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VOLVIENDO A LO MISMO

'Dexter: New Blood' es el regreso que nadie ha pedido de una serie que se ha quedado anticuada

La nueva serie, en Movistar+, empieza cayendo en las mismas trampas en las que cayó la serie original.

Por Javier Pérez Martín 13 de Noviembre 2021 | 09:38

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El final de 'Dexter' fue una de esas despedidas incómodas y demasiado alargadas que todas las partes quieren quitarse de encima para no volver la vista atrás. Después de ocho temporadas, la ficción de Showtime era un caso claro de serie que muere de éxito, perdiendo el brillo y el sentido con cada nuevo giro de guion y agotando a los espectadores que se quedan mientras otros van cayéndose por el camino capítulo a capítulo. Y lo cierto es que, después de esa despedida, los espectadores no hemos vuelto la vista atrás en ningún momento, arrastrados por la cada vez más descomunal producción audiovisual tras la proliferación de las plataformas de streaming. Cuando acabó 'Dexter', en septiembre de 2013, Netflix había estrenado 'House of Cards' unos meses antes y no teníamos ni idea de lo que eso iba a significar. Ahora, ocho años después, vuelve Dexter Morgan e intuimos que su regreso no va a significar nada en absoluto.

'Dexter: New Blood'

'Dexter: New Blood' es una miniserie de 10 episodios que se irán viendo semana a semana en Movistar+, empezando desde el pasado lunes 8 de noviembre. En ella Michael C. Hall retoma el papel del asesino en serie que le dio fama (el prestigio ya le había llegado con 'A dos metros bajo tierra'). Es un regreso al universo de 'Dexter' que retoma todos sus tics y señas de identidad, para bien o para mal, de la mano del guionista Clyde Phillips. Él fue el showrunner de las cuatro primeras temporadas, indudablemente las más dignas, lo que en principio es una señal de que esta vuelta podría ser mínimamente interesante.

Al final de la serie original, Dexter sobrevivió y huyó para convertirse en un fugitivo escondido en un paisaje nevado en Oregón, alejado de la tropical Miami. 'New Blood' retoma esa idea y traslada la acción a Iron Lake, un ficticio pueblo glacial del norte de Nueva York. Los primeros momentos del primer capítulo nos muestran al personaje corriendo por la nieve, cazando con una escopeta a cuestas. No tardamos en comprender que lo que está persiguiendo no es una víctima humana sino un ciervo, y enseguida vemos que ni siquiera ante el animal es capaz de apretar el gatillo.

Dexter ya no mata, lleva 10 años sin hacerlo, y ahora vive bajo el seudónimo de Jim Lindsay (en homenaje al autor de las novelas en las que se basa la serie, Jeff Lindsay). Lleva una apacible y rutinaria vida, rodeado de la buena gente del pueblo, a la que saluda calurosamente por la calle. La fachada de vecino perfecto que se construyó para que nadie sospechara de sus oscuros hábitos (es decir, matar a criminales para acallar sus impulsos asesinos) es ahora toda su vida.

'Dexter: New Blood'

Phillips retoma el concepto con el que ya jugueteó la serie original: Dexter es un adicto, igual que los alcohólicos y los toxicómanos. Y como tal, señala en el calendario cada día que pasa sin "recaer" (en su caso, matar) y necesita llevar una rutina muy ordenada para no ceder a la tentación. 'Dexter: New Blood' empieza mostrándonos a un adicto recuperado, y como "sponsor" tiene a Debra (Jennifer Carpenter), su hermana que murió en la última temporada y ahora le acompaña dentro de su cabeza. Ella es la voz que le mantiene a raya y evita que acabe liándose a cuchillazos con el primero que pasa.

Es una idea interesante, aunque no nueva, como también lo es que la voz en off de Dexter, una de la señas de identidad de la serie, no aparezca durante la mayor parte del episodio. Como si realmente estuviéramos siguiendo los pasos al tal Jim Lindsay y el verdadero Dexter dormitara dentro de él. El problema, claro, es que este no tarda en aparecer, porque si no, como se suele decir, no habría historia.

Siguiendo la tradición de la serie, 'Dexter: New Blood' abusa de los dobles sentidos dirigidos al espectador. "Tengo un problema con la sangre" o "De verdad que no hay secretos en este pueblo" son frases que Dexter dice en algunos momentos del episodio, tras lo cual le falta mirar a cámara y guiñar el ojo. Pero eso significaría que este "revival" pretende hacer algo nuevo o recorrer algún camino no transitado por la serie original. Y no es el caso, al menos en el primer episodio.

'Dexter: New Blood'

Que todo cambie... para que todo siga igual

Mucho tendrá que avanzar la cosa para que 'Dexter: New Blood' no acabe su recorrido habiendo caído en las mismas trampas en las que se metió la serie original. Y eso que Phillips y Hall se han pasado meses diciendo a los medios que este regreso tenía como propósito arreglar el desaguisado que dejó un final que no había gustado a nadie. No contaban, parece ser, con que la serie se quedara tan anticuada con esta vuelta que nadie pidió.

Porque han pasado 10 años y mucho hemos cambiado tanto la industria audiovisual como los espectadores, pero Clyde Phillips nos propone un regreso a la serie que él hizo entre 2006 y 2009. Los mismos guiones relativamente tramposos (qué conveniente es para la trama que Dexter, batallando contra su adicción, regente una tienda de armas, o que sea novio de una agente de policía que está investigando desapariciones), los mismos recursos de los que tantas otras series han bebido después y los mismos temas (también vuelve el hijo de Dexter, Harrison, interpretado por Jack Alcott, para reflexionar de nuevo sobre la idea de la herencia de la maldad). El título es 'New Blood' pero esta sangre llega coagulada.