¿Quién no ha soñado con pedirle un deseo a una estrella azul? Entre todos los clásicos Disney producidos hasta el momento, 'Pinocho' es uno de los más excepcionales. Pocas películas transmiten tanta inocencia y humanidad como la del niño de madera que soñaba en convertirse en una persona de carne y hueso. Una de las obras más atemporales de la factoría, considerada una joya artística e innovadora respecto a su apartado técnico.
'Pinocho' está basada en la novela 'Las aventuras de Pinocho', publicada en 1883 por Carlo Collodi. Hace mucho tiempo, en un pueblo situado en el noreste de Italia, un hombre anciano talla un cuidado títere de madera. El señor, de nombre Geppetto, llama a la marioneta Pinocho. Antes de dormir, ve, en el cielo, la estrella azul. Geppetto le pide a la estrella que convierta al muñeco en un niño de verdad, puesto que su sueño siempre fue ser padre. El hada de la estrella le concede el deseo y Pinocho cobra vida, pero el niño de madera tendrá que aprender a saber diferenciar entre el bien y el mal antes de convertirse finalmente en un niño de verdad. Para ello, tendrá la ayuda de Pepito Grillo, que se convertirá en su conciencia.
Una de las mejores películas de animación de todos los tiempos
'Pinocho' fue el segundo largometraje animado de Walt Disney. Producido poco tiempo después del éxito arrollador de 'Blancanieves y los siete enanitos'. Con esta película, los creativos de la factoría hicieron un proyecto con mucha mayor ambición. "Se produjo en el momento perfecto, en el que todos los artistas y músicos convergieron con un gran líder artístico. Eso solo pasa una vez en la vida", comentó el escritor Brian Sibley.
A la altura de títulos como 'Las aventuras del príncipe Achmed', 'El cuento del zorro' o la propia 'Blancanieves'. Convertida también en la segunda película de la primera Era Dorada de Disney, es momento de hacer un repaso histórico por 'Pinocho', el gran culmen artístico de Walt Disney.
'Pinocho', la obra maestra más adulta de Walt Disney
No iba a ser el segundo clásico de Disney
Realmente 'Pinocho' no iba a ser el segundo largometraje de Walt Disney, sino el tercero. En realidad, después de 'Blancanieves y los siete enanitos', el productor quería que su siguiente película fuese 'Bambi', basada en la obra de Felix Salten. Sin embargo, debido a que el filme sobre el Príncipe del Bosque resultaba muy ambicioso respecto a la animación de los animales, que tuvieron una estética mucho más naturalista que las anteriores cintas de Disney, el productor se inclinó primero por la adaptación de la fábula de Claudio Collodi.
De hecho, aunque la película entró de lleno en producción en 1938, Disney anunció, antes de tiempo, su deseo adaptar 'Pinocho' a la gran pantalla durante su viaje por Europa en el verano de 1935, dos años antes del estreno de 'Blancanieves', tal y como revelaron medios italianos de la época, según consta en 'Los archivos de Walt Disney: Sus películas de animación. 1921 - 1968' (ISBN: 978-3836563659). Según el animador Norman Ferguson, después de leer el libro de Collodi, "Walt Disney estaba muy ilusionado con su posible adaptación".
La difícil tarea de adaptar el clásico de Collodi
A diferencia de 'Blancanieves y los siete enanitos', que era un cuento de hadas popular con una historia muy sencilla, 'Pinocho' estaba dividida por episodios, con una trama muy clara en cada uno de ellos. Con lo cual, la novela de Collodi sufrió un cambio drástico en su paso al cine.
'Las aventuras de Pinocho' fue escrita por Carlos Lorenzini, bajo el pseudónimo de Carlo Collodi, entre 1882 y 1883 en el periódico Giornale per i bambini, primera publicación periódica enfocada en la infancia en Italia, con el título 'Storia di un Burattino', con ilustraciones de Enrico Mazzanti. Dada la popularidad, se optó por lanzar una compilación de los capítulos en forma de novela.
En cada capítulo, Pinocho vivía una serie de aventuras y travesuras con una moraleja y lección de vida y superación, sobre hacer el bien para convertirse realmente en un adulto. Sin embargo, los retos que tenía que pasar la marioneta en algunos capítulos podían resultar crueles, atroces o grotescos. De hecho, el escritor y filósofo italiano Umberto Eco llegó a decir que, en realidad, el libro "no era nada infantil". De ahí, que su adaptación al cine fuese todo un reto para los creativos de Disney.
Descubriendo la inocencia de Pinocho
Entre los principales retos para llevar 'Pinocho' al cine, estuvo el de perfilar el carácter del protagonista. En la novela de Collodi, la marioneta es un personaje muy diferente, es un niño malvado, frío, inhumano, grosero, ingrato y tremendamente antipático. De hecho, en la versión original de la obra, Pinocho es ahorcado por imperdonables delitos y fue, posteriormente, cuando Collodi cambió su final al de convertirse en un niño de verdad.
Disney quiso que Pinocho lograse crear empatía en el espectador, lo que implicaba cambiar su carácter. El productor, pese que el personaje original tenía un carácter muy mezquino, tenía la confianza de que el títere era, ante todo, un buen niño. Por eso, optó por llevar toda la maldad a los personajes que intentan arrastrar al joven protagonista al camino equivocado. De ahí, que Pinocho se convirtiese en un niño completamente inocente, adorable y tremendamente ingenuo. En palabras de Maurice Sendak, ilustrador y escritor de literatura infantil estadounidense, "Disney reparó un error terrible [de Collodi]. Según él, Pinocho es bueno, su maldad solo es fruto de la falta de experiencia".
Realmente, en esto Sendak tiene razón. De hecho, Brian Sibley, en las entrevistas del Cómo se hizo 'Pinocho' de su edición Platino en DVD y blu-ray, aclara que, aunque el carácter del protagonista se cambió, eso no fue motivo para "almibarar" la historia. Es más, tiene lógica. Pinocho es una marioneta que cobra vida, no conoce el mundo, debe aprender a diferenciar entre el bien y el mal, de ahí, que tenga que ser ingenuo. Lejos de crear un relato infantil, Disney produjo uno de sus clásicos más adultos y oscuros.
Una marioneta muy humana
El hecho de humanizar al personaje vino debido al diseño de Pinocho. En los primeros borradores del protagonista creados por Ollie Johnston y Frank Thomas, el personaje tenía aspecto de marioneta. El que tenga aspecto real de títere hizo que Disney pensase que el personaje carecía de calidez, de humanidad, resultaba difícil crear empatía con el público.
En uno de los borradores, Milt Kahl, en una entrevista en 1984, comentó que mostró uno con Pinocho con orejas de burro, cayendo en el mar y preguntar a una almeja por Monstruo, la ballena. Kahl realizó la ilustración pensando más en un niño que en un títere. Fue ese modelo el que convenció a Disney. De ahí, que Pinocho tenga, ya desde el inicio, un aspecto tremendamente humano, solo se percibe que es una marioneta en sus extremidades y en su nariz.
La ilustración en movimiento, una Italia muy germánica
En la primera etapa de los largometrajes producidos por Walt Disney, entre 1937 y 1942, el productor quería que sus clásicos evocasen la esencia de las ilustraciones antiguas de los cuentos populares. De hecho, los artistas que más influyeron en la estética de 'Pinocho' fueron el sueco Gustaf Tenggren y el suizo Albert Hurter, que ya trabajaron en 'Blancanieves y los siete enanitos'.
Disney quería que los clásicos tuviesen un aspecto netamente europeo, que recordasen a esas ilustraciones de las antiguas fábulas. Christopher Finch, en su libro 'The Art of Walt Disney', comenta que el estilo de Tenggren es el que predomina en la cinta. Entre las animaciones más recordadas del artista sueco están la escena dentro del vientre de la ballena, la primera aparición del Hada Azul y los interiores de la casa de Geppetto. Tenggren utilizó recuerdos de su propia infancia, su abuelo era escultor de madera. Entre las inspiraciones de Tenggren están el libro de ilustraciones de Hermann Kaulbach, como también de Arthur Rackham, Edmund Dulac y John Bauer, así como del estilo academicista.
Sí, 'Pinocho' tiene un aspecto muy europeo, pero se supone que la historia se ambienta en Italia y la estética de Tenggren es muy alemana. De hecho, el pueblo del niño de madera recuerda mucho a la ciudad Rotemburgo y la casa de Geppetto tiene mucha similitud con el Plönlein. Por su estética tan germánica, se cree que la trama estaría ambientada en la región de Trentino-Alto Adigio, en la zona de Tirol del Sur, que antiguamente perteneció al Imperio Austrohúngaro y que actualmente forma parte de Italia, siendo, justamente, su región más germánica debido a su historia.
Pepito Grillo, la sabia conciencia
Debido al carácter ingenuo de Pinocho, el protagonista iba a estar rodeado de maldad y personajes que querían engañarlo, manipularlo o aprovecharse de él. Por ello, Walt Disney pensó que era necesario que la marioneta tuviese un apoyo, un compañero que sirviese de contraparte. Es ahí cuando surge la idea de convertir en coprotagonista a Pepito Grillo, que pasaría a ejercer de su conciencia, aquel que le dice a Pinocho lo que está y lo que está mal.
En la novela original de Collodi, el personaje, llamado simplemente Grillo Parlante, era solo un personaje secundario que quería advertir a Pinocho que debería hacer el bien y la marioneta lo mata aplastándolo. En la versión de Collodi, posteriormente, Pepito Grillo aparecía como fantasma. Ahora, Disney optaba por convertirlo en coprotagonista, dándole un destino más halagüeño a la conciencia del títere. Como nota curiosa, el nombre original de Pepito es Jiminy Cricket, una antigua expresión inglesa que significaba sorpresa o molestia sin llegar a caer en palabras malsonantes.
Para diseñar Pepito Grillo, Disney quiso contar con Ward Kimball. El animador estaba a punto de renunciar al trabajo debido a que se pasó varios meses animando una escena de 'Blancanieves y los siete enanitos' -la secuencia de la sopa- que fue, finalmente, descartada. El productor quiso compensarle encargándole la supervisión del diseño de Pepito Grillo. Kimball le dio un diseño radicalmente distinto a lo que se puede esperar de un grillo animado. "Lo único que hace que la gente vea a un grillo es que decimos que lo es", comentó el animador en una entrevista disponible en la Edición Platino en DVD y blu-ray de la película.
Fígaro y Cleo, secundarios de lujo
Al igual que Pinocho con Pepito Grillo, Geppetto necesitaba tener compañeros en la trama. En la versión para teatro de la novela, creada por Yasha Frank, el anciano tiene un gato que tiene celos del niño de madera. Disney optó por rescatar a este personaje y añadir otra mascota, esta vez femenina. Fue así como surgieron Fígaro y Cleo.
A la hora de crear a Fígaro, Disney confió en Fred Moore pero este, finalmente, delegó en un joven Eric Larson que, posteriormente, se convirtió en uno de los Nueve Ancianos de Disney. Fígaro tuvo inspiración en el corto 'Los tres huerfanitos', protagonizado por tres mininos. El gato de Geppetto fue perfilado con el carácter de un niño algo mimado y celoso, pero con buen corazón.
Por otro lado estuvo Cleo, la pececita elegante, que le daba a la película un toque femenino. Fueron ambos tan populares que, posteriormente, Fígaro y Cleo protagonizaron sus propios cortometrajes animados.
La técnica más innovadora
Gracias al éxito de 'Blancanieves y los siete enanitos', los creativos de Disney quisieron producir un largometraje más ambicioso a nivel técnico. Se hicieron modelos de los personajes en arcilla para crear armonía en cada una de las escenas. También se hicieron reproducciones de todos los relojes que se ven en la casa de Geppetto, para ver cómo se moverían en la vida real. Igual, la escena de la caravana en movimiento de Stromboli, se filmó primero con animación stop-motion, para así ver cómo se movería en la vida real.
La animación en stop-motion se transfería gracias a un método de xerografía. Además se rodarse una parte en imagen real, con 'Pinocho' se creó algo que hasta el momento no existía, el "plano de travelling virtual", actualmente esencial para aquellas películas con efectos generados por ordenador. El efecto del sonido de la magia de la varita del Hada Azul anteriormente no existía. Desde el estreno de 'Pinocho', ese sonido se asocia en cine a la magia.
Gracias a una múltiple cantidad de sonidos y demás efectos visuales, 'Pinocho' es una de las películas más ambiciosas de Disney a nivel técnico y una obra maestra excepcional al combinar humor, emoción, entusiasmo y belleza dentro de una historia con un claro marco narrativo, a diferencia de 'Fantasía', cinta coetánea, con la que Disney experimentó con la animación vanguardista y carente de estructura lógica en pos de una mezcla de emoción audiovisual.
El clásico más oscuro de Disney
Con todos los elementos que tiene 'Pinocho', es el clásico Disney más oscuro de la factoría. El filme mantiene las espeluznantes moralejas de su fuente original, como también la malicia de los personajes con los que se va encontrando la marioneta a lo largo de la película, siguen provocando cierta perturbación entre el público, como en el caso del Honrado Juan, el Cochero, Stromboli o Monstruo la ballena.
Además, 'Pinocho' deja dos escenas muy perturbadoras. La primera es el efecto que logra tener de crear un tipo de naturaleza muerta alrededor de la marioneta antes de que el Hada Azul haga que cobre vida. La segunda es auténtico terror y cuando Polilla, el amigo que hace Pinocho en la Isla de los Juegos, acaba convertido en burro. Aunque la cinta ya lo advierta, antes se ve a Pepito Grillo descubrir el destino de la mayor parte de los niños, la transformación de Polilla no deja de ser espeluznante.
A día de hoy, sería impensable poder ver una película de animación, dirigida al público infantil, tan seria y oscura como 'Pinocho'.
Metáfora sobre el poder de la clase media
El historiador especializado en cultura, Nicholas Sammond, explicó que el camino que hace Pinocho para convertirse en niño de verdad es "una metáfora sobre la crianza de los niños estadounidenses de mediados del siglo XX".
En el libro 'Disney, Pixar and the Hidden Messages of Children's Films', de Keith M. Booker, se explica que Disney quiso transmitir que la clase media es la más fuerte, ya que "los placeres de la clase trabajadora como pueden ser el vodevil o los salones de billar son vistos en la Isla de los Juegos", mientras que los buenos valores que hacen que Pinocho se convierta en un niño de verdad están asociados a "las virtudes de la clase media", haciendo referencia a la "gratificación en diferido, la abnegación, el ahorro y la perseverancia", explicando que sería "un ejemplo de educar en capitalismo".
1er largometraje de animación en ganar un Oscar
Aunque 'Blancanieves y los siete enanitos' recibió un premio Oscar (acompañado por siete miniaturas de la estatuilla), este fue de carácter honorífico debido a su contribución artística a la historia del cine. 'Pinocho' fue la primera película de animación en lograr un premio de la Acamedia de Hollywood en una categoría competitiva.
'Pinocho' logró dos premios Oscar, a la mejor banda sonora, compuesta por Leigh Harline y Paul J. Smith, y a la mejor canción original, 'La estrella azul', que se convirtió posteriormente en el tema emblema de Disney.
Precisamente, su banda sonora es considerada una de la mejor compuesta para un largometraje de Disney. Como nota curiosa, la factoría no volvería a ganar en esas categorías una estatuilla hasta la llegada de 'Mary Poppins' en 1964.
Considerada una obra maestra de la animación
Ya la crítica del momento la calificó de hito histórico. Archer Winstein, del New York Post, escribió: "Ahora puede hacerse toda la fantasía, todos los productos de la imaginación que no pertenecen a este mundo y todos los sueños más remotos ahora están al alcance de Disney".
Con el paso del tiempo, 'Pinocho' ha sido considerada la película que más se acerca a la perfección técnica de todos los clásicos producidos Disney, superando a sus contemporáneas 'Blancanieves y los siete enanitos', 'Fantasía' o 'Bambi' o las más actuales 'La bella y la bestia' o 'El rey león'. El crítico de cine Leonard Maltin, en su libro 'Pinocchio: The Book of Disney', escribió que con este largometraje "Disney fue más allá de sus propios límites, llegando a los que muchos consideran, el gran reino de la animación cinematográfica".
En 1994, 'Pinocho' ingresó en el Registro Nacional de Películas de los Estados Unidos para su conversación para la posteridad al ser "cultural, histórica o estéticamente significativa". El cineasta Terry Gilliam la seleccionó como una de las diez mejores películas de animación de todos los tiempos en la lista que confeccionó en 2001 para The Guardian. En 2005, la revista Time la nombró uno de los 100 mejores filmes de los último 80 años y en 2011 la coronaron como "el mejor largometraje de animación de todos los tiempos". Con 46 comentarios, 'Pinocho' tiene un 100% de aprobados en la web Rotten Tomatoes.
La voz de Pinocho, un niño de verdad
Para otorgarle más realidad, Disney quiso contar con un niño actor para poner la voz a Pinocho. El elegido fue el actor Dickie Jones. Curiosamente, no fue la primera opción para la voz de la marioneta. Sin embargo, con el cambio de diseño y de carácter del títere protagonista, el papel fue para Jones.
En el momento en el que Jones grabó sus diálogos para 'Pinocho', estuvo trabajando en otras dos películas, 'Nancy Drew... Reporter', de William Clemens, y 'Caballero sin espada', de Frank Capra y en la que compartió cartel con James Stewart. "Fue una experiencia única, me siento muy orgulloso de haber podido participar al lado de los mejores profesionales de la época, como también que mis hijos y mis nietos hayan disfrutado de 'Pinocho' junto a mí", dijo el actor en una entrevista para el Cómo se hizo de la cinta y que pudo verse en la Edición Platino en DVD y blu-ray.
Un fracaso de taquilla
'Pinocho' se estrenó el 23 de febrero de 1940 en todo Estados Unidos y fue un fracaso de taquilla. Todas las esperanzas por lograr una recaudación mayor que 'Blancanieves y los siete enanitos' haciendo una película más sofisticada y ambiciosa se perdieron cuando se vieron los primeros datos de taquilla.
Según el informe anual de Disney de 1941, la cinta costó 2.289.000 dólares, más del dobles que 'Blancanieves'. La recaudación fue de solo 1,42 millones de dólares a finales de 1940. "Walt Disney quedó muy, muy insatisfecho", comentó uno de los trabajadores de máxima confianza de la factoría, Joe Grant.
El motivo principal del fracaso de taquilla fue que 'Pinocho' se estrenó cuando Europa y Asia estaban librando la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos entró en el conflicto un año después. Con lo cual, el filme tenía los principales mercados internacionales cerrados. Por otro lado, también se cree que la temática tan oscura de la cinta no contribuyó a generar más boca-boca en el público estadounidense.
Esto provocó que Disney, después de producir 'Bambi' y las películas-paquete de las Segunda Guerra Mundial y la posguerra, optase por un estilo de animación más convencional y menos elaborado que en sus cinco primeros clásicos. "Nunca volveremos a dejar que nuestras esperanzas se hundan en una única película. No compensa", declaró Disney a la prensa.
Es más, pese a ser considerada una obra maestra, con una animación excepcional, el productor dejó de ver su magnificencia debido a los datos de taquilla. Como escribe Daniel Kothenschulte en 'Los archivos de Walt Disney': "Como bien es sabido, la genialidad de Walt Disney estaba comprendida por talentos que rarament coinciden, el arte y la capacidad de gestión, y estamos agradecidos de que el productor diera rienda suelta a sus artistas con tanta frecuencia. Hasta hoy, en Hollywood rige el mantra de que el éxito comercial es una prueba de calidad y las pérdidas, una prueba de fracaso".
Gracias a sus continuos reestrenos, el primero fue justo en 1945, 'Pinocho' se convirtió en un absoluto éxito financiero. Entre sus siete reestrenos en Estados Unidos, en España fue reestrenada tres veces, el filme logró llegar a los 84,3 millones de dólares, superando los 100 si se cuentan los datos internacionales.
Único doblaje producido en Argentina
'Pinocho' fue la primera película de Disney en doblarse al español en Argentina. En el país sudamericano se llegaron a doblar también otros títulos como 'Blancanieves y los siete enanitos', 'Dumbo' o 'Bambi'. Sin embargo, los tres filmes fueron después redoblados en México bajo la supervisión de Edmundo Santos, amigo de Walt Disney y principal encargado de las traducciones y los doblajes de los clásicos Disney hasta su fallecimiento en 1977.
Se desconoce el motivo por el que el doblaje argentino de 'Pinocho' sobrevivió, gracias a ello es el doblaje más antiguo de un largometraje de la factoría. En 2003, en una entrevista con Miguel Navarro, la hija de Santos, Diana, reveló que su padre sí pensó en hacer un nuevo doblaje en México para todos los países de habla hispana, llegando incluso a hacer pruebas de voces para actores, aunque finalmente no se produjeron.
El doblaje argentino fue dirigido por Luis César Amadori, que también se encargó de la traducción de los diálogos. Edmundo Santos sí llegó a participar en esta versión, como adaptador musical. Es el único doblaje al español que existe hasta el momento.
Curiosamente, el doblaje al español, al tener el deje argentino, hace que la película sí tenga un toque más italiano que en otras versiones. Esto ocurre porque las voces neutralizan parte de su acento, lo que le confiere al doblaje un aire "italianizado" que va en consonancia con el país donde está situada la cinta.