Acercarse a la carrera de Laurence Oliver, algo que se debe llevar a cabo siempre con las mismas dosis de respeto que de admiración, es sumergirse en una de las rutas cinematográficas y teatrales más apabullantes de la historia. Digamos que, puestos a plantear seriamente el uso exacto del término 'Leyenda', aquí no quedaría lugar alguno para la duda. En pie, con el sombrero fuera y dispuestos a la reverencia exclusivamente reservada para los auténticos clásicos.
A lo largo de su deslumbrante trayectoria profesional, Oliver participó en propuestas tan memorables como, nada más y nada menos, que 'Espartaco', 'Rebeca', 'Cumbres borrascosas', 'La huella', 'Marathon Man', 'Otelo', 'El príncipe y la corista', 'Las sandalias del pescador' o 'Hamlet'. Palabras mayores. ¿Lo más impresionante? La cantidad de extraordinarios trabajos que dejamos en el tintero por una cuestión de espacio. Merecerían un especial aparte. O varios.
El intérprete y cineasta británico contaba además con esa envidiable virtud de convertir cada uno de sus trabajos en un ejemplo de versatilidad, contención apasionada (y viceversa) y elegancia extrema. Capaz de dotar de alma a cualquier tipo de personaje, del más bondadoso al villano más implacable, Laurence Olivier sigue siendo una referencia absoluta a la hora de citar a los más grandes de la historia. Sobran razones. Y es un placer volver a recordarlas.
Curiosidades de Laurence Olivier
Directo al Oscar
A pesar de tener una amplia experiencia como nominado y ganador en los Oscar, la aparición de Laurence Olivier en la ceremonia de 1985 para entregar la estatuilla correspondiente a Mejor película fue, digamos, algo accidentada. Y es que, en el momento clave de la gala, el intérprete británico olvidó por completo recordar las cintas que estaban nominadas, abriendo directamente el sobre y confirmando la victoria total de la fantástica 'Amadeus'. A lo loco.
Vito Olivier
En un primer momento, los responsables de la impecable 'El Padrino' tenían bastante claro que querían a Laurence Olivier para interpretar al mismísimo Don Vito Corleone. Sin embargo, la arrolladora llegada del gran Marlon Brando fue definitiva para que cambiaran de planes.
Olvidar o no olvidar
Durante una de las múltiples representaciones teatrales de 'Hamlet' que protagonizó a lo largo de su vida, Laurence Olivier se quedó completamente en blanco. ¿Lo peor? Sucedió durante el clásico momento de 'Ser o no ser'. Para recuperar el texto perdido, el británico se sentó frente a los espectadores y esperó pacientemente hasta que recordó lo que tenía que decir.
Manteniendo el nombre
Tras su llegada a Hollywood a comienzos de la década de los años 30, Laurence Olivier tuvo que comprobar como un estudio trató por todos los medios de cambiar su nombre para convertirle en Larry Oliver. Afortunadamente, el actor peleó por mantener su identidad original y ganó la batalla.
Conflicto Monroe
Según confesó el propio Laurence Olivier en su autobiografía, 'Confesiones de un actor', las altas expectativas marcaron los días previos a su primer encuentro con la maravillosa Marilyn Monroe de cara a preparar el proyecto de 'El príncipe y la corista'. Digamos que el británico tenía claro que lo suyo sería un flechazo a primera vista. Sin embargo, durante el rodaje de la película las cosas no se parecieron en absoluto a una historia de afecto, ya que la actriz se mostró especialmente ajena a cualquier tipo de disciplina, orden u horario. A pesar de todo, Olivier confesó años después que la interpretación de Monroe en la cinta le parecía esplendida, llegando a afirmar incluso que era bastante mejor que la que él mismo había llevado a cabo.
Sin Lolita
Dos años después de estar a las órdenes del inolvidable Stanley Kubrick en la no menos memorable 'Espartaco', Laurence Olivier recibió una nueva oferta por parte del cineasta para que repitieran, en esta ocasión, con 'Lolita'. En esta adaptación, Kubrick le propuso el papel de Humbert, algo que, en un primer momento, entusiasmo al actor. Sin embargo, el agente de Olivier, curiosamente el mismo que el del director, presionó tanto para que no participara en la película por la más que probable polémica que podría despertar que, finalmente, el intérprete se quedó fuera del proyecto por voluntad 'propia'.
Pánico en el túnel
En una ocasión, Laurence Olivier y el extraordinario Alec Guinness, menudo dúo, se encontraban en el célebre teatro Old Vic cuando, de repente, llegaron caminando a través del sótano hasta un túnel desconocido. Sin embargo, ante las dudas de Guiness, Olivier tomó las riendas de la situación y decidió investigar hasta descubrir el lugar al que llevaba. La cuestión es que, lejos de desembocar en alguna zona del teatro, el túnel recorría gran parte del Támesis, por lo que ambos intérpretes tuvieron que ser rescatados varias horas después al no conseguir encontrar la salida. Por la valentía de Olivier, vaya.
Despedida de las tablas
El último trabajo sobre las tablas del incombustible Laurence Olivier fue 'The Party', una obra representada en el Royal National Theatre de Londres y en la que el actor interpretaba un monólogo de más de 20 minutos. Evidentemente, la respuesta por parte de la crítica y del público fue totalmente entusiasta. Una despedida a lo grande.
Dirección de premio
Laurence Olivier fue la primera persona en ganar un Oscar en la categoría de Mejor actor por una película dirigida por él mismo. Un logro histórico que consiguió gracias a su espectacular trabajo en la legendaria 'Hamlet'.
Maestro del disfraz
Según afirmó Peter Ustinov, su estupendo compañero de reparto en 'Espartaco', Laurence Olivier confesaba sentirse siempre más cómodo cuando actuaba usando algún tipo de maquillaje, ya fuera una peluca, una nariz falsa o algo que le hiciera mutar en cierto modo en otra persona. De hecho, el intérprete británico trataba de contar con estos elementos extra incluso cuando no eran particularmente necesarios para el papel en cuestión.