Convertida de la manera más injusta y cretina posible en el hazmerreír de medio Hollywood, es decir, de todo Twitter, tras sus últimas operaciones faciales, Renée Zellweger tuvo que acudir al personaje estrella de su filmografía, Bridget Jones, para retomar el pulso perdido de una carrera que andaba demasiado tiempo algo perdida. A la espera de que su próximo trabajo, nada más y nada menos que un biopic sobre Judy Garland, nos devuelva su mejor versión, hay que irse demasiado atrás en el tiempo para volver a deslumbrarnos con una actriz que, durante cerca de una década, nos regaló más de una alegría.
A mediados de los noventa, 'Jerry Maguire' la puso definitivamente en un mapa al que se agarraría con uñas y dientes gracias a películas como 'Cosas que importan', 'Yo, yo mismo e Irene', 'Chicago', la citada primera entrega de Bridget Jones o 'Cold Mountain', cinta con la que consiguió un merecido Oscar a Mejor Actriz de Reparto. Sin embargo, a partir de 'Cinderella Man', Zellweger pareció perder el norte profesional y comenzó a participar en propuestas que estaban muy por debajo de su nivel. Ella era lo mejor de cada una, claro, pero por una cuestión básica de ausencia total de competencia.
Sin embargo, seguimos creyendo en ella y en el potencial de una estrella que, más allá de las (hasta cierto punto) inevitables polémicas, debería ser siempre recordada por su talento interpretativo. Estamos seguros de que todavía le quedan muchas cosas por decir. Mientras esperamos el acontecimiento, repasamos diez curiosidades sobre ella para conocer mejor a Zellweger delante y detrás de la cámara.
10 curiosidades de Renée Zellweger
Bridget...por los pelos
A estas alturas, somos incapaces de imaginar a Bridget Jones con otro rostro que no sea el de Renée Zellweger, pero estuvo muy cerca de suceder. Y es que, durante los primeros compases del proyecto, la escogida por los productores fue, nada más y nada menos, que Kate Winslet. Sin embargo, la protagonista de 'Titanic' lo rechazó argumentando que no tenía interés en interpretar a una mujer a la que solamente le preocupa estar gorda.
Cuando Winslet dijo no, los responsables de la adaptación cinematográfica se plantearon las opciones de ofrecerle el papel a Tilda Swinton, Rachel Weisz, Elizabeth Hurley y Selma Blair. Hasta que llegó Zellweger y descubrieron que habían encontrado a la Bridget Jones perfecta. No se equivocaron.
Baño ocupado
No es complicado imaginar lo emocionante que debe ser ganar un Globo de Oro, la ovación cerrada de tus compañeros de la industria en una noche en la que, además, suelen estar más entusiasmados de lo normal, y el respeto mostrado por la prensa a tu trabajo. De hecho, pensándolo bien, ¿que podría pasar para que no se convirtiera en uno de los grandes momentos de tu vida? Que te pillara en el baño. Justo lo que le pasó a Renée Zellweger cuando triunfó por su papel en la estupenda 'Persiguiendo a Betty'.
Repaso a las nominadas, sobre abierto, intriga y, finalmente, Zellweger premiada. Momento exacto en el que la actriz se encontraba en los lavabos. Ni la excusa escogida, que tenía pintalabios en los dientes y quería quitárselo por si tenía que subir al escenario para recoger el premio, terminó de evitar el bochorno colectivo. Simpático, sí, pero bochorno.
Boda express
A la hora de casarse con el artista de country Kenny Chesney, uno de esos tipos que parece que deben llevar sombrero de cowboy siempre por obligación, Renée Zellweger escogió un lugar paradisiaco, la isla turística de San Juan en las Islas Vírgenes de los Estados Unidos. Un entorno maravilloso para una boda que duró, ojo, quince minutos. Ni uno más ni uno menos. No había tiempo que perder.
Al otro lado de la barra
Antes de conseguir que la interpretación se convirtiera en su profesión oficial, Renée Zellweger estuvo trabajando como camarera, algo bastante común en la mayoría de casos similares de intérpretes que se buscan la vida mientras pelean por cumplir su sueño. Sin embargo, el caso de la actriz es un poco más especial, ya que se situaba detrás de la barra de un bar de striptease. Eso sí, solamente servía copas. Por si las dudas.
Baile y canto
Aunque nadie lo diría después de disfrutar de su memorable interpretación en la sobresaliente 'Chicago', lo cierto es que Renée Zellweger aprendió a cantar y bailar observando con detalle a Catherine Zeta-Jones, su compañera de reparto en el oscarizado musical.
Una técnica combinada, eso sí, con un estricto programa de entrenamiento vocal y numerosas clases de danza que la actriz realizó durante más de diez meses. Hasta ese momento, la única relación entre Zellweger y el mundo de la música era su escena de karaoke en 'El diario de Bridget Jones' y su número final en 'Empire Records'.
Romances ilustres
A lo largo de su carrera, Renée Zellweger ha mantenido relaciones sentimentales con compañeros de profesión tan conocidos como Jim Carrey, con quien compartió los meses de julio a diciembre del año 2000, o Bradley Cooper, con quien compartió una casa de más de cuatro millones de dólares en la comunidad Pacific Palisades en California.
Fiel a la moda
Si le preguntas a Renée Zellweger por su diseñadora favorita, no dudará ni un segundo en responder: Carolina Herrera. Una de las modistas más importantes de la historia a la que ha acudido la actriz en numerosas ocasiones para encontrar la mejor opción con la que vestirse en alguno de los momentos más importantes de su vida como, por ejemplo, la citada boda express con Kenny Chesney.
Los musicales que no fueron
Antes de demostrar su talento musical en 'Chicago', proyecto en el que ya hemos descubierto que aprendió todo lo que sabe relacionado con este ámbito, Renée Zellweger estuvo muy cerca de protagonizar una de las grandes obras maestras del género: 'Moulin Rouge'. Y es que, en un principio, la productora detrás de la película de Baz Luhrmann pensó en la actriz para interpretar a la inolvidable Satine, un papel que, finalmente, recayó en las manos de una Nicole Kidman que entregó su mejor versión.
Ocho años después, Zellweger también se quedó a las puertas de participar en un musical, 'Nine', para la cual había sido escogida para interpretar a Carla...hasta que llegó Penélope Cruz arrasando con todo y consiguiendo tanto el papel como una nominación al Oscar a Mejor Actriz de Reparto.
Pareja soñada
En 1987, Renée Zellweger fue la escogida por sus compañeros de clase de la escuela secundaria como la persona más idónea para compartir una denominada 'cita ideal'. Respeto.
Sin nicotina
Una de las características esenciales del personaje de Bridget Jones es su consumo casi constante de tabaco. Y una de las características esenciales de Renée Zellweger es que odia el tabaco. Así las cosas, la actriz solamente puso como única condición a la hora de aceptar el papel que los cigarrillos que aparecieran en la película no fueran de verdad.
Los responsables de la película accedieron y procedieron a sustituir la nicotina de los cigarros por distintos tipos de hierbas, nada relacionado con drogas, calma, para que parecieran lo más reales posible y también desprendieran humo.