El pasado 10 de octubre se estrenaba 'Perdida', la última película de David Fincher después de 'Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres' en 2011. Protagonizada por Ben Affleck y Rosamund Pike, 'Perdida' narra la desaparición de la mujer de Nick Dunne, pero la presión policial y mediática hace que el retrato de la feliz unión de Nick y su mujer empiece a tambalearse. Pronto sus engaños y extraño comportamiento llevarán a todo el mundo a preguntarse: ¿Es el responsable de la desaparición de su mujer? La película ha conseguido el número 1 en taquilla en Estados Unidos, sumándose a la lista de éxitos de este director. Sus películas tienen fuertes señas de identidad, que nos ayudan a comprender por qué el nombre de David Fincher no pasa desapercibido en Hollywood, os contamos cuáles son.
Los colores y la oscuridad
Quizá se trate de uno de los rasgos más distintivos del director americano. Los filtros oscuros, con predominio de tonos verdes y amarillos, en contraposición a la falsa idea de felicidad que según él se transmite constantemente: "En la televisión y en los Macs hay mucho rosa y magenta, para hacer que la gente se vea sana y feliz. Yo odio eso: me parece un fraude". Este tipo de estética no podría ser de otra manera cuando la historia que nos cuenta Fincher no lleva a estados de locura, miedo, incertidumbre y descontrol. Pero no todo es tan negativo en la vida de los personajes de Fincher, en 'El curioso caso de Benjamin Button' predomina en la cinta un amarillo que nos traslada a los recuerdos, la memoria y el drama emotivo. En 'La red social' los amarillos también son constantes.
El duro trabajo de sus actores
David Fincher es uno de esos directores a los que le gusta llevar a cabo largas sesiones de ensayo con los actores y repetir una toma las veces que sean necesarias (hasta 200 en una ocasión durante el rodaje de 'La red social'), pero odia que lo tilden de perfeccionista. Esta forma de trabajar podría ser interpretada no como la obsesión por lo perfecto (el director afirma que en muchas ocasiones se queda con la primera o segunda toma), sino por un intento de sacar lo mejor de los actores. El objetivo es que el actor termine interpretando la secuencia de la manera más natural posible, haciendo las palabras, los gestos y las emociones suyos propios. Esto bien lo sabrá Brad Pitt, el actor con mayor presencia de su filmografía.
Sus orígenes como director
Fincher siempre tuvo muy claro que quería dedicarse al cine, por ello consiguió colarse en el equipo de efectos visuales de 'Star Wars: Episodio VI - El retorno del Jedi'. Hasta que llegara su primera oportunidad como director de un largometraje en 1992 con 'Alien 3', se dedicó a dirigir vídeos musicales, de grandes estrellas como Madonna, Aerosmith o The Rolling Stones, y spots publicitarios. Este tipo de experiencias tuvieron una gran influencia en sus posteriores películas, tanto en términos visuales como de ritmo.
Las novelas
Muchas de las películas de Fincher están basadas en novelas o relatos, incluso en historias reales, como ocurre en 'La red social', que también había sido llevada al papel, o 'Zodiac'. Entre ellas tenemos la adaptación del best seller 'Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres' de Stieg Larsson, del relato de F. Scott Fitzgerald 'El curioso caso de Benjamin Button', y 'El club de la lucha' de Chuck Palahniuk. Siguiendo la misma línea, 'Perdida' está basada en la obra de la escritora Gillian Flynn, que participó en la adaptación al cine como guionista.
La cara más oscura del ser humano
El blanco y el negro son los dos extremos de una dimensión en cuyo interior se encuentran muchas tonalidades de gris. En esta dimensión se mueve el ser humano, su conducta y sus motivaciones, y David Fincher ha querido plasmar estos aspectos del mismo a lo largo de su filmografía. Su mayor exponente es, por supuesto, el retrato de los siete pecados capitales en 'Seven', pero eso se repite en toda su filmografía. Desde las ambiciones de Mark Zuckerberg en 'La red social', el instinto de supervivencia de una madre y una hija en 'La habitación del pánico', la negativa ante la muerte en 'El curioso caso de Benjamin Button', el deseo de pertenencia y la pérdida de la identidad en 'El club de la lucha'. Ahora, en 'Perdida' el director ha declarado su intención por hacer una sátira más que una película de suspense, una crítica a la actual cultura mediática, en palabras del mismo: "No es una sátira de los medios de comunicación, es una historia de la vampirización de la tragedia".
El suspense y las situaciones límite
Las tramas de las películas de David Fincher son, en cierta manera, complejas. El suspense siempre está presente, y sus personajes se suelen ver inmersos en situaciones de las que no pueden escapar, como ocurría en 'The Game', 'El club de la lucha' o, más literalmente, 'La habitación del pánico'. Suspense puro son las investigaciones de 'Zodiac' o 'Seven', puras carreras contrarreloj. Quizá las menos angustiosas en esta línea son 'El curioso caso de Benjamin Button' o 'La red social', películas que nos recuerdan que Fincher puede moverse en diferentes géneros, y en todos ellos cuenta con armas tan poderosas como un juego de conversaciones impresionantes. Muchas de estas historias lo que hacen, a medida que avanzan, es mostrarnos el por qué de la historia, cosa que se materializa totalmente en el final de las mismas, que comentamos a continuación.
El final inesperado
Hay una cosa clara, cuando alguien nos destripa el final de una película nos ha fastidiado bien, pero como ocurra con un filme de David Fincher, deberíamos tardar varios años en verlo para olvidar cómo es el final, porque si no lo hacemos estaremos perdiendo la oportunidad de entrar de lleno en el juego de las películas de este director. Después de una trama compleja, claustrofóbica, donde sufrimos con el personaje al vernos todos juntos envueltos en una angustiosa situación (todos permanecemos dentro de 'La habitación del pánico', nos quedamos plantados delante de la caja de 'Seven' o nos desorientamos en 'El club de la lucha'), llega el rompedor final que nos deja helados. 'Perdida' no iba a ser menos. Dentro de este aparentemente típico suceso se esconden muchos secretos, pero su resolución espera en las salas de cine.