Este verano hemos podido disfrutar de la realidad aumentada de 'Pokémon' gracias a 'Pokémon GO', con los monstruos de bolsillo campando a sus anchas por las calles de nuestra ciudad y nos hemos sentido como auténticos entrenadores de la Liga Pokémon. Sin embargo, para todo fan que se precie del clásico videojuego japonés, siempre quedará una incógnita por saber: ¿qué sienten los Pokémon cuando son capturados por las Pokéballs?
La respuesta a esta pregunta la ha resuelto Junichi Masuda, un desarrollador del nuevo juego, 'Pokémon Sol' y 'Luna', que se pondrá a la venta en España el 23 de noviembre. En una entrevista con Kotaku, Masuda ha hablado sobre el gran misterio: cómo es el interior de una Pokéball, asegurando que "es muy cómodo".
"Creo que el interior de una Pokéball es un ambiente muy cómodo", ha bromeado el japonés que desde hace años trabaja para la franquicia. "Tal vez el equivalente a un gran cuarto de baño en un sofisticado hotel de lujo".
Así, Masuda ha restado importancia a los seguidores que no confían demasiado en la comodidad de sus criaturas dentro de sus hogares de bolsillo. Dentro de la comunidad Pokémon, hay toda una creencia que ensalza a las Pokéballs como estancias ideales para los animales de la saga de videojuegos de Nintendo. De esta manera, el espacio de las bolas de captura varía en función de la criatura que habita en ellas, recreando su hábitat nativo para la mayor adaptabilidad del Pokémon.
No todo lo que reluce...
En 'Pokémon X' e 'Y', los fans ya tuvieron la oportunidad de ver el interior de las Pokéballs una vez ocupadas. Además, en esta edición los desarrolladores incluyeron una función llamada "Pokémon Amie", que permite a los jugadores interactuar con sus animales cuando están encerrados en sus respectivas Pokéballs. Los jugadores pueden añadir decoraciones e incluso muebles para mejorar la estética de estas particulares casas.
Sin embargo, al igual que hay una teoría que idealiza el entorno de las Pokéballs, hay otros que no están tan convencidos de lo que sostiene el desarrollador y productor del videojuego. En el otro lado de la baraja, se encuentra la "Teoría de almacenamiento de datos", que afirma que los Pokémons se desglosan en código binario cuando entran en una Pokéball. Así, el interior de estos objetos más que un refugio se convertiría en un recipiente que actúa como una unidad más de almacenamiento de datos, como si de un USB se tratase, quedando de esta forma totalmente desvirtualizado la existencia de ese entorno ideal. Ahora ya sabemos que, por lo menos, nuestros Pokémon están bien cómodos ahí dentro. ¿Preparado para una nueva aventura en Alola? El 23 de noviembre está a la vuelta de la esquina.