Con ya casi dos décadas dirigiendo, primero cortos y luego mediometrajes de corte experimental, a principios de los ochenta el Maestro de la Nueva Carne era ya conocido dentro del panorama fantástico por sus aportaciones al género.
'Vinieron de dentro de...', 'Rabia', 'Cromosoma 3', 'Scanners' y 'La zona muerta' (sobre la novela de Stephen King), habían posicionado a David Cronenberg como uno de los grandes realizadores de terror moderno. Pero era 1983 cuando presentaba al mundo una de las obras maestras de su filmografía: 'Videodrome'.
Única en su especie
Escrita por el propio director, su historia nos presentaba a Max Stern (James Woods), el operario de una televisión que verá como su vida cobra sentido y pierde todo lo que tenía que ver con lo anodino, cuando descubra que existe un canal de televisión que emite la realidad, frente a la que el protagonista no podrá resistirse y acabará optando por pasar a formar parte de esos que idolatran algo que llaman "La Nueva Carne".
Acompañado en el reparto por Sonja Smits, Deborah Harry y Jack Creley, esta rareza a camino entre la ciencia ficción y el terror, con despuntes hacia las teorías conspiranoicas y el body horror, pasó con más pena que gloria en el momento de su estreno, pero por todos es sabido que su mensaje acabaría llegando a todos los recovecos del mundo con su irrupción en los videoclubs. Ahí fue, y como si ese hubiese sido su verdadero destino desde un primer momento, donde 'Videodrome' adquiriría la etiqueta de culto con la que se conoce a día de hoy, pasando a ser no solo uno de los títulos más importantes de la carrera de Cronenberg, sino uno de los ejemplos de cine fantástico más relevantes del siglo XX.
A continuación, hacemos un repaso a algunos de los detalles de su contenido y que tuvieron lugar en el momento de su creación. Porque tal y como reza su filosofía, hay que seguir manteniendo aquello de "larga vida a la Nueva Carne".
Curiosidades de 'Videodrome'
Origen
El origen de 'Videodrome' se remonta la infancia de David Cronenberg. Nacido y criado en Toronto, siendo niño el director se fascinaba con la señal que llegaba desde Buffalo (ciudad cerca de la frontera con Canadá) hasta su televisor, una vez que los canales canadienses habían dejado de emitir.
La idea de que podría ser testigo de algo prohibido emitido a través de su pantalla, fue lo que sirvió como base para la que sería una de las grandes películas de su filmografía.
Figura inspiradora
Fue durante su etapa en la Universidad de Toronto, donde David Cronenberg cursó Lengua y Literatura Inglesa, cuando se sintió fascinado por Marshall McLuhan, filósofo y teórico que impartía clases sobre teoría de los medios.
La plena inmersión en las lecturas que McLuhan recomendaba, hicieron que Cronenberg acabase elaborando la tesis que conformó todo el mensaje que contendría 'Videodrome'.
La Nueva Carne
Antes de empezar el rodaje de 'Videodrome', Cronenberg ya había empezado a dejar en su filmografía algunos apuntes acerca de la Nueva Carne.
Cuerpo y alma se funden en una sola entidad que sirve para somatizar el horror y los traumas. 'Vinieron de dentro de...' y 'Rabia' ya habían allanado el camino, convirtiendo a sus infectados en lo que podrían definirse como la representación corpórea de una enfermedad. En 'Cromosoma 3', el odio de una madre se convertía en tangible dando a luz a unos seres monstruosos.
Será en 'Videodrome' donde el cineasta exponga al máximo esa idea del ser humano como entidad que puede jugar con su cuerpo y las leyes de la naturaleza, pudiendo modificar a su antojo del mismo modo en el que se asocia a una era tecnológica cada vez más preeminente.
El mensaje, lo primero
Con el guion ya completado y tras haber encontrado financiación, el rodaje de 'Videodrome' empezaba en octubre de 1981. Sin embargo, durante la primera semana, el rodaje se centró en llevar a cabo las secuencias que se pueden ver en las pantallas a lo largo de la película, desde las escenas softcore emitidas y que dejan claro el mensaje de "Larga vida a la Nueva Carne", a los monólogos del personaje de Brian O'Blivion, interpretado por Jack Creley y para el que David Cronenberg se inspiró por completo en McLuhan, su antiguo profesor.
Cameo polémico
Durante un momento de 'Videodrome', al personaje de Max Renn interpretado por James Woods le compra porno de temática oriental a un distribuidor. Este no es otro que David Tsubouchi.
A muchos nos les dirá nada ese nombre, pero en su momento fueron varias las voces que se alzaron en su contra por haber interpretado a un pornógrafo. ¿Por qué? Porque Tsubouchi acabó siendo ministro del gobierno de Ontario, y su imagen pública algunos la consideraron dañada por su colaboración con Cronenberg.
El final feliz que quiso Cronenberg
'Videodrome' termina con Max suicidándose con un disparo, final que fue idea del propio James Woods.
David Cronenberg tenía en mente otro desenlace: tras eso, un epílogo mostraría a Max, Nicki (Deborah Harry) y Bianca (Sonja Smits) apareciendo en el set de Videodrome, donde ellas dos mostrarían unos cortes en el pecho de los que saldrían unos aberrantes órganos sexuales y todos acababan teniendo sexo. Ese hubiera sido el ideal de "final feliz" para el realizador.
El remontaje
El primer montaje final de 'Videodrome' constaba de 75 minutos, y en el momento en el que fue mostrado, el recibimiento por parte del público y los productores hizo que Cronenberg tuviese que hacer un nuevo montaje de la película, la cual terminó durando 87 minutos.
La intención final no era otra que la de esquivar la tan temida clasificación X, el principal motivo por el que el estudio estuvo entremetiéndose a lo largo del rodaje en todo momento.
La banda sonora
Tras el trabajo que había realizado en 'Cromosoma 3' y 'Scanners', Cronenberg contó de nuevo con Howard Shore para que compusiera la banda sonora de 'Videodrome', convirtiéndose así ya en el compositor oficial del cineasta.
Shore (ganador de tres Oscar por su trabajo en 'El Señor de los Anillos') optó por crear un sonido operístico que acompañase al personaje de Max Stern en su descenso a los infiernos. Para ello, programó todos los sonidos en un sintetizador digital, aparato que se había empezado a popularizar en los setenta.
Recibimiento
La cita más conocida en torno al impacto que supuso en el momento de su estreno, sigue siendo la de Andy Warhol, quien definió 'Videodrome' como "'La naranja mecánica' de los ochenta".
Pese a que no fue unánime, la crítica se dividió entre los que hablaron de ella como un título original e innovador, destacando sus efectos especiales. También hubo quien la consideró aburrida y poco relevante, algo que pareció tener en cuenta también el público de la época, pues de los casi seis millones de dólares que costó, apenas llegó a recaudar la mitad.
Galardones y conversión a culto
En 1984, David Cronenberg conseguía el Genie (los premios más importantes de la industria canadiense) al Mejor Director. 'Videodrome' se alzó con el premio a la Mejor Película en el BIFFF, Brussels International Festival of Fantasy Film.
Sería con su llegada al mercado doméstico, que la película empezaría a alcanzar el estatus de culto con el que pasó a la historia, dejando claro una vez más que los títulos que perduran no tienen porqué haber sido comprendidos en su momento, ya sea por el público, la crítica o ambos.