Existen películas que, ya desde su primer encuentro, sabes que te dejarán un impacto a prueba de calendarios. Y 'Ciudad de Dios', sin duda alguna, es una de ellas. Poco importa que la vieras en el momento de su estreno, el lejano 2022, unos años después o ayer mismo, la película dirigida por Fernando Meirelles y Kátia Lund resulta siempre una experiencia inolvidable.
Las razones son muchas y variadas, pero resultaría imposible, y hasta cierto punto injusto, hablar de los elementos más destacados de esta obra maestra, de eso se trata, sin citar la impresionante labor de su reparto, su trepidante ritmo, su dirección maestra o esa atmósfera tan particular que te atrapa del primer minuto al último. Hablamos, en definitiva, de una de esas películas en las que todo, absolutamente todo, funciona al nivel mismo de la perfección.
Sucede además que, varias décadas después de su llegada a los cines de todo el mundo, 'Ciudad de Dios' no ha perdido ni una pizca de su capacidad para mantener hipnotizado frente a la pantalla, enganchado a sus personajes y sus correspondientes historias, temblando con sus golpes de violencia y fascinado ante la incalculable cantidad de cine que corre por sus venas. Un clásico contemporáneo. Una película esencial.
Curiosidades sobre 'Ciudad de Dios'
De la zona
Todos y cada uno de los actores no profesionales que aparecen en la película vivían realmente en los barrios marginales de Río de Janeiro. De hecho, varios de ellos lo hacían en la propia 'Ciudad de Dios'.
Ajustando el material
'Ciudad de Dios' adapta al cine una novela firmada Paulo Lins, la cual consta de más de 700 páginas. Una cantidad de texto importante que, de cara a su salto a la gran pantalla, quedó resumida en 130 minutos. Y se hace corta, ojo.
Inicio impactante
Fernando Meirelles nunca olvidará su estreno en el rodaje de 'Ciudad de Dios'. Y es que, durante el primer día de trabajo, un niño de la zona le apuntó con un arma en la cabeza. Eso sí, ese mismo menor fue quien habló con un narcotraficante del lugar para que dejaran pasar al cineasta. Emociones fuertes.
Pánico en el hotel
Una de las mejores escenas de 'Ciudad de Dios', y tiene un buen puñado de momentos memorables, es aquella en la que un grupo de personajes atraca un hotel. Pues bien, debido a un error de información y un caos relacionado con los horarios, nadie avisó a los clientes del citado complejo sobre el rodaje, lo que provocó una serie de ataques de pánico motivados por los disparos realizados por el reparto.
Éxito inesperado
Aunque su calidad era indiscutible, nadie del equipo de trabajo de 'Ciudad de Dios' podía imaginarse el enorme éxito que consiguieron con el proyecto. Y es que, más allá de su triunfal recorrido por la temporada de premios, con 4 nominaciones al Oscar incluidas, la película, que contó con un presupuesto de 3 millones de dólares, recaudó más de 30 en todo el mundo.
Rezando
Durante los momentos previos al rodaje de una de las escenas más importantes de 'Ciudad de Dios', Fernando Meirelles recibió la visita de un chico de la zona que formaba parte de una de las pandillas en la vida real. Durante este encuentro, el joven le preguntó al cineasta si los personajes de la cinta no iban a rezar como siempre lo hacían antes de cualquier enfrentamiento importante contra sus enemigos. Meirelles, que en un principio no lo tenía pensado, le dijo que rodaría ese momento de oración, proponiéndole además que fuera él quien lo liderara. El chico aceptó y así quedó reflejado en el montaje final.
Preparación
Una vez seleccionado el reparto principal de 'Ciudad de Dios', el equipo de la película creó un taller de interpretación al que estuvieron acudiendo los actores y actrices no profesionales durante más de ocho meses. Visto el resultado en la pantalla, bueno, está clarísimo que funcionó.
Audición imprevista
Leandro Firmino, quien interpreta al inolvidable Zé Pequeno, era uno de los jóvenes que vivía realmente en la 'Ciudad de Dios'. Además, su participación en la película se produjo de manera totalmente imprevista, ya que Firmino fue a las audiciones para acompañar a uno de sus amigos.
Rodaje pactado
A la hora de llevar a cabo el rodaje en las favelas, Fernando Meirelles y Kátia Lund tuvieron que pactar las condiciones de trabajo y horarios con varios capos de la mafia local.
Mal negocio
Tanto Alexandre Rodrigues como Leandro Firmino, protagonistas de la cinta, recibieron en un primer momento la oferta por parte del estudio de recibir un pago de cerca de 3.000 dólares por adelantado por su trabajo o quedarse con un porcentaje de la taquilla. Ambos no dudaron ni un segundo y aceptaron de inmediato la primera opción, cometiendo así un error considerable. Y es que, teniendo en cuenta el éxito final de la película a nivel comercial, si solamente hubieran accedido a quedarse con un 1% de la taquilla habrían ganado 25 veces más.