Tras las magníficas 'Granujas de medio pelo' y 'La maldición del escorpión de jade', otras dos joyas que conviene reivindicar sin reservas, Woody Allen completaba su particular trilogía de inicio de la década de los 2000 con otra comedia a la altura de su firma: 'Un final made in Hollywood'. Ni una duda: aquí tenemos algunos de los mejores gags de la carrera del guionista y director neoyorquino, así que estamos ante un logro (muy) serio.
Protagonizada por el propio Allen, quien interpreta aquí a un director con necesidad de nuevos éxitos que se queda ciego antes de comenzar el rodaje de la película que le debe sacar del olvido general, nos encontramos ante una visión de la industria cinematográfica estadounidense tan ácida como repleta de (divertidísima) mala leche. Una propuesta repleta de la inteligencia, genialidad, ingenio y personalidad de un cineasta en pleno estado de forma, consciente de estar jugando en un terreno propicio para la contundente goleada creativa.
Una propuesta que, además, consigue sacar el máximo provecho a su hilarante punto de partida, redondeando la jugada con una escena final de quitarse el sombrero. En definitiva, otra comedia por encima del notable de un maestro que consiguió mostrarnos los entresijos imposibles de un rodaje en Hollywood sin borrarnos la risa del rostro en ningún momento. Cosas de genios.
10 curiosidades de 'Un final made in Hollywood'
Decepción inesperada
Aunque no se haya caracterizado nunca por la preocupación que le despierta el resultado de sus películas en la taquilla, lo cierto es que Woody Allen confesó que le sorprendió, para mal, los pobres resultados comerciales obtenidos con 'Un final made in Hollywoo'. Y es que, en opinión del cineasta, se trataba de una propuesta divertida que contaba, además, con un gran y conocido reparto. No le faltaba razón.
Amor de Cannes
'Un final made in Hollywood' fue la película encargada de abrir el ilustre festival de Cannes en su edición de 2002. Un privilegio que Woody Allen tuvo la oportunidad de repetir en 2011 con 'Midnight in Paris' y en 2016 con 'Café Society', otras dos películas fabulosas de su última etapa.
Basado en hechos reales
La hilarante trama establecida entre el personaje de Woody Allen y su director de fotografía chino está basada de forma libre y exagerada en la relación en la vida real del cineasta y Zhao Fei. Ambos trabajaron juntos en 'Acordes y desacuerdos', 'Granujas de medio pelo' y 'La maldición del escorpión de jade'.
Conflicto Wexler
Hablando de directores de fotografía, Haskel Wexler fue despedido una semana después de empezar la producción de 'Un final made in Hollywood' debido a una serie de desacuerdos creativos con Woody Allen. Y no es la primera vez que le ocurría, ya que también fue obligado a abandonar 'Alguien voló sobre el nido del cuco' por el mismo tipo de conflicto en 1975.
Recortes inevitables
Debido al cambio de Orion a Dreamworks, Woody Allen tuvo que enfrentarse a una serie de importantes recortes en términos de presupuesto. Cambios financieros que le obligaron a no poder contar con su editora habitual: Susan E. Morse.
Una de sus favoritas
Em el estupendo documental 'Woody Allen: A Life in Film', estrenado en el mismo año, Woody Allen confesó que 'Un final made in Hollywood' le parecía una de las películas más divertidas que había rodado jamás. Un auténtico honor teniendo en cuenta la cantidad de comedias inolvidables con las que cuenta el genio neoyorquino.
Guiño al pasado
Durante una escena de 'Un final made in Hollywood' que se desarrolla en el despacho del agente del personaje interpretado por Woody Allen aparece colgado un cartel promocional de la mismísima 'Manhattan', obra maestra incontestable del cineasta.
Vestuario propio
Si os estáis preguntando la tienda en la que Woody Allen se compró su vestuario para 'Un final made in Hollywood' no os lo puedo decir, pero lo que está confirmado es que, por supuesto, se trata de su propia ropa. Es decir, el estilismo con el que llegaba el cineasta al rodaje de la película era el mismo que usaba para aparecer en pantalla.
Sin Reino Unido
'Un final made in Hollywood' tiene el horrible privilegio de ser la primera película de Woody Allen que no llegó a las salas de cine del Reino Unido.
La presencia de Bing
La canción que aparece en los títulos de crédito iniciales de 'Un final made in Hollywood', los cuales cuentan con el inconfundible sello del cine de Woody Allen, es la fabulosa 'Going Hollywood'. Una joya interpretada por Bing Crosby para la olvidable 'Amores en Hollywood' de 1933.