Una de las eras doradas de la animación americana tuvo lugar durante el rotundo éxito de Hanna-Barbera, de donde nacieron series míticas del siglo XX como 'Tom y Jerry', 'Los Pitufos', 'Scooby-Doo', 'Los Supersónicos' o 'El oso Yogui', por citar algunas. Evidentemente, otro de los nombres que surgen de forma instantánea al hacer mención a dicha productora es el de 'Los Picapiedra'.
Emitida originalmente entre 1960 y 1966, se trataba de una sitcom en la que los protagonistas eran una familia en la Edad de Piedra, donde el anacronismo era presentado como la principal baza de una ficción que quería hacer sátira acerca de las inquietudes de la sociedad del momento. La serie acabo siendo todo un éxito y no fue hasta dos décadas después de su estreno que se empezó a barajar la idea de llevarla más allá y conseguir rodar una adaptación en imagen real de aquellos ya mítico personajes. Estrenada en 1994 y dirigida por Brian Levant, 'Los Picapiedra' acabó siendo uno de los grandes éxitos en taquilla de su año y logró posicionarse como título clave del cine familiar para toda una generación.
Prehistórico placer culpable
Protagonizada por John Goodman, Rick Moranis, Elizabeth Perkins y Rosie O'Donnell, y contando con secundarios de la talla de Elizabeth Taylor, Kyle MacLachlan y Halle Berry, 'Los Picapiedra' logró toda la atención posible desde que se inició su rodaje, el cual implicó toda una serie de situaciones y curiosidades que recopilamos en el presente especial.
Como si de la crónica de una muerte anunciada se tratase, estaba claro que la película podría morir de éxito. Lo genuino de su apartado artístico y el reclamo publicitario que había conseguido, no pudieron hacer frente al tremendo revés que recibió por parte de la crítica y gran parte del público adulto, pues el film acabó resultando un compendio de escenas que parecían estar ahí para rellenar trama con la única intención de hacer negocio a raíz de un mítico éxito televisivo.
Puede que a día de hoy haya quienes la recuerden con nostalgia, pero si algo está claro es que 'Los Picapiedra' será siempre una de esas obras a las que la etiqueta de "placer culpable" le viene como anillo al dedo.
Curiosidades de 'Los Picapiedra'
'Los Picapiedra' de Joel Silver
Era 1985 cuando se empezó a hablar de la adaptación en imagen real de la serie de 'Los Picapiedra', siendo el productor Joel Silver quien se hizo con los derechos con la intención de que el director fuese Richard Donner.
El primer guion, escrito por Steven E. de Souza, fue rechazado. Lo mismo pasó con el segundo, de quien se encargó Mitch Markowitz, y del que Donner dijo que se trataba de algo demasiado intenso y dramático.
Silver, quien había prometido a James Belushi que sería Pedro Picapiedra, le regaló al actor un Mercedes como compensación cuando el proyecto acabó cancelado.
El mejor fan
Uno de los momentos clave en la pre-producción, fue la aparición en escena de Amblin Entertainment, la productora de Steven Spielberg, que compró los derechos para llevar a cabo el proyecto.
Spielberg no se lo pensó dos veces a la hora de escoger director, siendo el afortunado Brian Levant por una sencilla razón: se trataba de un fan incondicional de la serie animada 'Los Picapiedra', quien poseía una colección de miniaturas y réplicas digna de un museo.
Sitcom con esteroides
Pese a que Brian Levant contó con parte del trabajo que había hecho años atrás Steven E. de Souza, optó por crear un equipo de guionistas al que se conoció como Flinstone Eight, y entre los que se encontraban Tom S. Parker y Jim Jennewein (los únicos acreditados junto a Souza).
El director planteó 'Los Picapiedra' como "una sitcom con esteroides", por la que los guionistas Babaloo Mandel y Lowell Ganz se embolsaron cien mil dólares por tan solo dos días de trabajo, lo que demostraba que tanto Amblin como Levant habían decidido tirar la casa por ventana y darlo todo para el bien del proyecto.
El factor Goodman
Después de que James Belushi se quedase sin interpretar a Pedro Picapiedra, con la llegada de Spielberg al proyecto, dejó claro que el papel estaba hecho para John Goodman, quien en un primer momento no estuvo del todo convencido, temiendo que el personaje acabase siendo el más recordado de su carrera.
Una vez aceptó el papel, todo empezó a ir sobre ruedas, ya que parecía que Goodman era el actor perfecto para interpretar al personaje. Antes, se habían barajado nombres como los de John Candy (que moría poco antes de empezar con la producción) o Chevy Chase, Bill Murray y Dan Aykroyd (quienes no fueron escogidos por no ser todo lo corpulentos que el personaje requería).
La importancia de Goodman acabo siendo tan grande, que el actor acabó teniendo una enorme responsabilidad, ya que si abandonaba el proyecto estaba claro que la película no se rodaría con otro que no fuese él, estableciendo incluso un calendario de rodaje que se ajustó al suyo, teniendo que rodar durante el descanso veraniego del rodaje de 'Roseanne'.
El casting
Steven Spielberg quiso que Pablo Mármol fuese Danny DeVito. Sin embargo, el actor no se vio con la capacidad para interpretar al personaje como debía, siendo él mismo quien recomendó a Rick Moranis.
Por lo referente a las dos mujeres protagonistas, fueron varias las actrices que estuvieron sonando para aparecer en la película. Para el papel de Wilma Picapiedra, antes de Elizabeth Perkins habían estado muy alto en las quinielas nombres como los de Geena Davis y Catherine O'Hara. Para el de Betty Mármol, conseguido por Rosie O'Donnell gracias a la perfecta imitación de esta de la risa del personaje animado, se había considerado a Tracey Ullman, Daphne Zuniga y Janine Turner.
Miss Stone
Por aquello de hacer un juego de palabras, para el personaje de Miss Stone se había tenido en cuenta siempre a la misma actriz: Sharon Stone, una de las grandes estrellas del momento.
Sin embargo, y por problemas de agenda, finalmente tuvo que desvincularse del proyecto, iniciándose así la búsqueda de una sustituta. La siguiente en la lista fue Nicole Kidman, quien rechazó la propuesta, y después de haber considerado incluso a la Playmate Anna Nicole Smith, el personaje acabó en manos de Halle Berry.
El apartado artístico
Will Sandell fue contratado como director de arte, llevando a cabo una minuciosa construcción de los decorados con la intención de que estos se pareciesen lo más posible a los de la serie animada.
Tal fue el resultado, que antes de que la película se estrenase la productora decidió abrir las puertas del set de rodaja el público, el cual logró un récord de visitas, empezó a rentabilizar el producto antes de su estreno y sirvió como genuina campaña publicitaria.
Por lo referente al diseño de las criaturas, estas corrieron a cargo de la Jim Henson's Creature Shop, la cual creó más de una veintena de marionetas y animatronics en tres meses, bajo la supervisión de Verner Gresty.
Fichaje estrella
Tras un tiempo retirada de la gran pantalla, Elizabeth Taylor regresó al cine con el que acabaría siendo su último papel, el cual aceptó con la condición de que parte del dinero de las ganancias en taquilla fuese destinado a The Elizabeth Taylor AIDS Foundation.
Teniendo en cuenta la magnitud de lo que suponía su fichaje, el primer día de rodaje Taylor fue recibida con un reloj Cartier, 30 ramos de flores, un frasco de su perfume Passion rediseñado al estilo prehistórico y una bola de bolos con su nombre grabado.
Recepción
El presupuesto de la película había alcanzado los 46 millones, y como era de esperar, arrasó en taquilla recaudando más de 341 en todo el mundo. Sin embargo, y pese a que por cifras acabase siendo un éxito, el varapalo llegó de la parte de la crítica y la prensa especializada.
Se llegó a decir de ella que era "un histérico sinsentido prehistórico", donde había demasiadas tramas metidas con calzador y se quería abarcar mucho (lo que suele pasar en ese tipo de producciones con una larga lista de guionistas).
Los Razzie la nominaron en las categorías de Peor Película, Peor Secundaria para Elizabeth Taylor y Rosie O'Donnell (quien ganó el premio), y Peor Guion, galardón que también consiguió muy merecidamente.
La precuela
Nadie se lo explica, pero tras la recepción tan negativa de la primera entrega, en el año 2000 Brian Levant estrenaba una precuela de aquella, llamada 'Los Picapiedra en Viva Rock Vegas', la cual contaría el inicio de los romances entre Pedro y Wilma, y Pablo y Betty, para los que se contrató a Mark Addy, Kristen Johnston, Stephen Baldwin y Jane Krakowski, pues nadie del casting original quiso estar presente (a excepción del secundario Irwin Keyes, el único que repitió retomando su personaje de Joe Rockhead).
La crítica volvió a ensañarse con ella (con razón) y, a diferencia de su predecesora, acabó siendo además un fracaso en taquilla, pues de los 83 millones que costó, no llegó ni a recaudar 60 en todo el mundo.