Mucha gente criticó con dureza 'Efectos secundarios' por esconder en su interior dos películas totalmente diferentes. Porque este brillante largometraje de Steven Soderbergh es, primero, un drama sobre el poder de la depresión, un análisis de la factura que deja esta bestia sin piedad ni paciencia y, además, una denuncia algo liviana y superficial de la manera en la que el mundo de la medicina, y especialmente la empresa farmacéutica, aprovecha esta situación para llevar a cabo su objetivo más importante: hacer el mejor negocio posible.
Pero, asentados personajes y trama, Soderbergh decide entonces realizar un giro más que pronunciado y convertir su historia en un thriller clásico, con ecos del mismísimo Alfred Hitchcock. Un cambio de fondo, que no de forma, en los que muchos vieron una oportunidad perdida por parte de Soderbergh para realizar una de sus mejores películas.
Y sí, pero no. Porque, si bien es cierto que ese primer tramo resulta especialmente logrado, con capacidad para captar la atención del espectador, sumergido en un retrato de la depresión que destaca las características más caóticas de la enfermedad, Soderbergh se nota mucho menos pretencioso, más liberado, disfrutando más de su criatura cuando se centra en los giros de guion, en la sorpresa tras sorpresa, en el truco y la trampa y en los recovecos de su historia.
¿Qué tenía un filón para rodar una sobria y elegante denuncia a la mafia farmacéutica y el juego que establece con nuestras enfermedades? Sí. ¿Qué le apetecía hacer un sobrio y elegante thriller de los de toda la vida para disfrute del gran público? Pues también. Y, oye, le salió mejor que bien.
Curiosidades de 'Efectos secundarios'
Las inseguridades de Jude
El propio Jude Law admitió tras el estreno de 'Efectos secundarios' que, al principio, se sentía muy inseguro por tener que interpretar a una persona que era marido y padre, situaciones que él tenía también en la vida real, usar su acento normal y no tener que llevar a cabo ningún tipo de caracterización por primera vez en toda su carrera. Salió airoso del reto.
Otra despedida que no llegó
Ahora ya es algo muy parecido a una simpática tradición, pero, cuando se estrenó 'Efectos secundarios', fueran muchísimas las voces autorizadas que aseguraron que se trataba de la última película de Steven Soderbergh como director. Por suerte, todavía no se ha cumplido esa amenaza.
Cambio de protagonista
En un primer momento, Blake Lively había sido seleccionada como protagonista de 'Efectos secundarios', pero la propia productora encargada de la financiación de la película decidió abandonar el proyecto cuando se entero de esta decisión. Eso sí, esa misma compañía regresó cuando Rooney Mara terminó sustituyendo a Lively.
Opción Lohan
Uno de los primeros nombres que se barajaron para protagonizar 'Efectos secundarios' fue el de, nada más y nada menos, que Lindsay Lohan. De hecho, el propio Steven Soderbergh quería que fuera ella la escogida, llegando a hacerle un total de tres audiciones. Sin embargo, los productores de la cinta consideraron que los continuos problemas legales que rodeaban a la actriz en aquel momento serían negativos para el proyecto.
Influencia fatal
Al ser preguntado en una entrevista cual era la película que más había influido para dar forma a 'Efectos secundarios', Steven Soderbergh no dudó en afirmar que se trataba de la excitante 'Atracción fatal' de Adrian Lyne.
Elección cuestionable
Para poder liderar el reparto de 'Efectos secundarios', Rooney Mara tuvo que rechazar el papel protagonista de la memorable 'La noche más oscura'. Un golpe de suerte en toda regla para Jessica Chastain.
Tercera colaboración
'Efectos secundarios' supuso la tercera colaboración entre Steven Soderbergh y dos de sus intérpretes más queridos y respetados: Catherine Zeta-Jones y Channing Tatum.
La posibilidad Timberlake
Precisamente, antes de que Channing Tatum repitiera por tercera vez con Steven Soderbergh, ofreciendo una de las mejores interpretaciones de su trayectoria, el director pensó en Justin Timberlake para su papel en 'Efectos secundarios'.
Papel codiciado
Después de la marcha de Blake Lively y Lindsay Lohan del proyecto por culpa de la empresa de financiación y los productores, respectivamente, el papel de protagonista de 'Efectos secundarios' contó con numerosas aspirantes. Y es que, antes de que Rooney Mara lo consiguiera, optaron a este personaje Emily Blunt, Olivia Wilde, Imogen Poots, Alice Eve, Amanda Seyfried y Michelle Williams.
Caso real
En un momento de la película, el personaje de Jude Law en 'Efectos secundarios' escucha el caso de un hombre que ahogó a su mujer en la piscina mientras estaba sonámbulo, siendo absuelto posteriormente. Pues bien, este suceso ocurrió en la vida real, aunque, eso sí, su protagonista fue declarado culpable.