Hay películas que tardan solamente un visionado en convertirse en clásicos. Normalmente, lo hacen con naturalidad, de una manera casi mágica, fluyendo ante nosotros con humildad y sencillez antes de explotar en forma de recuerdo imborrable cuando sus títulos finales aparecen en medio de la oscuridad de una sala de cine. Se pueden detectar pequeños destellos de este suceso maravilloso a lo largo de la historia, en determinados momentos dramáticos, en puntuales giros de la historia, o simplemente, en planos que nacen eternos. Sin embargo, el potencial total llega siempre al final, instante en el que se desata todo. Y uno de los mejores ejemplos lo tenemos en 'Mi vecino Totoro'.
Hablar a estas alturas de la grandeza e importancia que tiene el legado cinematográfico desarrollado por el Studio Ghibli en las últimas décadas es caer en el tópico más reiterativo. Si queda alguien que aún tenga dudas al respecto, no tiene más que analizar detalladamente el número de obras maestras que han surgido de la mente y las manos de Hayao Miyazaki y su equipo de genios. Da vértigo. Entre ellas, y estableciendo una clasificación tan subjetiva como, con toda probabilidad, acertada en la mayoría de casos, 'Mi vecino Totoro' siempre juega con cierta ventaja, manteniéndose en los primeros puestos varias décadas después de su estreno. Influye, de manera determinante, tener el don de no envejecer.
Porque son muchas las generaciones que han caído en las redes de esta historia de tono calmado, de dibujo deslumbrante, de trazos, artísticos y psicológicos, que relacionamos directamente con el gran cine, de personajes que se anclan para siempre en nuestra memoria, que nos cautivan y nos emocionan como el primer día. Por eso, a modo casi de homenaje, A repasamos diez curiosidades que rodean a una película de recuerdo imborrable, que mantiene su vigencia e influencia intacta, que goza de un merecido estatus como pilar básico de la historia del cine de animación contemporáneo. Larga vida a Miyazaki. Larga vida a Ghibli. Larga vida a Totoro.
Curiosidades de 'Mi vecino Totoro'
Autobiografía
Hayao Miyazaki siempre ha aportado un componente autobiográfico a sus historias, algo fácilmente detectable a lo largo de su impecable trayectoria y que se repite, evidentemente, en 'Mi vecino Totoro'. Y es que, cuando el cineasta y sus hermanos eran niños, su madre paso casi una década ingresada en el hospital a causa de la tuberculosis, la misma enfermedad que sufre la figura materna que marca la historia de la película. Miyazaki, consciente de que los paralelismos eran más que evidentes, decidió cambiar el sexo de la protagonista para evitar que la realidad terminara apoderándose casi por completo de la ficción.
Uniendo personalidades
Pese a que la relación entre las hermanas protagonistas es uno de los elementos dramáticos más especiales de 'Mi vecino Totoro', la idea inicial de Miyazaki, que llegó a aparecer en la primera versión del guión, tenía como referencia principal a una hija única.
Sin embargo, tras reflexionar al respecto, el cineasta sintió que la segunda mitad de la película perdía potencial contando con una sola protagonista, así que decidió añadir a una hermana pequeña para que la acompañara a lo largo del relato. Una decisión que, a la vista de los resultados, fue más que acertada.
La bandera de Ghibli
La primera aparición de Totoro en la mente de Miyazaki sucedió una década antes de que la película viera la luz. Un golpe de inspiración absoluto, cosas de musas, que el director dejó aparcado hasta que sintió que era el momento de plasmarla en una película que terminó siendo eterna.
De hecho, Miyazaki se enamoró tanto de este personaje inolvidable que, pese a que los resultados en taquilla durante su estreno no fueron especialmente optimistas, decidió convertirle en el logo del estudio. Una imagen que nos ha acompañado a lo largo de estas décadas y que en la mayoría de ocasiones ha sido señal de cine inmenso.
Fauna Totoro
Aunque muchos espectadores dieran por hecho que Totoro era algo así como una especie de ser mítico que, con toda probabilidad, estaba relacionado con algunas historias tradicionales japonesas, lo cierto es que el personaje no es más que el resultado de una mezcla imposible de animales. ¿Cuáles? Un mapache, un gato, por sus orejas y la forma de su rostro, y un búho, de donde se sacaron las marcas de su pecho y el sonido que hace en la madrugada. La imaginación y la genialidad hicieron el resto.
Ración doble de lágrimas
La confianza que tenía Hayao Miyazaki en 'Mi vecino Totoro' era exactamente proporcional a las dudas que generaba para los distribuidores de la película. Digamos que sus esperanzas en que funcionara bien en la taquilla japonesa eran entre pocas y ninguna. Por eso, tomaron una decisión con la que jugaban sobre seguro y que, al mismo tiempo, parecía destinada a arrasar con el mayor número de lacrimales posibles.
Y es que, 'Mi vecino Totoro' formó parte durante sus primeros meses en la cartelera japonesa de una sesión doble compartida con 'La tumba de las luciérnagas', la primera obra maestra que había estrenado Ghibli en 1988. Un dúo infalible. Ración extra de genialidad cinematográfica.
El tren 'bake neko'
El folclore y la tradición japonesa están llenos de leyendas absolutamente maravillosas, relacionadas casi siempre con la fauna y flora del país. Por ejemplo, una de ellas habla de los 'bake neko', gatos que ya han entrado en el terreno de la vejez y tienen poderes mágicos gracias a los cuales pueden cambiar de forma siempre que les apetezca. En este sentido, 'Mi vecino Totoro' cuenta con una referencia evidente, el memorable Gatobus, que suma además a su diseño una clara inspiración de Cheshire, el gato de 'Alicia en el país de las maravillas', otra de las grandes influencias de la obra maestra de Miyazaki.
Más allá de la exposición
Ey, no todo va a ser el Museo Ghibli. Por supuesto que si decides viajar a Japón, el típico plan de fin de semana tonto, no puedes perderte un recorrido por la mente de uno de los grandes genios de la historia del cine, Hayao Miyazaki, pero te recomendamos otra visita para completar esta actividad.
Y es que, si quieres disfrutar de verdad de un plan completo marca Ghibli, tienes la oportunidad de acercarte a la recreación de la casa de Satsuki y Mei, construida para la Expo Universal de Aichi celebrada el pasado 2005 y que aún se mantiene como uno de los puntos turísticos de mayor éxito. Es lo que tiene, nadie puede negarse a formar parte de 'Mi vecino Totoro'.
Salvando una ciudad
Si tenéis una buena memoria, o mejor, habéis revisado hace poco 'Mi vecino Totoro', al escuchar la palabra Tokorozawa sabréis identificar de inmediato la ciudad en la que se desarrolla su trama. Pues bien, siguiendo la estela del componente autobiográfico de la película que comentábamos antes, conviene recordar que Hayao Miyazaki vivió durante varios años allí, antes de mudarse a Mitaka, creando un vínculo especialmente fuerte con la ciudad.
Debido a esta unión, el cineasta donó una cantidad de dos millones de euros para que el ayuntamiento de Tokorozawa comprase varios terrenos naturales de la zona antes de que la construcción acabase por completo con ellos. Un acto de generosidad que también incluyó varias ilustraciones del personaje de Totoro para que se usaran en los diversos carteles promocionales que se entregaron para recordar la importancia del cuidado medioambiental. El componente ecologista de Ghibli, Miyazaki y Totoro, en todo su esplendor.
Duendes
Los duendes, aunque no lo parezca en un primer visionado, son un elemento casi omnipresente en 'Mi vecino Totoro'. Y es que, el nombre del personaje procede de la palabra 'Tororu', cuyo significado en la lengua japonesa es 'duende'. Del mismo modo, la leyenda tradicional de 'Los Totoro' hace referencia a unos espíritus del bosque que viven dentro de un árbol milenario. Folclore y cine, una combinación perfecta cuando cae en manos de Ghibli.
Leyendas fúnebres
'Mi vecino Totoro' es una película perfecta para disfrutar en compañía de toda la familia. Eso sí, si no tenemos en cuenta alguna de las más famosas leyendas que la rodean. Y es que, más allá de sus puntuales y maravillosos toques dramáticos, la joya Ghibli está siempre acompañada de numerosos rumores que la señalan como una propuesta profundamente relacionada con la muerte.
Según estas opiniones, basadas en algunos casos en exhaustivos análisis de todos los elementos de la película, Totoro en realidad es un Dios de la muerte, razón por la que acompaña a las hermanas protagonistas, las cuales, atención, habrían fallecido con anterioridad. Es decir, algo así como 'El sexto sentido' en clave Miyazaki. Pues incluso así la compramos.