Resumir el talento, la importancia, la influencia y el legado de un cineasta como Stanley Kubrick es tan sencillo como citar alguna de sus muchas obras maestras. Por ejemplo: 'La naranja mecánica', 'El resplandor', '2001: Una odisea del espacio', 'Barry Lyndon', 'Lolita', 'Espartaco', 'La chaqueta metálica', 'Senderos de gloria' o 'Atraco perfecto'. Poco más que añadir. Bueno, sí, una cosa más: en el caso de que no hayas visto alguno de estos monumentos cinematográficos legendarios, bueno, anula planes, hazte con todos ellos, corre hasta el sillón más cercano y prepárate para un maratón de cine inconmensurable.
Y es que hablamos de uno de los cineastas más importantes de todos los tiempos, una personalidad marcada por el riesgo y la innovación, la perfección técnica y la poesía visual, la intensidad dramática y la búsqueda constante por la escena perfecta. Un autor en toda regla que supo imprimir su inconfundible sello a una serie de historias que, sin tener nada que ver las unas con las otras, encontraban un hilo conductor fundamental en la genialidad abrumadora de su autor. En definitiva, ha habido muchos directores a lo largo de la historia del cine, pero pocos, muy pocos, con la grandeza de Kubrick.
A continuación, repasamos algunas de las curiosidades y anécdotas más sorprendentes de su trayectoria, conociendo tanto al Kubrick cineasta como al Kubrick más personal. Una forma de rendir homenaje a una figura esencial de la historia del cine.
Curiosidades de Stanley Kubrick
Molestando a Stephen
A estas alturas de la película, todos sabemos que la relación entre Stephen King y la adaptación cinematográfica de 'El resplandor' no es precisamente idílica: "Creo que 'El resplandor' es como un precioso gran Cadillac sin motor en su interior. En ese sentido, cuando se estrenó, muchas críticas no fueron demasiado favorables y yo era uno de esos críticos". Palabra de King. Todo dicho.
Quizá uno de los motivos que ubican al escritor en el lado de los detractores sea las múltiples llamadas que Stanley Kubrick le estuvo haciendo durante el proceso de creación de la película. Y es que, cada vez que el cineasta tenía alguna duda sobre la historia, cogía el teléfono, fuera la hora que fuera, e intentaba hablar con King. En ese sentido, el propio escritor destaca una madrugada en la que Kubrick le despertó a las tres de la mañana para preguntarle, al otro lado de la línea, si creía en Dios. Cosas de genios.
Amor y odio
La manera en la que Stanley Kubrick trabajaba en la creación detallada de los personajes que protagonizaban sus películas era especialmente delicada. Y (muy) exigente.
Uno de los casos más evidentes para entender los métodos usados por el cineasta lo encontramos en el reparto principal de 'La naranja mecánica', una de sus obras maestras más contundentes, quienes admitieron que, al termino del rodaje, amaban y odiaban a Kubrick de la misma forma, principalmente porque, en sus propias palabras, el director se comportaba como un auténtico tirano.
Música en las venas
Además del cine, Stanley Kubrick era un auténtico enamorado de la música, especialmente del jazz, un género del que se confesó un auténtico fanático en numerosas ocasiones. De hecho, llegó a tocar la batería en el grupo Taft Swing Band, especializados en la materia.
Venganza en el espacio
Cuando comenzó a trabajar en la monumental '2001: Una odisea del espacio', Stanley Kubrick tenía claro que quería que el ordenador (casi) protagonista de la película fuera de la marca IBM.
Sin embargo, la compañía se negó por completo a la hora de cederle los derechos cuando descubrieron que se trataba de un personaje malvado. El cineasta, lejos de tomarse con filosofía esta situación, tuvo la idea de usar las letras que la compañía usaba anteriormente: HAL. El resto es historia.
Jaque mate
Desde bien pequeño, Stanley Kubrick desarrolló una pasión total hacia el ajedrez, un juego que le parecía especialmente interesante en relación a las estrategias mentales que exige a las personas que lo practican. De hecho, uno de sus sueños de infancia más repetidos era poder enfrentarse alguna vez a una máquina en una partida.
Echando un guante
'¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú', una de las comedias más alocadas, ácidas e hilarantes de la historia del cine, contó con una participación especialmente personal por parte de Stanley Kubrick. Y es que, más allá de su fascinante labor de dirección, el cineasta cedió uno de los guantes con los que manipulaba los focos del set de rodaje a Peter Sellers para que lo usara de cara a transformarse en el inolvidable Dr. Strangelove. Una idea que tuvo el propio actor y que terminó siendo una característica más que representativa del personaje.
Muerte misteriosa
Los titulares de 1999 fueron claros: Stanley Kubrick muere por un ataque al corazón. Sin embargo, desde entonces son muchas las voces que apuntan hacia un fallecimiento mucho más complejo, señalando a los servicios secretos estadounidenses como auténticos culpables del suceso.
Una teoría que subió puestos de credibilidad en el momento en el que Nicole Kidman, que protagonizó el último trabajo del director, la fascinante 'Eyes Wide Shut', confesó en una entrevista que, dos horas antes de su muerte, Kubrick la llamó para decirle que no fuera a su casa en Harforshire ya que, atención: "Nos van a envenenar a todos tan rápidamente que no nos dará tiempo ni a estornudar". Incógnita abierta.
Tareas múltiples
Para dar forma a su segunda película, 'El beso del asesino', Stanley Kubrick se entregó por completo. Y es que, durante el rodaje, realizó labores de operador, montador, ayudante de montaje, técnico de efectos especiales y, claro, director. Todo ello de manera totalmente gratuita. Pasión en estado puro.
Peligro desde el espacio
A lo largo del rodaje de '2001: Una odisea del espacio', Stanley Kubrick estuvo acompañado por una preocupación que le tenía realmente angustiado: una invasión extraterrestre. Tal cual. Sin embargo, su terror no se basaba en el hipotético peligro que pudieran tener los alienígenas, sino que llegaran a la tierra antes de que se estrenara su película.
Una incertidumbre que le llevó a tratar de contratar un seguro que cubriese el riesgo económico si se producía la citada invasión con la empresa aseguradora Lloyd's . La compañía no quiso saber nada de la historia.
El Napoleón que nunca vimos
Entre los proyectos cinematográficos soñados por Stanley Kubrick, y nunca realizados, destaca 'Napoleón', una película que el cineasta estaba loco por llevar a cabo, cumpliendo así su sueño de contar en la gran pantalla la vida de esta figura histórica, haciendo especial hincapié en las batallas de su ejército.
Sin embargo, tras dedicar varios años a documentarse de manera casi obsesiva, el cineasta vio como su deseo se iba al traste cuando el estudio le dijo no al escuchar su primera petición: "Quiero 40.000 soldados cerca de una ciudad donde alojar a 50.000 personas y un lugar adecuado como campo de batalla donde cupieran todos para filmar las batallas". Stanley, te pasaste.
