Con la idea de convertir en objeto del terror a algo que siempre ha ido asociado a la inocencia, en 1976 Narciso Ibáñez Serrador presentaba al mundo '¿Quién puede matar a un niño?', donde el monstruo de turno tomaba en esta ocasión el cuerpo de los niños habitantes de la isla de Almanzora.
El director, con una larga trayectoria como creador televisivo y ya por aquel entonces consagrado dentro del género gracias a 'Historias para no dormir', se basó en una novela de Juan José Plans para dar vida a una de las películas más reconocidas a nivel mundial por lo que al cine de horror español se refiere. Rodada entre la localidad granadina de Almuñécar, Menorca, Sitges y Ciruelos, en Toledo, la que fuera la segunda película de Chicho logró traspasar fronteras por lo arriesgado (sobre todo, para la época) de su propuesta.
Juego de niños
La trama nos presenta a un feliz matrimonio inglés de vacaciones en la localidad ficticia de Benavís, a orillas del Mediterráneo. Tom (Lewis Fiander) y Evelyn (Prunella Ransome) navegarán hasta Almanzora, donde pronto descubrirán un ambiente un tanto malsano y la curiosidad de que en ella parecen habitar solamente niños. Estos, dominados por una ira implacable, harán todo lo posible por acabar con los protagonistas, tal y como parece ser que han venido haciendo con todos los adultos que se han cruzado en su camino.
Estrenada en casi todas las partes del mundo, pronto se empezó a tener en cuenta como película de culto, habiendo sido varias las reivindicaciones (pese a que no necesite muchas) que se han hecho de ella. Sin ir más lejos, Eli Roth la tiene catalogada como su segunda película de terror favorita, por detrás de 'Mil gritos tiene la noche', también española y objeto de culto.
A modo de tributo a uno de los grandes clásicos de nuestro cine, repasamos algunos aspectos de la concepción y realización de '¿Quién puede matar a un niño?', la obra maestra de Ibáñez Serrador por la que no pasan los años y que continúa generando en el espectador de la actualidad, las mismas y malsanas sensaciones que provocó antaño.
Curiosidades de '¿Quién puede matar a un niño?'
Segundo y último largo de Chicho
Archiconocido por su faceta televisiva como creador y director de 'Historias para no dormir', en 1970 Narciso Ibáñez Serrador debutaba en el largometraje con 'La residencia', protoslasher con ecos a 'Psicosis' considerado como uno de los grandes ejemplos del terror nacional.
Seis años más tarde llegaba su segunda película, '¿Quién puede matar a un niño?', título que pese a recorrer el mundo entero y convertirse en objeto de culto, fue el último que dirigió el maestro, quien prefirió seguir centrado en su trabajo para televisión.
Base literaria
El propio Narciso Ibáñez Serrador fue el encargado de adaptar la novela de Juan José Plans, llamada 'El juego de los niños' y publicada el mismo año 1976.
Bajo el seudónimo de Luis Peñafiel, Serrador decidió titular a su adaptación '¿Quién puede matar a un niño?', a la que dotó de un aura de misterio con la intención de que el resultado fuese mucho más inquietante que el que presentaba Plans en su obra.
Diferencias con la obra
Además de añadir algunos personajes secundarios que no aparecían en 'El juego de los niños', Ibáñez Serrador optó por ser un poco más ambiguo en cuanto a la motivación de los jóvenes para llevar a cabo sus instintos criminales.
Si en la novela de Juan José Plans todo indicaba que se trataba de una especie de venganza de la propia Madre Naturaleza, y con la que los niños se infectaban a través de un polen de color amarillento, en la película de 1976 se obvia este tema y todo indica que actúan mediante una especie de hipnosis que son capaces de propagar los unos a los otros.
Eso y la primera secuencia con imágenes reales sobre torturas a niños en diferentes guerras y conflictos, indican que el esta especie de venganza hacia los adultos puede leerse como crítica hacia la podredumbre de la especie humana, algo que se asemeja al castigo divino que Plans ideaba en su novela.
Buscando a Tom
La primera opción que a Narciso Ibáñez Serrador se le ocurrió para que interpretase a Tom fue Anthony Hopkins, ya que era el perfil que el director estaba buscando, pues requería un actor inglés de su edad.
Sin embargo, por problemas de calendario Hopkins no pudo aceptar, ya que por aquel entonces su agenda estaba completa debido a su participación en 'Un puente lejano' de Richard Attenborough y 'Las dos vidas de Audrey Rose', de Robert Wise.
Finalmente, el papel recayó sobre Lewis Fiander, actor australiano que había trabajado en la secuela de 'El abominable Dr. Phibes'.
Chicho sobre las interpretaciones
Pese a que Lewis Fiander fuese quien acabó por ser Tom, el propio Serrador acabó confesando con el tiempo que la actuación del actor australiano no le convenció del todo.
Por otro lado, y visto que en pantalla formaba una buena pareja con Prunella Ransome, de cuya interpretación de Evelyn el director quedó encandilado, a Chicho pareció importarle menos que el actor protagonista no acabase siendo todo lo bueno que hubiera deseado.
Tachada de fascista
Debido a las repetidas apariciones de la Guardia Civil, hubo quienes se apresuraron en tachar '¿Quién puede matar a un niño?' de fascista.
Nada más lejos de la realidad, pues el propio Narciso Ibáñez Serrador ya se había encargado de criticar a la censura franquista unos años antes, en 1967, con la emisión de 'Historias de la frivolidad', un programa que acabó emitido de forma casi clandestina y que se convirtió en objeto de culto.
Cabe recordar que la presencia de la Benemérita en la película no debe considerarse como una exaltación fascista, sino que por aquel entonces, a tan solo un año de la muerte del dictador, continuaba siendo una de las principales fuerzas armadas del país, por lo que simplemente se trata de un reflejo de la realidad de la época.
Censurada y prohibida
Como no podía ser de otra forma (recordemos que '¿Quién puede matar a un niño?' se estrenaba en 1976), la segunda película de Narciso Ibáñez Serrador fue víctima de la censura en varios de los países a los que llegó.
Sin ir más lejos, en Estados Unidos, donde adquirió fama en los circuitos underground (tal y como pasó con varios títulos de terror españoles posteriores, como 'Mil gritos tiene la noche' o 'Angustia') y acabó convertida en objeto de culto, tuvo que rebajar las dosis de violencia que presentaba. Lo mismo sucedió en Argentina, Australia, Francia y Suecia.
Peor suerte corrió en Finladia, donde directamente fue prohibida y no fue hasta el año 2006 cuando por primera vez pudo ser proyectada, dentro del marco del Night Visions Film Festival.
El problema del doblaje
Narciso Ibáñez Serrador planteó que '¿Quién puede matar a un niño?' se debería rodar en español e inglés, ya que así se podría hacer hincapié en el desasosiego que siente Evelyn.
Así pues, los diálogos entre Prunella Ransome y Lewis Fiander se filmarían en inglés y el resto en castellano, lengua que Evelyn no entiende en ningún momento. Con ello, se reforzaría el total aislamiento que llega a sentir el personaje, a quien ni siquiera su marido le da explicaciones de lo que pasa y de lo que dice la gente para así no preocuparle.
Los deseos de Chicho se vieron truncados cuando, una vez el rodaje ya hubo finalizado, los productores decidieron doblar a ambos personajes porque consideraron que para el público podría ser molesto tener que estar leyendo los diálogos en inglés, haciendo que los espectadores se perdiesen por completo la experiencia que el director había ideado desde un principio.
Referencias
Además de que su principal base fuese 'El juego de los niños' de Juan José Plans, en '¿Quién puede matar a un niño?' pueden verse ciertas reminiscencias a varios clásicos del cine de terror.
Comenzando por la banda sonora compuesta por el argentino Waldo de los Ríos, y que recuerda a las de 'Tiburón' y 'La semilla del diablo', algunas de las referencias que se vislumbran con su visionado son bastante obvias. Una de ellas es la de 'El pueblo de los malditos' original, dirigida por Wolf Rilla en 1960 (basada en la novela homónima de John Wyndham), y que ya se encargaron de explotar en algunos de los carteles internacionales de la película, coloreando los ojos de los niños de blanco.
La otra es la que se hace presente en la escena en la que aparecen todos los niños, quienes observan a los protagonistas de forma amenazante en un momento que recuerda de forma directa a aquella en la que las aves hacen acto de presencia en 'Los pájaros' de Alfred Hitchcock.
Remake
Tras varios años de rumores que decían que un remake de '¿Quién puede matar a un niño?' estaba en marcha, y habiendo sonado nombres como el de Álex de la Iglesia para llevarlo a cabo, no fue hasta 2012 cuando la idea acabó por materializarse.
Desde México llegó 'Juego de niños', ópera prima de Makinov (quien también se encargó del guion, fotografía, música y montaje) que tomaba como principal referencia la novela de Juan José Plans.
Protagonizada por Vinessa Shaw y Ebon Moss-Bachrach, y pese a que el resultado no fue todo lo malo que muchos pudieron augurar, las comparaciones con el título de Narciso Ibáñez Serrador fueron las que acabaron jugando en su contra.