Solamente por la mirada de Burt Lancaster en la que es, sin ningún tipo de duda, la interpretación de su vida, 'El gatopardo' sigue estremeciendo hasta la lágrima, cautivando desde la elegancia y enamorando a través de esa melancolía que pocas veces ha sido capturada con tanto talento como en esta obra maestra. Esos ojos tristes. Esa manera de observar el cambio y saber que caerás en la sombra de la incertidumbre, el ayer dorado y la tristeza de lo perdido.
Más de tres horas de cine en mayúsculas con las que Luchino Visconti deslumbró al mundo a comienzos de la década de los sesenta y que, todavía hoy, late con el poder inconfundible de las obras inmortales. La novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, igual de esencial, se convirtió por arte de magia y toneladas de inspiración en un clásico absoluto.
La decadencia y la poesía. Los bailes infinitos y las ruinas que pesan. Los laureles oxidados y los romances de miradas y silencios. Sentimientos a flor de piel que se clavan en la memoria de un espectador que asiste hipnotizado y fascinado a una gran historia protagonizada por inmensos personajes y contada con una fuerza, tanto en el fondo como en la forma, a la altura exacta de la genialidad. 'El gatopardo' o la dimensión precisa de lo inolvidable.
10 curiosidades de 'El gatopardo'
Odio y amor
En un primer momento, Luchino Visconti se opuso totalmente a la decisión de los productores de la película de contar con Burt Lancaster como protagonista. De hecho, durante las primeras semanas de rodaje la relación entre ambos fue bastante tensa, llevando al límite al actor, quien terminó discutiendo en el mismo plató con el director. Sin embargo, Visconti terminó absolutamente entregado a la interpretación y personalidad de Lancaster, llegando incluso a generar una amistad entre ambos que duró hasta el final de sus días.
Debilidad de Martin
No han sido pocas las ocasiones en las que el mismísimo Martin Scorsese, en pie, ha citado a 'El gatopardo' como su película favorita de todos los tiempos. Palabras mayores.
Al detalle
El nivel de obsesión por los detalles de Visconti durante el rodaje de 'El gatopardo' fue tan bestia que obligó a Claudia Cardinale a llevar guardado un pañuelo bordado de la época en la que transcurría la historia pese a que nunca se vería en pantalla.
Bailes y lesiones
Burt Lancaster sufrió una lesión en la pierna que le impedía, entre otras actividades, bailar. De esta forma, el rodaje de la inmortal y extensa escena de danza que clausura la película, la cual contaba con casi 300 extras y 120 profesionales encargados del vestuario, maquillaje y peluquería, tuvo que ser aplazado, algo que molestó (y mucho) a Visconti.
Rechazo a Beatty
El gran Warren Beatty viajó hasta Roma para reunirse con Visconti y pedirle directamente interpretar el papel de Tancredi Falconeri. Sin embargo, el director no dudó ni un segundo en decirle que no quería contar con él en la película, rechazando así su propuesta.
Fracaso americano
La versión americana de 'El gatopardo' fue un fracaso considerable en su estreno, algo que Visconti achacó a la decisión de Fox de estrenarla sin el uso del Technicolor, sistema que fue sustituido por el mucho menos favorecedor DeLuxe.
Favoritismo
La debilidad que tenía Visconti con Alain Delon, confesada, entre otros, por varios amigos íntimos del cineasta, provocó que el actor fuera el único que tenía camerino durante el rodaje de 'El gatopardo'. Efectivamente, ni Burt Lancaster contó con ese 'privilegio'.
Proyecto original
Aunque resulte imposible imaginar a otro director al frente de 'El gatopardo', lo cierto es que, en un principio, la película iba a ser dirigida por Ettore Giannini.
Rodaje asfixiante
'El gatopardo' se rodó durante las once semanas más calurosas de su respectivo año. Un tiempo considerable que le dio la oportunidad a Burt Lancaster de acercarse a recoger su premio a Mejor actor por 'El hombre de Alcatraz' que le entregaron en el Festival de Venecia.
Bigote conflictivo
Darryl F. Zanuck, uno de los mandamases del estudio que financió 'El gatopardo', se mostró completamente en contra de que Burt Lancaster llevara bigote en la película. Y eso que el propio Zanuck contaba con uno bastante destacado.
