Vaya por delante que esta primera entrega de 'El Hobbit', bautizada como 'Un viaje inesperado', no es una mala película, ni mucho menos, pero no se acerca lo más mínimo al nivel de exigencia que requiere un proyecto de estas dimensiones. No se trata ya de entrar a compararla con la inolvidable trilogía inicial del universo de 'El señor de los anillos', algo que la hundiría por completo, sino de esperar, al menos, buenas dosis de entretenimiento y diversión. Y no las tiene. Por ejemplo, una película así no puede, ni debe, permitirse unos ochenta minutos iniciales como los que tiene 'El Hobbit'.
Faltos de ritmo y con un permanente aroma a (fallido) déjà vu, este primer tramo parece el tributo de un director novel a la obra de Peter Jackson. Los personajes aparecen y desaparecen, se introducen en conversaciones alargadas hasta el infinito, repletas de frases ansiosas por convertirse en legendarias pero ausentes de toda épica. Bostezos. Sin embargo, una vez pasado lo peor, 'El Hobbit: Un viaje inesperado' termina ofreciendo lo que se esperaba de ella, un espectáculo de primera clase, repleto de acción vertiginosa, épica contagiosa e imágenes para el recuerdo.
Haciendo balance, estamos ante una propuesta que se puede considerar una buena película de aventuras, con mucho espectáculo, poco corazón y nula capacidad de control del ritmo narrativo. Y eso, hablando de lo que estamos hablando, la convierte en una pequeña decepción. Repasamos diez curiosidades sobre ella para intentar descifrar mejor sus claves.
Curiosidades de 'El Hobbit'
¿Dos o tres?
En un primer momento, los responsables de la adaptación cinematográfica de 'El Hobbit' pensaban dividir la novela en dos películas, algo que ya se convirtió en polémica para muchos fans de la historia escrita por Tolkien. Unas dudas que se convirtieron directamente en manos dirigidas a la cabeza cuando, en plena fase de producción, Peter Jackson y los suyos decidieron sumar una entrega más hasta llegar a la trilogía. Una idea que terminó resultando bastante fallida.
El pasado en la comarca
En sus comienzos como intérprete, mucho antes de que tuviera la envidiable oportunidad de meterse en la piel de Thorin, líder del grupo de enanos que acompañan a Bilbo en su aventura, Richard Armitage debutó sobre un escenario dando vida a un elfo en una adaptación teatral de 'El Hobbit'. Un círculo que quedó cerrado con la trilogía de Peter Jackson. Las vueltas que da la vida.
El pesado de Orlando
La presencia de Legolas en 'El Hobbit' de Tolkien es nula. Ni aparece ni se le espera. Sin embargo, Orlando Bloom sí que aparece en la adaptación cinematográfica del libro. ¿La razón? La insistencia del actor, quien se mostró incansable a la hora de pedirle por favor a Peter Jackson que le diera la oportunidad de volver a interpretar al personaje más importante de su carrera. Y lo consiguió. Por pesado.
Pobre Del Toro
Peter Jackson tenía claro que quería a Guillermo del Toro en la silla de director de las dos películas que conformarían la adaptación cinematográfico de 'El Hobbit'. Y el cineasta mexicano estaba entusiasmado hasta límites insospechados, impaciente por adaptar parte de su universo creativo a la Tierra Media de Tolkien.
Sin embargo, cuando todo estaba listo para que el proyecto comenzara a andar, MGM entró en quiebra, situación que dejó a Del Toro compuesto y sin comarca. Al menos, le queda la satisfacción de que su nombre aparezca como responsable de guion junto al de Jackson, Fran Walsh, y Philippa Boyens. Algo es algo.
Preparación justa
Hay actores que dedican meses y meses a preparar sus papeles antes de que el director de turno grite el primer 'Acción'. Bueno, Martin Freeman no es uno de ellos. El actor británico no se leyó ni una hoja de la novela original de 'El Hobbit', ni comenzó a trabajar en su personaje, hasta que aterrizó en Nueva Zelanda y comenzó a rodar la película. No importó, estuvo espléndido. Como siempre, por otra parte.
La implicación de Serkis
La escena protagonizada por el inolvidable Gollum en 'El Hobbit: Un viaje inesperado' se rodó en una sola semana, pero Andy Serkis se quedó con muchas más ganas de Tierra Media. Por eso, el actor se mantuvo en el proyecto como director de segunda unidad. No se le había quitado el enganche Tolkien.
Los posibles Bilbo
A la hora de dar con el actor perfecto para meterse en la piel de Bilbo, los responsables de 'El Hobbit: Un viaje inesperado' barajaron muchos nombres antes de decidirse por Martin Freeman. Entre las opciones más destacadas y sorprendentes, se encuentran David Tennantt, James McAvoy, Tobey Maguire, Daniel Radcliffe y hasta el mismísimo Shia LaBeouf. ¿Os lo imagináis?
Error visual
'El Hobbit: Un viaje inesperado' tiene el dudoso honor de ser la primera película rodada y proyectada en 48 fotogramas por segundo, es decir, el doble de rápido que el estándar de 24 fotogramas. La idea de Peter Jackson y compañía era que la cinta contara con un movimiento más suave y realista, potenciando especialmente sus opciones con el 3D.
Sin embargo, la baja calidad de algunos cines, especialmente en lo referente a los equipos que se necesitaban para su proyección y la falta de experiencia de sus profesionales, provocó las quejas de no pocos espectadores, quienes aseguraban que la velocidad de la película estaba absolutamente descontrolada. Aquellos que sufrimos esta situación sabemos que hablamos de algo muy cercano a la pesadilla insufrible.
Infierno Fry
Stephen Fry, encargado de interpretar al alcalde de la Ciudad del Lago, no disfrutó especialmente de su experiencia como parte de 'El Hobbit: Un viaje inesperado'. Y es que, el actor, escritor y director británico aseguró en una entrevista posterior al estreno de la película que había sufrido especialmente en los momentos previos a meterse en la piel del personaje: "No solamente tuve que maquillarme como un calvo con manchas horribles en la piel, uñas repugnantes y barba rara, sino que también tuve que comer cosas asquerosas como, por ejemplo, testículos de animales". Una mala experiencia, desde luego.
Sueño truncado
El legendario Christopher Lee confesó que le hubiese encantado tener la oportunidad de poner voz al Dragón Smaug en la adaptación cinematográfica de 'El Hobbit' liderada por Peter Jackson. Sin embargo, su ilusión no se vio cumplida, algo extraño teniendo en cuenta la relación del actor con el universo de Tolkien, del que formó parte como Saruman en la trilogía de 'El Señor de los Anillos'. No fue suficiente.