'El graduado' dejó su huella en una generación ávida de experiencias cinematográficas con las que poder identificarse. La película de Mike Nichols también supuso el nacimiento de una de las estrellas más brillantes de la historia del cine, Dustin Hoffman, adalid de una interpretación más inmersiva y comprometida. Medio siglo después pervive la vigencia de 'El graduado', que marcó un antes y un después en la producción hollywoodiense.
Tras la gran acogida de su ópera prima, '¿Quién teme a Virginia Woolf?', Nichols se embarcó en la realización de una película muy atípica para los códigos de Hollywood. El cineasta conoció el prestigio y el reconocimiento con aquel debut, que le valió su primera nominación al Oscar, y no defraudó con su siguiente esfuerzo tras las cámaras. 'El graduado' recaudó más de 100 millones de dólares en su país de origen, una cifra brutal que la elevó a la categoría de fenómeno de masas.
Un año después de su primera nominación, Nichols subiría a recoger su primer y único Oscar. Esa fue la única estatuilla con la que se alzó la película en la ceremonia, a pesar de contar con otras seis nominaciones. Además, no hay que olvidar la maravillosa banda sonora del film, que contó con varios temas, pegadizos o demoledores, del dúo Simon & Garfunkel. Recordamos este icónico hito del séptimo arte con varias anécdotas entre bambalinas:
Curiosidades de 'El graduado'
Nunca abandonaba el método
Como buen seguidor del método interpretativo de Lee Strasberg, Hoffman vivió el personaje de Ben. De hecho, cuando llegó a la oficina del productor de la película, Joseph E. Levine, para realizar una audición, este le confundió con un limpiador de ventanas y Hoffman le siguió el juego, ya que se puso a limpiar una de las ventanas del despacho.
Abandono forzado
Al igual que Dustin Hoffman estaba luchando por forjarse una carrera, su antiguo compañero de piso, Gene Hackman, estaba siguiendo de cerca sus pasos. Hackman se hizo con el papel de Mr. Robinson en 'El graduado', pero fue despedido cuando comenzaron los ensayos, ya que Mike Nichols tenía la impresión de que era demasiado joven para el papel, aunque tuviera un año más que Anne Bancroft, su mujer en pantalla. Este revés no hundió al actor, que aterrizó en 'Bonnie y Clyde' ese mismo año y su papel le llevaría a su primera nominación a los Oscar.
Acertada extrañez
La falta de experiencia minó la seguridad de Dustin Hoffman durante las pruebas de casting, ya que sentía que no encajaba en el papel de Ben Braddock. Durante su audición conjunta con Katharine Ross, trató de rebajar la tensión acariciando y pellizcando a la que sería posteriormente su pareja en pantalla, lo cual supuso una sonora reprimenda por parte de la actriz. Hoffman se fue a su casa concienciado de que ya se podía despedir del proyecto, pero Mike Nichols tuvo más claro que nunca que quería contar con él al ver esa incómoda actitud en la prueba.
La edad es lo de menos
Estamos acostumbrados a ver gente en la treintena interpretando a post-adolescentes, y en el caso de 'El graduado' el tema de la edad se respeto lo justo. Buena prueba de ello es que Anne Bancroft, la popular Mrs. Robinson, en la vida real tan solo tenía seis años más que Dustin Hoffman y ocho más que su hija en pantalla, Katharine Ross. El amor y la atracción no entienden de edad.
Seductor nato
Robert Redford se quedó a las puertas de interpretar a Ben. El actor acumulaba multitud de créditos en televisión, pero en el ámbito del cine todavía no atesoraba una gran popularidad. Sin embargo, Nichols no creyó que encajara en el papel, algo que Redford no entendió, ya que él creía comprender al milímetro el papel. Nichols le preguntó: "¿Alguna vez la has cagado con una chica?" A lo que el actor respondió: "¿A qué te refieres?" "Eso quiero decir", replicó Nichols. La conversación terminó con esta invitación a la reflexión del cineasta: "Bob, mira al espejo. ¿Honestamente puedes imaginar a un tío como tú teniendo dificultades para seducir a una mujer?"
Director estrella
El sistema de estudios de Hollywood había promovido que la figura del director se limitara a la correcta organización y ejecución del rodaje, por lo que su implicación era menor de lo que nos encontramos hoy en día. Mike Nichols fue uno de los primeros cineastas que buscaron hacer trizas ese formato, y después del gran éxito de '¿Quién teme a Virginia Woolf?' vio recompensado su esfuerzo con un salario de un millón de dólares por 'El graduado', una cifra jamás pagada a un realizador previamente.
Las vueltas de la vida
Al igual que sucede con sus momentos más icónicos, es imposible no acodarse del cartel promocional de 'El graduado'. En él nos encontramos con un azorado Dustin Hoffman que observa la pierna que ante él se erige. Pero aquella pierna no pertenecía a la Mrs. Robinson original, Anne Bancroft, sino a la desconocida modelo Linda Gray, que más tarde interpretaría a ese seductor personaje en una adaptación musical londinense de la película.
Confianza ingenua
Dustin Hoffman tuvo que pedir permiso para presentarse al casting de 'El graduado'. El actor californiano iba a interpretar un papel ese mismo año en 'Los productores', por lo que tuvo que solicitar a su director, Mel Brooks, permiso para tratar de hacerse con el protagonista de la película de Mike Nichols. Brooks estaba casado con Anne Bancroft, por lo que conocía bien la historia de 'El graduado' y pensó que Hoffman no tendría posibilidad de hacerse con el papel. Desgraciadamente para él, se equivocó.
Mano suelta
Durante los ensayos de la primera escena del hotel, donde se encuentran Ben y Mrs. Robinson, Hoffman decidió recurrir a una estrategia adolescente sin que su compañera, Anne Bancroft, lo supiera. El actor le toco un pecho a Bancroft de forma inesperada, inspirándose en el gesto de ponerse la chaqueta con el que los chavales trataban de rozar a las chicas en el instituto. Mike Nichols instantáneamente comenzó a reír, al igual que Hoffman, que se dirigió a la pared y empezó a golpearla con la cabeza para frenar las carcajadas. A Nichols le pareció tan genuino el momento que decidió incluirlo en la película.
El ocaso de las divas
Mike Nichols recibió la llamada de una estrella de Hollywood que quería hacerse con el papel de Mrs. Robinson. La interesada no era otra que Ava Gardner, que había escuchado hablar del proyecto y se lo comunicó a su director, que asistió a una reunión con ella con pocas expectativas de contratarla, ya que sumaba casi diez años más que Bancroft. Recordando esa reunión, Nichols afirmó que Gardner hizo mención a todos los tópicos cinematográficos posibles y le marcó una línea roja desde el primer momento: "Muy bien, vamos a hablar de tu película. En primer lugar, no me desnudo para nadie". Postura que facilitó mucho a Nichols su decisión de casting.