Sin duda, 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto' es uno de los clásicos de cine que dejó la década de los 90. Una película atrevida, pionera, que nos sacó del cine oscuro y que llevó el cine de transgresión al nivel comercial del cine independiente. Una original road movie que se ha convertido en todo un himno LGBT.
'Priscilla' la protagonizan tres drag queens, Tick, Adam y Bernadette, tres profesionales del transformismo que trabajan en un cabaret de Sídney. Tick y Adam son dos auténticas reinas del drag, cuyos nombres sobre el escenario son Felicia y Mitzi, mientras que Bernadette, mujer transexual, es la gran veterana del grupo y la única drag mujer del grupo. Las tres se embarcarán en un viaje a través del desierto australiano para llegar a un hotel de Alice Springs, donde actuarán. El viaje lo harán en un autobús turístico gigante, el Priscilla, con el que llevarán su alegría, música y llamativo vestuario por las zonas rurales de Australia.
Todo un clásico del cine más contemporáneo
Una película atrevida que tuvo el coraje de tener a tres protagonistas drag queens y que supo mostrar algo que es muy evidente, pero que aún a cierto sector de la gente le cuesta entender: Las drag queens son personas que sienten y padecen, como todo el mundo. Frívola a primera vista, su trasfondo es mucho más complejo y dramático. Una película que, en 1994, reivindicaba la pluma, a las drags, visibilizaba la transexualidad, tenía un potente discurso a favor de las familias homoparentales y mostraba la dura realidad que se escondía tras la purpurina, el odio y el rechazo que a lo diferente, más en la Australia rural.
Más allá de ello está su calidad cinematográfica, innegable. Ganadora del Premio del Público en la sección Una Cierta Mirada del 47º Festival de Cannes, nominada a dos Globos de Oro y premiada con un Oscar, es considerada por la crítica como una de las "mejores road movies de los años 90". Divertida, original e intensa, 'Priscilla' es un auténtico orgullo, con todas sus letras. Sin más, toca hablar de varias curiosidades y anécdotas de la mítica 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto'.
Curiosidades de 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto'
Nadie quería financiarla
El proyecto de 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto' vino cuando Stephan Elliott y la productora Andrena Finlay estaban preparando la comedia 'Fraudes'. De hecho, ya en 1991 buscaron producción para sacar la película adelante durante el Festival de Cannes, pero no obtuvieron éxito.
Aunque, finalmente, el filme convenció a PolyGram y se tuvo el respaldo de la Australian Film Finance Corporation, el presupuesto que se dio fue menor de lo normal, unos 2,7 millones de dólares australianos. Es más, los productores, Michael Hamlyn y Al Clark (este último marido de Andrena Finlay), acordaron aportar 50.000 dólares cada uno, una tarifa más baja de lo normal. De hecho, la falta de financiación obligó a que los sueldos de los actores dependiesen de los beneficios que tuviera la película en taquilla.
Está claro que 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto' era, quizás, demasiado atrevida para la época, pese ser 1994 y haberse estrenado un año después 'Philadelphia'. Sin embargo, gracias a la confianza que se depositó en Stephan Elliott, que escribió también el guion, finalmente se pudo disfrutar de una de las mejores road movies del último tiempo.
Muchos actores rechazaron protagonizarla
Al igual que la financiación, muchos actores se negaron a protagonizarla. Debido a que el presupuesto era bajo, se tuvo que buscar actores australianos o británicos. Pese a ello, se quiso contar con el mítico Tony Curtis en el papel de Bernadette. Curtis aceptó rápidamente el proyecto pero, por problemas de agenda, lo tuvo que rechazar. John Cleese, cofundador de los Monty Python, rechazó participar también.
Algo similar ocurrió para los papeles de Tick y Adam. Originalmente, los productores quisieron a Rupert Everett y Jason Donovan. Pero, tras una reunión de casting, surgieron conflictos entre Everett y Donovan y también se vio que, en especial Everett, mostraba cierta hostilidad hacia el resto del personal. Se decidió no darles el papel para evitar convertir el rodaje de 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto' en un ambiente incómodo de trabajo. Lo curioso es que Donovan, posteriormente, sí interpretó a Tick cuando el musical de la película se estrenó en el West End de Londres. Otro actor que rechazó ser Tick fue Colin Firth.
Afortunadamente, sí hubo actores dispuestos a ponerse trajes con lentejuelas, zapatos con tacón de aguja y maquillaje. El australiano Hugo Weaving, posteriormente muy popular por ser el Agente Smith en la trilogía 'Matrix' y Elrond en la saga de 'El Señor de los Anillos', se metió en el papel de Tick; mientras que Terence Stamp aceptó muy gustosamente el papel de Bernadette, al ser un personaje muy diferente a los que había interpretado a lo largo de su carrera. Bill Hunter aceptó el papel de Bob sin siquiera mirar el guion y Guy Pearce, popular en ese momento por la telenovela 'Neighbors', fue el último en sumarse en el papel del atrevido Adam, el espíritu libre del grupo.
Una comedia que construyó puentes con el colectivo LGBT
Parte del éxito de la película vino porque tenía un humor que, curiosamente, era entendido de forma diferente dependiendo del país en el que se veía la cinta. El director y guionista de la película, Stephan Elliott, declaró que el público de distintas partes del mundo disfrutó mucho con el largometraje pero en cada lugar era de una forma: "En una proyección que tuvimos para el público australiano, hubo carcajadas en todo momento, pero en el resto del mundo, la gente reaccionó de forma diferente a cada momento de humor. Por ejemplo, cuando Tick dice que Bernadette ha dejado su pastel en la lluvia, el público estadounidense se rió durante diez minutos, mientras que el francés no lo entendió, aunque sí disfrutaron más de otras escenas".
Tom O'Regan, experto en estudios cinematográficos, comentó en 1996 que, justamente, la película trajo una forma distinta de ver la vida LGBT y que ayudó a construir puentes entre los distintos países, algo que, en parte, se debe a 'Priscilla'.
Una película de culto y precursora
Aclamada por la crítica, ganadora de un Oscar al mejor diseño de vestuario y presentada en la sección Una cierta mirada del 47º Festival de Cannes, 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto' se convirtió rápidamente en un clásico de culto. Es más, se puede considerar al filme de Stephan Elliott como un auténtico precursor a la hora de abogar por los derechos LGBT reivindicando la pluma y también mostrando la realidad de la gente que se gana la vida con el transformismo en cabarets.
Es más, hay que recordar que de los tres protagonistas de la película, dos son hombres gais y Bernadette, la líder del grupo, es una mujer transexual. Cierto es que, desde fuera, se puede ver como un estereotipo, pero, la verdad, en una época en la que los derechos LGBT cobraban más fuerza (la correcta 'Philadelphia' fue un ejemplo de lucha contra la estigmatización de los seropositivos), una película como 'Priscilla' se recibió con los brazos abiertos y, actualmente, sigue siendo un ejemplo de orgullo. Es más, ver a las tres drag queens recorrer la Australia rural ayudó a entender que, justamente, fuera de las ciudades no era tan fácil ser gay o transexual, al mostrar cómo unos tipos dan una paliza a Adam o cómo se enfrentan a carteles gigantes con descalificaciones como "jodidos sidosos largaos de aquí".
No sólo por reivindicar a tres protagonistas transformistas, entre ellos una mujer transexual, y la pluma, también por hablar de otros tipos de familia en una época en la que los derechos para las familias homoparentales eran algo impensable. Y es que ver a Tick en busca de su hijo y que esté preocupado porque el niño sepa quién es en realidad y a que se dedica, fue un hecho pionero para el cine del momento, como también que el niño ya supiese que su padre era gay y que trabajaba como transformista y que estuviese orgulloso de ello. Además, también hay que recordar que la madre de Tick es una mujer que es abiertamente lesbiana. También se muestra cómo Bernadette logra encontrar el amor con un hombre al que no le importa que sea una mujer transexual, amándola tal cual es. Mensajes muy poderosos y precursores que, sin duda, crearon escuela.
Su "remake" no declarado
Cosas del destino, en 1995 en Estados Unidos se estrenó una película llamada 'A Wong Foo, gracias por todo, Julie Newmar', protagonizada por Patrick Swayze, John Leguizamo y Wesley Snipes. El filme narra cómo tres drag queens de Nueva York se embarcan en un viaje por carretera por todo Estados Unidos. Sin duda, el tema era muy parecido al de 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto'. Es más, el productor Al Clark reveló que el saber de esa producción "trajo inicialmente problemas" a las posibilidades de éxito de 'Priscilla', ya que 'A Wong Foo...' era estadounidense y tenía mejores presupuestos y contó con mayor promoción.
Sin embargo, tras leerse el guion, los productores vieron que 'Priscilla' y 'A Wong Foo' era muy diferente respecto a fondo y, afortunadamente, lograron no "canibalizarse" entre ellas en taquilla. De hecho, aunque a 'Priscilla' no le fuera tan bien en Estados Unidos, 'Wong Foo' logró 47,6 millones de dólares frente a los 20 de 'Priscilla', en tema de crítica y aceptación del público, fue la película australiana, la original, la que tuvo mejor acogida, siendo actualmente recordada como un clásico de culto mientras que 'Wong Foo' no.
Participaron en la Ceremonia de Clausura de los JJ.OO de Sídney
Como muestra de orgullo de la cultura popular australiana, el Priscilla, el autobús turístico de la película, participó en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Verano de Sídney 2000. El autobús estuvo en el desfile luciendo en su techo un tacón de aguja gigante y estuvo acompañado de drag queens con pelucas grandes en homenaje a la cinta y también a la comunidad LGBT de la ciudad.
Tildada de racista, sexista y homófoba
Pese que 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto' es considera un clásico de culto y una de las grandes películas de temática LGBT de los años 90, la cinta no estuvo exenta de polémica. Es más, se le acusó de racista y sexista. Todo vino por el personaje de Cynthia, la mujer filipina que se casó con un señor por correo y que es retratada, según Melba Margison, del Centro de Asuntos Filipinos, como "una buscona, una meretriz y una artista cuya única habilidad era sacarse pelotas de ping-pong de su vagina y que es maníaco-depresiva, ruidosa y vulgar".
Debido a ese retrato, que Al Clark siempre defendió que nunca fue hecho con intención de ofender a nadie y que se quiso mostrar lo reprimida que podía llegar a estar una mujer en una zona rural, surgieron voces en la década de los 2010 que tildaron a la cinta de "sexista", al mostrar a Cynthia como una "vulgar ramera" y más en una película "con un mensaje de tolerancia y aceptación hacia los homosexuales tengan que menospreciar con estereotipos racistas y sexistas", según dijo el editor jefe de la revista The Age. También se analizó en la revista Out que se vio a la cinta sexista por mostrar a las mujeres en la película "asustadas" frente a las drag queens.
A ello hay que sumarle voces que, en la actualidad, critican al filme por "estar llenos de estereotipos" y no fomentar "una imagen más normalizada de los hombres gais". Pese a ello, Thomas O'Regan, profesor de Estudios Culturales y de Medios de la Universidad de Queensland, destacó que, pese a la "reputación ambigua", la película es vista, por la mayor parte del público y del colectivo LGBT, como una película que derrumbó prejuicios y ejemplo para la historia del cine.
Revolucionó el cine australiano
El estreno de 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto' en 1994 coincidió en una época en la que el cine australiano vivía un momento "experimental" al traer cine más "extravagante, excéntrico y diferente" que lo convirtieron en vanguardia para el cine en lengua inglesa. Al estreno de 'Priscilla' se suman 'El jovencito Einstein' (1988), 'Sweetie' (1989), 'El amor está en el aire' (1992) y 'La boda de Muriel' (1994). Es más, 'Priscilla' y 'La boda de Muriel', ambas estrenadas el mismo año, lograron ser clásicos de culto en todo el mundo y ambas se cintas muy aplaudidas por el público LGBT.
De esta forma, 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto' revolucionó al cine australiano, dándole una nueva identidad y categoría.
Una banda sonora llena de orgullo
La banda sonora de 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto' está llena de temas míticos, en su mayoría canciones que se han convertido en himnos del colectivo LGBT como 'I've Never Been to Me', de Charlene; 'Go West', de los Village People; 'I Will Survive', de Gloria Gaynor o 'Save the Best for Last', de Vanessa L. Williams.
Como nota curiosa hay que destacar que la banda sonora no tiene ninguna canción de la diva australiana por excelencia, Kylie Minogue, todo un icono gay. Los creadores de la cinta declararon que un tema de Minogue iba a ser el que cerrase el filme pero que, finalmente, se optó por una canción "más atemporal" y fue, por ello, que fue la mítica 'Mamma Mia' de ABBA la que cerró la película.
Un musical de éxito
El legado del éxito de 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto' provocó que en 2006, 12 años después del estreno de la película, en Sídney se estrenase el musical 'Priscilla, Queen of the Desert'. El éxito fue absoluto, provocando que el musical fuese también a Melbourne, Auckland y también a Nueva Zelanda. Es más, tras tres años de éxito ininterrumpido, el musical saltó al West End de Londres en 2009, donde también arrasó. En 2011, el musical llegó a Broadway de la mano de Bette Midler, que produjo el espectáculo, logrando dos premios Tony y una nominación al Tony al mejor musical del año.
Un éxito mundial que se ha podido ver en Milán, São Paulo, Estocolmo, París, Buenos Aires, Atenas, Tokio y Múnich. Y, cómo no, también en España. 'Priscilla, reina del desierto' se estrenó en octubre de 2014 en el Nuevo Teatro Alcalá de Madrid y tuvo a Jaime Zatarín como Tick, Christian Escudero como Adam y Mariano Peña, alternando en el papel con José Luis Mosquera, como Bernadette.