Pocas comedias románticas han logrado ser tan memorables como 'Vacaciones en Roma'. Producida en 1953, este delicado y apasionado cuento de hadas se ha convertido en uno de los títulos más recordados del género, como también por haber tenido el privilegio de ser el gran salto al estrellato de una desconocida, en ese momento, Audrey Hepburn.
Dirigida por William Wyler y con Gregory Peck también como protagonista, la cinta narra cómo durante una visita oficial a Roma, la bella princesa Ana, proveniente de un microestado centroeuropeo, logra escaparse unas horas de la encorsetada agenda de estado. De esta forma, Ana experimentará lo que es vivir lejos del protocolo y las obligaciones monárquicas, al menos durante un breve espacio de tiempo. Es en esta pequeña aventura cuando conoce a Joe Bradley, un periodista estadounidense que finge no reconocerla para lograr una exclusiva. De esta forma, Joe hará de guía de la princesa por la hermosa capital italiana. Lo que ninguno esperaba era que, entre ambos, surgieran chispas de pasión.
La gran comedia romántica
Aunque 'Vacaciones en Roma' narre una alegre escapada de una princesa harta de sus obligaciones y un periodista que va en busca de una exclusiva, está alejada de cualquier arquetipo y se está ante uno de los grandes pilares de la comedia romántica cinematográfica. Eso sí, si el filme ya era importante e interesante por sí solo, también lo fue por lo que hubo detrás, especialmente en lo referente a la autoría de su guion.
Convertida en una de las grandes películas de ese mítico Hollywood dorado y con una pareja que derrochaba química por sus cuatro costados, es momento de destacar varias curiosidades de 'Vacaciones en Roma'.
Curiosidades de 'Vacaciones en Roma'
Cary Grant rechazó el papel de Bradley
Originalmente, William Wyler le ofreció el papel del periodista Joe Bradley a Cary Grant. El actor de 'Con la muerte en los talones' o 'Tú y yo' rechazó el papel. El motivo por el que declinó ser el protagonista de la cinta no está del todo claro, unos dicen que era porque se veía demasiado viejo para ser el interés amoroso de una jovencísima Audrey Hepburn, tenía 24 años en el momento del estreno del filme, aunque esa teoría pierde peso si se tiene en cuenta que diez años más tarde coprotagonizó 'Charada' junto con Hepburn. Otro motivo, más probable, es que Grant intuyese la relevancia que iba a tener esa actriz belga que ya prometía convertirse en todo un icono.
Cuando el papel fue, finalmente, para Gregory Peck, el actor bromeó comentando que "siempre" pensaba que le ofrecían papeles que ya había rechazado antes Cary Grant.
Audrey Hepburn no iba a encabezar los títulos de crédito
El papel de la princesa Ana en 'Vacaciones en Roma' fue el primer protagónico para Audrey Hepburn en Hollywood, antes había participado en películas británicas y francesas en las que sí tuvo algún papel principal. Como en Estados Unidos nadie la conocía, no iba a aparecer junto con Gregory Peck en los créditos iniciales, sino después.
El propio actor, sabiendo que el papel de Hepburn era el verdadero protagonista, pidió a la productora que su nombre y el de la actriz liderasen el cartel. Peck ya intuía que ese gran talento iba a ser una gran estrella. Un gesto de fraternidad inusual en la Meca del Cine. Aunque, por otro lado, no hay que extrañarse; puesto que ambos actores fraguaron una larga y platónica amistad en el rodaje que duró hasta la muerte de la actriz.
El nacimiento de una estrella
Ya Gregory Peck lo predijo: Esta película iba a ser el estrellato para Audrey Hepburn. Y no se equivocó, gracias a 'Vacaciones en Roma', la actriz belga logró el premio Oscar a la mejor interpretación femenina. La crítica del momento se postró a los pies de esa actriz desconocida que ya triunfaba en Broadway. "Está espléndida, bellísima, alternando sus escenas con la realeza con otras más infantiles en su búsqueda de placeres básicos y del amor. Aunque sonría en el final de la película, ella sigue estando sola, tristemente, lo que hace que su futuro sea muy difícil", escribió A.H. Weiler para The New York Times.
Después de 'Vacaciones en Roma', Audrey Hepburn se convirtió en uno de los grandes iconos del cine, además de ser sinónimo de elegancia, belleza, sencillez y sofisticación. Tras ganar el Oscar, Hepburn fue candidata a la estatuilla en cuatro ocasiones más: En 1955 por 'Sabrina', en 1960 por 'Historia de una monja', en 1962 por 'Desayuno con diamantes' y en 1968 por 'Sola en la oscuridad'.
Un Oscar y un Tony en el mismo año
El mismo año en que ganó el Oscar, la actriz también logró el Tony por su interpretación en la obra 'Ondina', con la que arrasaba en Broadway. Audrey Hepburn fue muy inteligente a la hora de firmar su contrato con la Paramount, ya que se le permitía tener 12 meses de descanso entre película y película, en los que aprovechaba para dedicarse plenamente al teatro. De hecho, al poco de terminar de rodar 'Vacaciones en Roma', Hepburn retomó las funciones de 'Gigi'.
El año en que ganó el Oscar, la actriz estaba trabajando en 'Ondina', escrita por Jean Giraudoux. Se trataba del debut de la obra francesa en Broadway, la actriz se metió en el papel de la protagonista que da el título a la obra, un espíritu del agua fascinado con el mundo de los humanos y que se enamora de un caballero llamado Hans.
Con el Tony y el Oscar logrados en 1954, se convirtió en la primera actriz en conseguir tales reconocimientos en el mismo año. Posteriormente, sólo otras dos intérpretes pudieron repetir tal hazaña: Shirley Booth y Ellen Burstyn.
Rodada en los míticos estudios Cinecittà
Aunque 'Vacaciones en Roma' sea una producción netamente hollywoodiense, lo cierto es que no tuvo ninguna escena rodada en territorio estadounidense. El director y productor de la película, William Wyler, insistió en filmar la película en Italia, en contra de los deseos de Paramount, que la quería realizar en sus estudios en California. Finalmente, Wyler se salió con la suya, siendo elegidos para grabars los míticos estudios Cinecittà.
De hecho, 'Vacaciones en Roma' forma parte de las películas que se rodaron en la época llamada Hollywood sobre el Tíber, momento en el que la Cinecittà se convirtió en uno de los estudios internacionales más importantes del mundo. Entre los 50 y los 60, se rodaron grandes producciones como 'Quo Vadis', 'La condesa descalza', 'Guerra y paz', 'Ben-Hur', 'Cleopatra', 'Jasón y los argonautas' o 'La caída del imperio romano'. Aunque el motivo principal fuese que la película tuviese escenarios reales, ya que una parte de rodó en Roma, también Wyler quería tener un poco de libertad, ya que el Comité de Actividades Antiestadounidense promovido por el senador McCarthy estaba amenazándolo con investigaciones por considerar su postura política "demasiado liberal". Esto provocó que Paramount, que finalmente cedió a las demandas de Wyler, redujese el presupuesto de la película.
Roma "no debía" deslumbrar a los protagonistas
El que se recortara en presupuesto, obligó a que 'Vacaciones en Roma' se rodase en blanco y negro en lugar de en Technicolor. No obstante, Wyler decidió que fuese así también por motivos artísticos. Como bien se sabe, Roma es conocida como "la Città Eterna", una de las ciudades más bellas del mundo. Si Fellini supo sacarle partido en 'La dolce vita' siete años después, Wyler quiso que la ciudad fuese una protagonista más discreta.
¿El motivo? Roma en blanco y negro, aunque seguía siendo preciosa, no deslumbraba a los personajes, que eran los que debían destacar por encima de la ciudad. Aunque el ambiente romántico es claramente evidente, en la película sirve como escenario y realza la situación entre la princesa Ana y Bradley.
La aristocracia italiana apareció realmente en la película
Wyler quiso que la película tuviese el mayor realismo posible. La escena de la Embajada contó con figuras de renombre de la aristocracia y la alta sociedad italiana. De hecho, el sueldo que se les pagó, estaban obligados a recibirlo debido a exigencias sindicales, fue destinado enteramente a obras de acción social.
Pero no sólo la verdadera nobleza italiana apareció en la película, hubo también prensa real en la escena final de la película. De hecho, en esas secuencias aparecen acreditados también periodistas españoles, concretamente de los diarios ABC y La Vanguardia, que eran los corresponsales de ambos medios en la capital italiana.
Trumbo, el guionista en la sombra
Realmente, la historia original fue una idea que tuvo el guionista Dalton Trumbo. Sin embago, Trumbo no podía ejercer debido a que estaba en la lista negra del Comité de Actividades Antiestadounidenses en la llamada caza de brujas emprendida por el senador McCarthy en su lucha contra el comunismo. Trumbo estaba inscrito en el partido comunista de Estados Unidos y era uno de los llamados Diez de Hollywood.
Debido a que no podía firmar ningún guion con su nombre, Trumbo logró convencer a su amigo, el guionista británico Ian McLellan Hunter, para que firmase el guion en su lugar. De esta manera, 'Vacaciones en Roma' pudo rodarse sin que se sospechase que detrás de la historia, "estaba un comunista". Cuando el filme ganó el Oscar al mejor guion original, McLellan Hunter fue el que subió a recoger la estatuilla.
Con el fin de la caza de brujas, en años posteriores se quiso enmendar con los errores del pasado, reconociendo la autoría del guion a Dalton Trumbo. De hecho, en 1993 se le entregó a la viuda del guionista el premio Oscar que en 1954 se le negó, además de reeditarse los créditos para que su nombre apareciese. Por el contrario, el hijo de Ian McLellan Hunter, el director de televisión Tim Hunter, se negó a ceder la estatuilla de su padre a la familia Trumbo, de ahí que se crease una nueva para la viuda.
Preservada para la posteridad
Tal es el legado cinematográfico que ha dejado 'Vacaciones en Roma', que la película fue elegida en 1999 para su preservación en el Registro Nacional de Cine de los Estados Unidos por la Biblioteca del Congreso del país norteamericano por ser "cultural, histórica o estéticamente significativa".
Elizabeth Taylor casi fue la protagonista
Originalmente, se pensó en las actrices Elizabeth Taylor y Jean Simmons para el papel de la princesa Ana, pero ninguna de las dos pudo por problemas de agenda. Aunque William Wyler estaba interesado en contratar a Audrey Hepburn para el papel protagonista, decidió no hacerlo hasta después de una prueba de cámara. El cineasta decidió no estar durante la prueba, dejando a un asistente de cámara para que se hiciese cargo de la prueba, eso sí, se dejó ordenado que la cámara siguiese grabando después de que se dijese "corte", para ver la reacción natural de Hepburn tras recitar sus líneas.
Fue la espontaneidad de esas escenas grabadas a posteriori lo que hicieron que Audrey Hepburn se convirtiese en la protagonista de 'Vacaciones en Roma'. Una elección de la que nunca se arrepintió Wyler. "Tiene todas las cosas que busco: Encanto, inocencia y talento. Además, es muy divertida y absolutamente encantadora. No dudamos en ningún momento a la hora de decir que era nuestra chica", comentó en una entrevista durante la promoción del filme.
El propio cineasta, además, quería una belleza opuesta al canon de la época. En esos años triunfaban las curvas exuberantes de actrices italianas como Gina Lollobrigida y Wyler quería "lo anti-italiano". "Era perfecta [...] Tenía poco culo, poco pecho y no llevaba ropa ajustada ni tacones altos. En resumen, una marciana. Sabíamos que iba a causar sensación", comentó el realizador.
