Cinco años después de los fatídicos hechos de Crystal Lake, un nuevo grupo de monitores llega a un campamento cercano. La historia de los crímenes de la Sra. Voorhees y la leyenda de su hijo ahogado en el lago, han trascendido de tal manera que ahora son contadas como relatos de terror a la luz de la hoguera, como si se tratase de una leyenda urbana local. Como no podía ser de otra forma, y elevándose como uno de los grandes momentos del slasher de los ochenta, la figura de Jason acabará manifestándose para el horror de todos los allí presentes.
1981 fue un año clave para el subgénero, pues tras los éxitos de las que se acabarían considerando como las dos películas ('La noche de Halloween' y 'Viernes 13') que abrirían la veda a todo lo que vendría después, se estrenaba una larga lista de títulos que dejaban claro que el slasher iba a ser la nueva tendencia en el terror. En ese mismo año, se estrenarían 'San Valentín sangriento', 'La quema', 'Cumpleaños mortal', 'Los ojos de un extraño', 'La casa de los horrores', 'El asesino de Rosemary', 'Halloween II' y 'Viernes 13, 2ª parte', entre muchas otras.
El nacimiento del psychokiller
A Jason Voorhees ya le habíamos podido ver al final de 'Viernes 13' emergiendo del lago en una escena que se utilizó simplemente como recurso para el susto fácil, por eso en un primer momento ni Sean S. Cunningham ni Betsy Palmer (la mítica Pamela Voorhees) se mostraron muy reticentes a una secuela con un Jason adulto como asesino. Si preguntásemos a los fans de la franquicia, uno de los eternos debates siempre girará en torno a si la segunda entrega es mejor que la primera, solo por el hecho de que fue en la secuela cuando el psychokiller entró en acción y acabó por sentar las bases para su propia franquicia, la cual contó con diez continuaciones más (contando el crossover 'Freddy contra Jason' y 'Viernes 13', el remake de 2009) y a la que rendimos tributo en el presente especial.
Con un presupuesto de 1,2 millones de dólares, la película recaudó más de 21, dando luz verde a una tercera parte para la que volvería a repetir como director Steve Miner, el responsable de la realización de esta y quien también colaboró como guionista junto a Ron Kurz. Ya sea por el saco en la cabeza con el que Voorhees nos deleitó, por la brutalidad de sus muertes o por el espíritu de la época que reflejó claramente en pantalla, 'Viernes 13, 2ª parte' no solo es una de las mejores segundas partes del cine de terror, sino que de ella se destilan todos los cánones del slasher, la cual quien esto escribe nunca se cansará de reivindicar.
Curiosidades de 'Viernes 13, 2ª parte'
Acosada
El nombre de Adrienne King, que había sido la final girl de la primera 'Viernes 13', estaba el primero de la lista para fuese una de las protagonistas de la secuela.
Cuando desde la productora contactaron con ella para ofrecerle el trabajo, la actriz solo puso una condición: estar en pantalla el menos tiempo posible.
¿El motivo? Tras su salto a la fama con la anterior película, un fan se obsesionó con ella hasta el nivel en que empezó a acosarla indiscriminadamente, llegando a entrar en su apartamento, haciendo que King llegase a temer por su vida. Ese sería el motivo por el que se acabó retirando de la interpretación hasta el año 2001.
Como aspecto a tener en cuenta, la actriz improvisó toda la secuencia, sin llegar a saber ni siquiera que su personaje iba a morir al final de ella.
Ahora prepara '13: Fanboy', donde se interpretará a ella misma.
Regreso a Crystal Lake
Sean S. Cunningham, director de la primera 'Viernes 13', no estaba interesado dirigir una secuela, rol que acabó adjudicándose Steve Miner, quien había sido uno de los productores de la primera.
El éxito de aquella fue lo que puso en marcha el engranaje para una continuación en tiempo récord, siendo los productores los que apostaron por una película en la que el villano fuese Jason Voorhees, frente a la idea inicial de Paramount, la cual pretendía únicamente instaurar una franquicia de terror llamada 'Viernes 13' en la que sus películas no tuviesen ningún tipo de conexión.
La nueva final girl
Con 21 años, Amy Steel no tenía bien claro hacia dónde quería llevar su carrera como actriz, así que se iba presentando a castings con la intención de ir probando suerte.
Tal fue su sorpresa que, en la audición para ser Ginny, y creyendo que el resto de candidatas estaban mucho más capacitadas que ella para el papel, su naturalidad fue lo que acabó por conquistar a los responsables del casting.
Para dar vida al personaje, la actriz llegó a aportar como cosecha propia, cierto poder de libertad frente a los personajes masculinos, es por ello que en la relación entre Ginny y Paul (John Furey), ella no se conformó con ser un estereotipo femenino y optó por dotar a la protagonista con el suficiente carácter como para ser algo más que la chica que tenía que gritar en pantalla.
La inspiración para Jason
Ahora que Jason Voorhees había emergido de su tumba acuática de Crystal Lake, había que presentar al famoso psychokiller con un aspecto que llamase la atención. Mientras esperábamos hasta 'Viernes 13. Parte III' para verle luciendo la icónica máscara de hockey, los creadores decidieron inspirarse en otro asesino que ya había hecho de las suyas en el cine.
Se trata de El Fantasma, el antagonista de 'Terror al anochecer', film de culto de 1976 dirigido por Charles B. Pierce y basado en los crímenes reales sucedidos en Texarkana en 1946 y el cual tuvo una meta secuela en 2014, 'The Town That Dreaded Sundown'.
Betsy Palmer
Betsy Palmer, que lidió durante el resto de su vida con la etiqueta de haber sido la Sra. Voorhees (y quien siempre reivindicó que ella era mucho más que eso), olvidó por completo que aparecía en la secuela.
La actriz había llegado a afirmar que la única película de la saga en la que apareció fue 'Viernes 13', olvidando que la productora le contrató para un día cuando estaban rodando 'Viernes 13, 2ª parte', donde grabó su breve aparición delante de una pantalla negra.
Tributo a Mario Bava
En 1971, Mario Bava había dirigido 'Bahía de sangre', la película que podríamos entender como el punto de inflexión perfecto entre el giallo y el slasher, y la cual sirvió como inspiración para infinidad de títulos que llegaron durante los años siguientes.
Aquella película contenía un par de muertes memorables que Ron Kurz y Steve Miner decidieron homenajear en esta secuela. Una era la del machetazo en la cara, la cual aquí se elevaba a la máxima potencia en cuanto a brutalidad al convertir a la víctima en un joven en silla de ruedas, interpretado por Tom McBride.
La otra, era la de un empalamiento a una pareja que estaba haciendo el amor en una cama, y que en su versión para 'Viernes 13, 2ª parte', acabó siendo una de las muertes más recordadas de la película.
El relevo de Tom Savini
Tom Savini, que se había encargado del maquillaje y efectos de la primera parte, no pudo participar en la película por problemas de agenda, por lo que Steve Miner decidió contar con Stan Winston para que se encargase de ello.
Sin embargo, y pese a que Winston sí llegó a empezar a trabajar en la película, al poco de iniciarse la producción tuvo que abandonar por incompatibilidad de horarios, ya que también estaba trabajando en otras dos producciones, 'La mano' y 'Muertos y enterrados'.
Fue Carl Fullerton quien le tomó el relevo, tomando como principal inspiración para el aspecto del Jason desenmascarado, el que le había dado Savini al Jason niño en la primera 'Viernes 13'.
Rodaje accidentado
Fueron varios los imprevistos que tuvieron lugar durante el rodaje y que llegaron a poner en peligro la integridad de los actores.
Adrienne King llegó a herirse en la escena con el pico de hielo retráctil, ya que el mecanismo de este no funcionó.
Warrington Gillett fue contratado para dar vida a Jason, pero tuvo que abandonar a mitad de la película alegando heridas, llegando a aparecer únicamente en pantalla en la escena en la que aparece desenmascarado. El motivo por el actor aparentemente abandonó fue porque en la secuencia en la que tenía que atravesar el cristal, acabó haciéndose daño, teniendo que sustituirle el resto de la película el doble Steve Dash, quien se molestó por no aparecer acreditado en la película, durante la cual se fracturó las costillas al caer sobre el pico que llevaba en una secuencia de persecución.
Amy Steel se hizo un profundo corte en un dedo con el machete durante el rodaje de la escena final, teniendo que ir al hospital, donde le tuvieron que poner puntos para la herida.
La escena más complicada
Ni aquellas con efectos especiales ni las que acabaron en accidentes: la escena más complicada durante el rodaje acabó siendo una que tenía que ver totalmente con la interpretación.
Así es como recuerda Amy Steel el momento de la ventana, en el que el personaje de Ginny se tenía que mostrar totalmente atemorizado. Presentado en slow motion, se filmaría con una cámara de alta velocidad, y tal era el nivel de estrés de la actriz y la sensación de que no podía estar a la altura de lo que Steve Miner le estaba pidiendo, que cada vez que escuchaba que la cámara se ponía en movimiento, era incapaz de contener en su rostro la tensión que sentía.
Finalmente, la reacción que vemos en pantalla no es una interpretación de Steel, sino la muestra real de que estaba aterrorizada debido al bloqueo que sintió durante el tiempo que estuvieron trabajando en dicha secuencia.
Censura
Estaba claro que Paramount había puesto en marcha una película que obtendría la calificación R, pero el problema llegó cuando la MPAA la catalogó como X debido a todo el nivel de violencia gráfica y desnudos.
Siendo conscientes de que la X no sería nada beneficioso para el film económicamente hablando, se tuvieron que hacer algunos cortes en las secuencias más grotescas. Por suerte, el recorte final solo alcanzó los 48 segundos, por lo que aseguramos pudimos disfrutar de 'Viernes 13, 2ª parte' en casi todo su esplendor original.
