¡Cuidado SPOILERS!
* Si no has visto 'Sin tiempo para morir', ¡no sigas leyendo!
"No podía hacerse porque sí". Daniel Craig supo desde sus inicios en la piel de James Bond, cómo quería cerrar su paso por la exitosa saga de espías, pero otra cosa era plantearlo. El actor, casi tres meses después del estreno de 'Sin tiempo para morir', detalla, en declaraciones a Variety, cómo se diseñó el trágico final de su encarnación del famoso personaje, afirmando que tras el estreno de 'Casino Royale', su primera película de la franquicia, ya dejó claro que su Bond: tenía que morir.
"Era 2006. Barbara [Broccoli, coproductora y responsable máxima de las adaptaciones cinematográficas] y yo estábamos sentados en la parte trasera de un coche, alejándonos del estreno en Berlín de 'Casino Royale'. Todo iba bien. A los fans les gustó la película, y parecía que iba a tener la oportunidad de hacer al menos otra más. Entonces le dije a Barbara: '¿Cuántas tengo que hacer?'. Porque realmente no miro los contratos ni ninguna de esas cosas. Y ella me respondió 'cuatro más', y yo dije: 'Oh, está bien. ¿Puedo matarlo en la última?'".
"Ni siquiera se lo pensó, dijo directamente que sí. Así que hicimos un trato en aquel momento y le comenté cómo quería hacerlo. Era la única forma en la que me veía poniendo fin a mi paso por la saga, para que luego otra persona se hiciera cargo. Barbara se ha mantenido firme". "Queríamos deshacernos de él", añade Broccoli entre risas, "esa era la realidad. Fue como, asegúrate [dice la productora refiriéndose a Michael G. Wilson, también productor] de que esta sea la forma en que nos deshagamos de Daniel".
El clímax más emotivo
Todo el equipo sabía el desenlace, la cuestión era conseguir que Bond muriera por algo que vinculase al espectador hasta el punto de construir el clímax más emotivo posible.
"Creo que lo importante fue que todos intentamos crear una situación de tragedia. La idea de que hay un problema insuperable, hay una fuerza mayor en juego y no hay nada que nadie pueda hacer al respecto", dice Craig.
"La mayor fuerza es el arma de Safin (Rami Malek), que destruye lo único que Bond quiere en la vida: estar con las personas a las que ama. En el momento en que esa posibilidad desaparece, para él no hay nada por lo que valga la pena vivir. [Solo acercándose a ellos] pondría en peligro sus vidas, y eso es lo último que quiere hacer".
"Así que ese elemento era increíblemente importante para tejer el final, porque no podía parecer un acto aleatorio. Tenía que tener peso; sin [un motivo verdaderamente importante], no iba a funcionar. Si no hubiéramos tenido ese peso, no creo que lo hubiéramos hecho. Habríamos encontrado otro final", una apuesta muy arriesgada que ahora deja al equipo de la saga en tierra de nadie. ¿Cómo saldrán del atolladero?