Hay actores que engrandecen cada una de las películas en las que participan, que justifican por completo la compra de una entrada, que son un valor (prácticamente) seguro a la hora de acudir al cine más cercano y sentarte en la butaca con las expectativas más altas. Y Michael Caine es, sin lugar a dudas, uno de ellos. Un actor mayúsculo que, caiga en el proyecto en el que caiga, lo hace de pie, erguido frente a la multitud con su estatura de gigante respetado, influyente y admirado por todos, incluyendo la crítica más feroz y los espectadores más exigentes.
'Las normas de la casa de la sidra'; 'Hannah y sus hermanas'; 'La Huella'; 'Alfie'; 'Educando a Rita' o 'El hombre que pudo reinar' son solamente seis de los espectaculares ejemplos de grandeza interpretativa y talento absoluto de Caine, un auténtico maestro del control y el equilibrio, la elegancia y el saber estar, el detalle y la precisión. Incluso en los peores momentos de su carrera, que los hay y realmente profundos, el británico siempre aporta una dignidad total. Sencillamente, en las buenas y en las malas, Caine no falla. Imposible.
A lo largo de este especial, profundizamos en la vida y obra del actor para descubrir algunos de los aspectos, curiosidades y anécdotas más destacadas, divertidas y sorprendentes de las mismas. Una oportunidad para conocer un poco mejor a Michael Caine, el clásico, una de las leyendas interpretativas más incontestables de las últimas décadas. En pie.
10 curiosidades de Michael Caine
Alejando el vicio
La década de los sesenta fue especialmente celebrada por parte de un Michael Caine que, atención, tenía la peligrosa costumbre de beber dos botellas de vino y fumarse casi cien cigarrillos al día. Repito, al día. Afortunadamente, su amigo Tony Curtis aprovechó una fiesta para hablar con él y hacerle ver que esa rutina acabaría matándolo. A partir de ahí, Caine empezó a dejar de fumar progresivamente hasta dejarlo de todo en 2003. Su relación con el vino no sabemos de qué forma ha ido evolucionando.
Escogiendo identidades
Michael Caine se llama Michael Caine desde el año 2016. De acuerdo, me explico mejor. En la citada fecha, el actor decidió cambiar de manera definitiva su nombre real, Maurice Joseph Micklewhite, por aquel con el que, básicamente, el mundo entero le conoce. ¿Por qué? Por los cada vez más exhaustivos y exigentes controles de seguridad que surgieron tras el aumento del terrorismo islámico.
Lo cuenta el propio actor: "Cambié mi nombre cuando empezó todo lo del ISIS y sus acciones terroristas. Siempre me decían: 'Hola Michael Caine' y, de repente, les daba un pasaporte con un nombre diferente. Me podía quedar en la aduana como una hora esperando a que comprobasen todo. Así que me cambié el nombre del todo". Razones de peso.
En el nombre del padre
En el año 2000, la Corte Real británica decidió que había llegado el momento de convertir a Michael Caine en caballero. Tardaron demasiado, pero más vale tarde que nunca. Sin embargo, volvemos al punto anterior, el actor recibió esta distinción bajo su nombre real, Maurice Joseph Micklewhite, una decisión que definió como una demostración de respeto hacia su padre, que se llamaba igual. Hijo ejemplar.
Adiós, compañeros, adiós
Pese a ser considerado, con toda justicia, uno de los grandes representantes de la cultura inglesa, Michael Caine estuvo casi una década sin pisar su país por una serie de problemas relacionados con las tasas. Nadie, absolutamente nadie, se libra del hogar, exigente hogar. Afortunadamente, hubo reencuentro feliz y celebrado por ambas partes.
Mordisco a la cartera
Llegamos a 'Tiburón, la venganza', ese desastre al que todo el mundo recurre de inmediato si se trata de destrozar la teoría de que Michael Caine solamente ha participado en buenas películas. Y os aseguro que es un argumento frente al que no se puede hacer nada. Preguntado al respecto, el intérprete británico ofreció una de esas respuestas que mezclan el sentido del humor con la poca, poquísima vergüenza: "No he visto la película, y dicen que es muy mala, pero la casa que me compré con mi sueldo sí que la he visto, y es magnífica".
Buen gusto
Igual que demostró un terrible gusto a la hora de acceder a participar en 'Tiburón, la venganza', Michael Caine demostró en una entrevista que, cuando se trata de hablar de cine de verdad, en mayúsculas, no falla. 'El tercer hombre', una de las obras maestras más incontestables de la historia del cine, es siempre la cinta señalada por el británico cuando le preguntan por su película favorita. Le sobran argumentos y razones para elegirla.
Pasión de los Razzies
Además de dos Oscar como mejor actor de reparto por sus memorables interpretaciones en 'Hannah y sus hermanas' y 'Las normas de la casa de la sidra', Michael Caine también es muy querido por otros premios de la industria: los Razzie. Efectivamente, las estatuillas destinadas a 'celebrar' lo peor que ha ofrecido cada año cinematográfico tuvieron el detalle de convertir al actor británico en la primera persona en ser nominada al premio de peor actor por más de una película.
Sucedió en 1980, fecha en la que Caine participó en dos propuestas tan fallidas como 'Vestida para matar' y 'La isla'. Se trata de una categoría en la que también competían ese año, atención, Anthony Hopkins, Richard Dreyfuss o Kirk Douglas. Ganó Neil Diamond, un tipo tan bueno componiendo canciones como terrible en su faceta de actor.
Despidiendo a John
Una de las personas que más visitó al legendario John Wayne en la última etapa de su vida, cuando estaba cerca de fallecer en el hospital a causa de un cáncer, fue Michael Caine, quien siempre se había declarado, y lo continúa haciendo, como un enorme admirador del trabajo del inolvidable protagonista de 'Centauros del desierto' o 'El hombre tranquilo', entre otras obras maestras. Dos auténticos gigantes unidos en la despedida.
El momento clave
Entre todas las declaraciones brillantes que ha ofrecido (regalado) Michael Caine a lo largo de su trayectoria, hay una que destaca especialmente. Sucedió después de que le preguntaran si era capaz de identificar el instante en el que sintió que había conseguido ser actor, momento en el que el británico aseguró que esa sensación la empezó a tener cuando comenzó a leer guiones que ya no tenían manchas de café, lo que significaba que él era la primera opción para el papel. Genio y figura.
Melodías de Goldfinger
Durante gran parte de su carrera, especialmente en la etapa que corresponde a la década de los sesenta, Michael Caine fue protagonista de numerosos rumores que le situaban como uno de los actores mejor situados para convertirse en James Bond. Sin embargo, la única relación directa entre el británico y el agente 007 llegó cuando, tras ser expulsado de su apartamento junto a su colega Terence Stamp, Caine le pidió a su amigo el compositor John Barry si podía quedarse a dormir en su casa.
Barry aceptó, claro, y a la mañana siguiente, durante el desayuno, Caine tuvo la oportunidad de ser la primera persona en escuchar la banda sonora de 'James Bond contra Goldfinger', una de las más recordadas de la extensísima saga. Un auténtico privilegiado.