¿Robin Williams puede dar miedo? Sí, Robin Williams puede dar miedo. La prueba definitiva y aplastante para defender con uñas y dientes esta afirmación la encontramos en la estupenda 'Retratos de una obsesión', la película más perturbadora e inquietante jamás protagonizada por el actor y uno de sus trabajos interpretativos más infravalorados.
Su personaje, hipnótico en su maldad, cautivador en su mirada fija al infinito de la oscuridad, era todo un reto para un intérprete que, frente a los desafíos, siempre se crecía. Cualquier otro habría rechazado un papel de estas características, pero Williams se entregó por completo, comenzando con un impactante cambio de imagen, construyendo desde los cimientos un reflejo exacto de la pesadilla y la locura. Una interpretación asombrosa a la altura del resultado final de la película.
Algo olvidada con el tiempo, siempre resulta oportuno ejercitar la maniobra de la reivindicación con ella, asegurando que el impacto de su visionado será profundo y duradero. Porque, además de la ya celebrada labor de su actor protagonista, 'Retratos de una obsesión' irradia la extraña y fascinante luz reservada para las joyas de culto, tesoros cinematográficos dispuestos a ser (re)descubiertos cada cierto tiempo.
Curiosidades de 'Retratos de una obsesión', joya a reivindicar de Robin Williams
Segunda lectura
En un primer momento, Robin Williams fue elegido por los responsables de la película para interpretar a Bill Owens, el gerente de SavMart que finalmente interpretó Gary Cole, pero, tras leer el guion por segunda vez, pidió por favor el papel de Seymour Parrish. Deseo concedido.
Orgullo
Tras el estreno de la película en el célebre festival de Sundance, Robin Williams tuvo la oportunidad de escuchar a varios espectadores asegurar que habían olvidado que estaban viéndole tras los primeros quince minutos. Un motivo de orgullo para el actor, quien entendió que había conseguido desaparecer dentro de su temible personaje.
En busca de la galleta
En un momento de la cinta, la familia Yorkin se encuentra observando algunas fotos mientas comen en casa, instante en el que uno de los personajes descubre una galleta de la fortuna cuyo mensaje dice: "Alguien quiere que seas feliz". Pues bien, para conseguir dar forma a esta escena, el director Mark Romanek estuvo buscando en más de 30 galletas antes de encontrar la frase que mejor encajaba.
Relación Williams - Nicholson
El propio director Mark Romanek aseguró que Jack Nicholson era el actor escogido para protagonizar 'Retratos de una obsesión' antes de que Robin Williams se hiciera con el papel. Un cambio de actores que ya se había producido previamente en la 'Batman' de Tim Burton, película en la que Williams era uno de los grandes candidatos a interpretar al mismísimo Joker antes de la llegada triunfal de Nicholson.
Preparando el papel
De cara a preparar su papel, Robin Williams estuvo entrenando durante dos días y medio en un centro de capacitación de revelado fotográfico en el sur de California, trabajando en una máquina de revelado fotográfico Agfa MSC 101-D.
En clave musical
En un primer momento, el director Mark Romanek escogió al gran Trent Reznor (Nine Inch Nails) para que se encargara de la banda sonora de 'Retratos de una obsesión'. Sin embargo, tras escuchar su trabajo, el cineasta optó por descartar la partitura proporcionada por Reznor, algo que llevó al músico a terminar utilizándola en el disco 'Still'.
Segunda villanía
Aunque parezca increíble, Robin Williams estrenó ese mismo año (2002) otra película en la que interpretaba a un villano: 'Insomnio'. Efectivamente, la joya infravalorada de Christopher Nolan también nos ofrecía una imagen completamente oscura del añorado actor.
Relajando el ambiente
Para calmar un poco la tensión y la atmósfera que se debía generar para el rodaje de la 'Retratos de una obsesión', el infalible Robin Williams utilizaba las pausas para improvisar y hacer numerosos chistes y bromas al equipo de la película.
La admiración de Cole
El citado Gary Cole se lo pasó en grande trabajando con Robin Williams en 'Retratos de una obsesión', y eso que la historia enfrentaba a sus personajes en no pocas ocasiones. Sin embargo, Cole confesó haber disfrutado una barbaridad en el rodaje, subrayando que había aceptado el papel en la película solamente para trabajar con Williams.
Sin pelos
Los brazos, la parte superior del pecho y las manos. Todas estas partes del cuerpo tuvo que depilarse el entregado Robin Williams para poder meterse en la piel del villano de 'Retratos de una obsesión'. A la vista de los resultados, ni una duda, el (doloroso) esfuerzo mereció la pena.