A lo largo de la historia del cine se han entregado pocos títulos tan justificados y meritorios como el correspondiente a 'Maestro del Suspense' para Alfred Hitchcock. Sencillamente, no se aceptan dudas a la hora de celebrar el talento total, prodigioso e inigualable del cineasta británico a la hora de generar intriga, tensión, hipnosis colectiva. Laberintos de los que el público desearía no salir jamás, quedándose permanentemente a vivir en tramas repletas de secretos, giros, sorpresas y personajes inolvidables.
Responsable directo de algunas de las mejores películas de la historia del cine como, por ejemplo, 'Vértigo (De entre los muertos)', 'Psicosis', 'Con la muerte en los talones', 'Los pájaros', 'La soga', 'La ventana indiscreta', 'Rebeca', 'Crimen perfecto' o 'Yo confieso', Hitchcock era capaz de desplegar su personalidad característica y plenamente reconocible en historias que atrapaban sin opción a la réplica, que fascinaban desde el detalle y la explosión argumental, a través de un breve diálogo o una épica persecución.
En definitiva, nos encontramos ante uno de los directores realmente imprescindibles del séptimo arte, un genio que ha supuesto una influencia total para miles de cineastas posteriores y que continúa maravillando a generaciones de espectadores varias décadas después. Porque nunca es un mal momento para descubrir o reencontrarse con una película de Alfred Hitchcock. Lecciones de cine en vena.
Curiosidades de Alfred Hitchcock
Referentes claros
Desde bien pequeño, Alfred Hitchock fue un auténtico enamorado de las obras literarias de esos dos genios absolutos llamados Edgan Allan Poe y Charles Dickens. De hecho, el propio director señaló a Poe como una clara influencia de cara a ese interés por el suspense y la intriga que marcaría su trayectoria cinematográfica.
Inicios cinéfilos
Tras la prematura muerte de su padre, Alfred Hitchcock se vio obligado a dejar sus estudios y comenzar a buscar un trabajo. Una primera etapa profesional en la que desarrolló varios oficios entre los que destaca, por su influencia clave en el director, su participación en la elaboración de intertítulos en películas de cine mudo. Asimismo, también terminó trabajando en otros aspectos cinematográficos como el montaje, la dirección artística o el guion.
Terrores
A pesar de la apariencia que pudiera transmitir gran parte de su obra cinematográfica, Alfred Hitchcock era una persona tremendamente miedosa en la vida real. De hecho, se trataba de una persona con multitud de fobias entre las que destacan, atención, los policías, debido a un trauma que tuvo tras ser encarcelado unos minutos cuando era pequeño a petición de su padre como castigo a una travesura que había llevado a cabo, y los huevos, un alimento que detestaba profundamente.
Fanático de Luis
A la hora de citar a otros grandes cineastas a los que admiraba de una manera especialmente intensa, Alfred Hitchcock nunca olvidaba el nombre de Luis Buñuel. Un compañero y un auténtico ídolo.
Aficiones molestas
Además de tratar de una manera un tanto déspota a algunos miembros de los repartos con los que trabajó a lo largo de su vida, Alfred Hitchcock tenía también la manía de asustar a los profesionales que le acompañaban en el set. Para ello, el cineasta usaba animales como ratas o insectos como arañas, soltándolas en mitad del rodaje o escondiéndolas en cajas distribuidas estratégicamente por el plató. Qué risas.
Creación legendaria
Alfred Hitchcock fue el encargado de acuñar el término 'Macguffin', un elemento de suspense que hace que los personajes avancen en la historia, pero que no tiene mayor relevancia en la trama en sí. En ese sentido, sobra decir que el cineasta fue uno de los auténticos maestros a la hora de jugar con este factor. De hecho, fue (y sigue siendo) el mejor.
Honor sonoro
Entre los muchos hitos de la carrera de Alfred Hitchcock se encuentra el haber sido director de 'Chantaje', la primera película sonora de su país de origen, Inglaterra. Un largometraje tan maravilloso como clave en la historia del cine británico.
El rey de los cameos
Otro de los aspectos más característicos de la figura de Alfred Hitchcock era su querencia por realizar cameos en sus propias películas. En total, el cineasta apareció en 37 de sus 53 largometrajes. Y encontrarle sigue siendo uno de los entretenimientos más divertidos para cualquier amante del séptimo arte.
Breve y directo
Una de las mayores injusticias de la historia de la Academia es no haberle entregado nunca un Oscar a Mejor director a Alfred Hitchcock. Un auténtico borrón en su historial que, sin embargo, trataron de tapar un poco premiándole con una distinción simbólica a finales de la década de los sesenta. Sin embargo, el cineasta, molesto por la forma en la que se le había ignorado hasta entonces, decidió 'vengarse' protagonizando uno de los discursos más escuetos jamás escuchados en estos premios: "Thank you... very much indeed!". Seis segundos. Y adiós.
Alejado de su obra
Entre los millones de espectadores que han devorado una y mil veces las películas de Alfred Hitchcock no se encuentra...Alfred Hitchcock. Y es que, según confesó el propio director, nunca veía sus propias obras ya que le daban bastante miedo. Él se lo pierde.
