No es nada sencillo hacer del miedo una poesía. Suena complejo, ñoño y pedante pero, oye, cuando se consigue, todo lo demás no importa. Si hablamos específicamente de estética, de forma por encima de fondo, 'El bosque' es el trabajo más redondo de ese genio llamado M. Night Shyamalan. A lo largo de su carrera, ni antes ni después, consiguió un acabado visual tan hipnótico, un mimo por el detalle tan deslumbrante, un conjunto de escenas tan (sencillamente) bonitas. Y volvemos al azúcar. Si lo olvidamos, durante un momento, nos queda el esqueleto, la historia, la trama y, de nuevo, el misterio.
Podemos quedarnos con él o, en un movimiento que requiere más intensidad aún, observar más allá y lanzarnos de lleno a la reflexión sociológica del miedo que ofrece Shyamalan, al retrato del ser humano como fuente inagotable de temores, una fábrica de escudos contra lo desconocido, contra la barbarie, contra el dolor. Todo ello vestido de intriga rural, de western profundo y crepuscular marca John Ford, de intriga marca Alfred Hitchcock y de drama marca de la casa. Todas las influencias de Shyamalan están presentes en una película que irradia poesía cinematográfica en cada una de sus escenas. Complicado, casi imposible, destacar una por encima de las demás. La conversación entre los maravillosos Joaquin Phoenix y Bryce Dallas Howard, el primer ataque de los monstruos al pueblo, esa mano esperando en medio del silencio y, sí, ese desenlace inesperado, giro final nada gratuito que aporta la dimensión total a una película que, hasta ese punto, ya había conseguido el suficiente número de triunfos como para respirar tranquila.
Ese epílogo, puro Shyamalan, condensa toda la esencia de una obra maestra que sirvió, también, para marcar la primera batalla entre el amor y el odio de un director que, por encima de todo lo demás, ofreció un recital de puesta en escena, pulso narrativo, resoluciones visuales y, volvemos, belleza. Versos estallando. Un clásico.
Curiosidades de 'El bosque'
Malas noches
Tras leer el guion de 'El bosque', la gran Sigourney Weaver confesó haber tenido numerosas pesadillas durante varios días. Algo muy similar a lo que le ocurrió a millones de espectadores con la película.
Implicación Phoenix
La implicación de Joaquin Phoenix a lo largo del proceso creativo de 'El bosque' fue especialmente intensa. Y es que, a pesar de que Shyamalan es el principal responsable de la historia de la película, el actor fue quien escribió el papel de Lucius Hunt. Una labor que, observando los resultados en pantalla, saldó con un resultado sobresaliente.
Reparto alternativo
Antes de que el reparto de 'El bosque' terminara confirmado al cien por cien, Shyamalan estuvo tanteando a diversos actores y actrices como serias posibilidades para sumarse al proyecto. En ese sentido, Aaron Eckhart, Thomas Jane, Hayden Christensen y, sobre todo, Asthon Kutcher, estuvieron muy cerca de conseguir el papel de Noah, quien finalmente sería interpretado de forma brillante por Adrien Brody.
Por otro lado, en lo que corresponde al papel femenino protagonista de la cinta, Kate Hudson y Jessica Biel fueron una seria posibilidad, aunque fue Kirsten Dunst la escogida por el director. Sin embargo, en una muy dudosa elección, la actriz prefirió escoger finalmente 'Elizabethtown', por lo que el inolvidable personaje de Ivy terminó cayendo en manos de Bryce Dallas Howard.
Preparación
Un tiempo antes de comenzar el rodaje de 'El bosque', Shyamalan se reunió con todo el reparto para decirles que, si de verdad querían estar en el proyecto, tenían que comprometerse a pasar tres semanas en un campamento militar donde prepararían a sus respectivos personajes de un modo más profundo e intenso. Una experiencia que, entre otras cosas, sirvió para que Joaquin Phoenix construyera de forma artesanal un palo para regalárselo a Bryce Dallas Howard y que así pudiera comenzar a apoyarse y guiarse como hacía su personaje en la película. Un hermoso detalle en mitad de la exigencia.
Referencias
A la hora de encontrar referencias cinematográficas, el propio Shyamalan señaló el camino al citar 'Alien, el octavo pasajero', 'Alguien voló sobre el nido del cuco', 'Los vividores' y, atención, 'Eduardo Manostijeras' como las películas que más le habían influido a la hora de construir 'El bosque'.
Árboles exigidos
Obsesionado siempre con los detalles, Shyamalan le pidió al equipo de producción de 'El bosque' que todos los árboles que aparecieran en la película estuvieran sin ninguna hoja, tratando así de encontrar una figura visual que estuviera relacionada con la inocencia perdida de los personajes. De hecho, el interés del cineasta en que esto fuera así llevó a tener que paralizar el rodaje en exteriores hasta otoño.
Preparación psicológica
A la hora de preparar sus personajes, todos los miembros del reparto de 'El bosque' recibieron numerosas charlas tanto por parte de personas que habían vivido en asentamientos comunales a lo largo de sus vidas, como por psicólogos expertos en los traumas que puede sufrir un ser humano tras vivir un acto violento.
Monstruos cambiantes
En un primer momento, Shyamalan tenía un concepto de criaturas completamente diferente al que finalmente vimos en 'El bosque'. Y es que, en su origen, estos seres malvados fueron ideados como una especie de leones que caminaban sobre sus patas traseras. Sin embargo, el cineasta, al ver una primera versión del diseño a gran escala, decidió cambiarlo por completo. ¿La clave? La capa roja.
Construcción
Uno de los aspectos que requirió más tiempo a la hora de llevar a cabo 'El bosque' fue la construcción del pueblo en el que se sucede la historia de la película. En ese sentido, fueron necesarios 300 profesionales y más de once semanas para dar por finalizada su elaboración. Mereció la pena.
Elección firme
Tras la salida del proyecto en el último segundo de Kirsten Dunst, Shyamalan se quedó sin una protagonista para la película. Una situación que cambió por completo cuando el cineasta vio a Bryce Dallas Howard y quedó tan prendido de su talento que le dio el papel sin ni siquiera pedirle que hiciera una prueba de casting.