Tan solo hacía dos años que el público había conocido la historia de Crystal Lake y la desquiciada Pamela Voorhees gracias a Sean S. Cunningham y 'Viernes 13'. Después, aquel pequeño Jason (que se había ahogado en el lago tiempo atrás) haría acto de presencia para continuar con el legado asesino de su madre en 'Viernes 13, 2ª parte' en 1981, el año del boom del slasher y en el que ya se acabarían de asentar las directrices del subgénero.
Con Steve Miner repitiendo como director tras la segunda parte, en 1982 se estrenaba en cines 'Viernes 13. Parte III', el episodio en la franquicia en el que la figura de Jason ya se terminaba de consagrar gracias a la presentación de una iconografía que pasó a la historia: la de la mítica máscara de hockey.
Bodycount en 3D
Tal y como ya iba siendo tópico con tan solo tres entregas, el argumento nos presentaba a un nuevo grupo de jóvenes que se convertían en víctimas potenciales de Jason Voorhees, quien continuará perpetrando sus sangrientas aficiones sobre todo el que se acerque por Crystal Lake. Y por si fuese poco el hecho de que esta sería la primera vez que veríamos al famoso psychokiller llevando su más conocida seña de identidad, esta tercera parte tenía otro aliciente que fue las delicias para el público de la época: era en 3D. Por eso y mucho más, la recordamos en el presente especial haciendo mención a algunas de sus curiosidades durante el proceso de pre-producción y rodaje.
Con un presupuesto de 2,3 millones de dólares, 'Viernes 13. Parte III' logró superar a sus dos antecesoras y pasó a ser la película más taquillera de la saga hasta aquel entonces, logrando tan solo en Estados Unidos un total de 36,7 de recaudación. Además, y debido a su estreno masivo en cines como producto 3D (lo que supuso una gran campaña de marketing), el film logró posicionarse como uno de los más taquilleros de terror del año y abrió la veda a que desde el género se volviese a recuperar el 3D como formato, pues pronto le siguieron otras como 'Amityville 3D' o 'Tiburón 3'.
Curiosidades de 'Viernes 13, parte III'
La idea original
Tal y como sucedió con 'Viernes 13, 2ª parte', que comenzaba ligando directamente con los hechos de la primera 'Viernes 13', el argumento de 'Viernes 13. Parte III' iba a tener como protagonista a la final girl de la película anterior, Ginny Field.
Esta tercera entrega nos iba a presentar a la joven internada en un psiquiátrico, donde llegaría Jason matando a todo el que se pusiera en su camino para acabar con ella (¿alguien ha dicho 'Halloween II'?), quien se habría estado preparando para el enfrentamiento definitivo con el maníaco de Crystal Lake.
Ante la negativa de Amy Steel de regresar a la saga, se optó por una nueva historia.
La polémica del 3D
En cuanto se dio luz verde al proyecto, Paramount decidió que quería estrenarla en 3D, motivo por el cual se pusieron en contacto con Marks Polarized Corporation para que les proporcionase unas lentes con las que llevar a cabo el rodaje. De forma paralela, contactaron con otra compañía para que desarrollase otras lentes para que estas fuesen propiedad exclusiva de Paramount.
Ese fue el motivo por el que desde Marks Polarized decidieran interponer una demanda contra Paramount alegando que esta quería monopolizar el mercado de las lentes en 3D. Tras un acuerdo, la película tuvo que incluir en sus créditos que la película se había desarrollado con tecnología de los demandantes, cuya demanda acabó siendo desestimada.
La máscara
El hecho de que Jason apareciese con una máscara de hockey no estaba en el guion, sino que fue una idea de Martin Sadoff, el responsable de efectos especiales. Como gran aficionado a dicho deporte, solicitó una máscara a los Detroit Red Wings, la cual le encantó a Steve Miner.
Tras hacer un nuevo molde (la original era demasiado pequeña) y modificar algunos agujeros y los triángulos rojos, por fin nacía la icónica seña de identidad de Voorhees, la cual se convertía en parte indisoluble de la historia del slasher.
Pionera
'Viernes 13. Parte III' no solo fue la primera (y única) de la franquicia en estrenarse en 3D, sino que pasó a ser la primera en la historia con dicho formato que tuvo un estreno masivo en cines, llegando a un total de 1079 pantallas, de las cuales solo 813 tenían capacidad para proyectar en 3D.
Eso fue lo que hizo que Paramount tuviese que efectuar una nueva copia a partir del negativo original de la película para que fuese proyectada en dos dimensiones, lo cual costó 2 millones de dólares.
De Connecticut a California
Mientras que las dos primeras partes se habían rodado en la Costa Este de Estados Unidos (la primera en Nueva Jersey y la segunda en Connecticut), para 'Viernes 13. Parte III' todo el equipo de trasladó hasta California, ya que estando más cerca de los estudios de Hollywood, se podría tener en mayor control sobre la película de terror que (se suponía) iba a revitalizar el 3D.
El rodaje tendría lugar en un rancho de Santa Clarita, donde se tuvo que construir para la ocasión tanto la casa como el granero, además de crear un lago artificial, el cual dio varios quebraderos de cabeza al equipo cuando en la primera semana de rodaje el agua se filtró por el suelo debido a que estaba mal sellado. La casa se mantuvo en pie en el lugar hasta que en 2012 se destruyó por culpa de un infierno.
Un nuevo Jason
Steve Daskawcz, quien había interpretado a Jason en 'Viernes 13, 2ª parte', estaba dispuesto a volver a hacerlo, pero el cambio de sede de la producción le dejó al margen. El actor, con residencia en la Costa Este, solo sería contratado si se pagaba él mismo su billete, algo a lo que se negó en rotundo.
Fue entonces cuando entró en juego Richard Brooker, doble de acción y trapecista que fue contratado por Steve Miner debido a sus 1,92m de altura. Sin embargo, el actor era tan delgado que tuvieron que añadirle almohadillas de espuma por debajo de la ropa.
La cara de Jason
Antes de que a Martin Sadoff se le ocurriese lo de la máscara de hockey, el estudio ya había planteado que había que cambiarle el outfit a Jason debido a que se parecía demasiado al saco que llevaba el protagonista de 'El hombre elefante' (no cayeron en la cuenta de que también era como el del asesino de 'Pánico al anochecer').
Si Jason iba a dejarse ver en su plenitud, se tendría que llevar a cabo una ardua tarea de maquillaje con prótesis de látex, las cuales Brooker llevó debajo de la máscara de hockey después de las seis horas que costó que el equipo de maquilladores hiciese su trabajo.
Stan Winston fue contratado para hacer una máscara, la cual se diferenciaba del rostro que vemos en la película y que acabaría siendo utilizada en la secuencia del sueño en la que Jason era decapitado, aunque Winston no estuviese acreditado al final.
Rodaje helado
Como en el resto de películas de la saga, la acción de 'Viernes 13. Parte III' tiene lugar entre la primavera y el verano, algo que los actores tuvieron que sufrir durante el rodaje, el cual se llevó a cabo entre enero y febrero.
Esa fue la causa por la que, ya en la sala de montaje, se tuvo que prescindir de varias secuencias nocturnas, ya que se podía ver en pantalla el aliento helado que salía de sus bocas debido al frío.
David Bowie en Crystal Lake
Por raro que suene, 'Viernes 13. Parte III' supuso el comienzo de una extraña relación de la franquicia con David Bowie.
Debido a las expectativas que había puesta en ella y tras el éxito de las dos anteriores, con la intención de que el guion no se filtrase, durante la producción se utilizó el título falso de 'Crystal Japan', en referencia a uno de los temas del artista. Eso fue el inicio de una tradición que se repitió hasta la octava entrega.
Censura
Como era evidente y ya típico en todas las producciones de este estilo, para evitar la calificación X se tuvieron que recortar varias secuencias de muerte por resultar demasiado explícitas, considerando que se regocijaban en las salpicaduras de sangre y algunas de ellas eran demasiado brutas.
Otro aspecto que se obvió, aunque antes de comenzar el rodaje, era una escena en la que Jason violaba a Chris (Dana Kimmell), lo cual fue descartado porque (como en la película anterior) el psicópata no había sido representado como un ser incapaz de controlar sus pulsiones sexuales.
