera ya cierta fama en Hollywood, lo cual dejaba a Rickman sin ningún tipo de opción. Lo curioso es que, el mismo año en el que se estrenó la película, el intérprete británico terminó haciendo su debut en la industria estadounidense con 'Jungla de cristal'. No está nada mal.
Romance tras las cámaras
Durante el rodaje de 'Las amistades peligrosas', Michelle Pfeiffer y John Malkovich, iniciaron un apasionado romance que el propio actor decidió hacer público. Una historia de amor más allá de las cámaras que provocó, claro, que acabaran sus respectivos matrimonios.
Polémica decisión
Si uno lee 'Las amistades peligrosas' antes de ver su adaptación cinematográfica, es bastante posible que los nombres de Glenn Close y John Malkovich sean de los últimos en aparecer en su mente a la hora de escoger al reparto más adecuado. Y es que, en la novela original, los personajes del Vizconde de Valmont y la Marquesa de Mertuil son descritos como unos jóvenes de unos veinte años con un gran atractivo físico. Digamos que la fidelidad al material literario de partida no fue muy exacta en este caso concreto.
