Dirigida por el gran John Sturges, otro de esos (enormes) cineastas que suelen quedar de manera bastante injusto en un segundo plano cuando se repasan nombres esenciales de la historia del Hollywood dorada, con una banda sonora inolvidable de Elmer Bernstein y un reparto de ensueño, 'La gran evasión' lleva tiempo felizmente asentada en el Olimpo de los grandes clásicos. Y con razón.
Tan apegada al cine de aventuras como al drama carcelario, funciona a las mil maravillas en ambos territorios, la cinta de 1963 mantiene firmes sus múltiples virtudes a pesar de las décadas. Cerca de 170 minutos que se pasan como un suspiro vibrante, entretenidísimo, magnético y elegante. Regresar una y mil veces a ella es siempre, sin excepción, un auténtico placer.
Imposible enumerar la cantidad de escenas memorables que nos dejó una película que tiene la capacidad de generar ese amor irrefrenable e indescriptible hacia el arte de contar películas en una pantalla. Cine gigantesco en el que todo parece tan sencillo que fascina y abruma con la misma consistencia. 'La gran evasión' es, en definitiva, una película eterna.
10 curiosidades sobre 'La gran evasión'
Proyecto complicado
Trece años en total es el tiempo que le costó a John Sturges poder sacar adelante el proyecto de 'La gran evasión'. ¿El motivo? Lo de siempre: los productores. Y es que, desde el primer momento, la MGM le dejó claro al director que la ausencia de una historia romántica en la película y la ausencia total de personajes femeninos en la misma eran razones suficientes para no facilitar su puesta en marcha. Sin embargo, el tremendo éxito de 'Los siete magníficos' les hizo cambiar de idea y terminaron aprobando el presupuesto para 'La gran evasión'.
Ecologismo
Cuando terminó el rodaje de 'La gran evasión', los principales responsables del proyecto repoblaron más de 2.000 pinos de un bosque cercano al estudio que se había visto seriamente dañado por la producción de la película.
Retocando y calculando
La idea inicial de los productores de 'La gran evasión' era recortar la duración de la película para poder aumentar la venta de entradas, algo que provocó un enfado mayúsculo de John Sturges. De esta manera, y para contentar a todas las partes, el propio cineasta, junto a un ejecutivo del estudio, pidieron un préstamo de un millón de dólares al Pacific National Bank, algo a lo que el banco accedió con la condición de poder ver la película antes. Por supuesto, les encantó.
Experiencia previa
Varios miembros del reparto y del equipo técnico de 'La gran evasión' habían tenido experiencias reales previamente al rodaje de la película como prisioneros de guerra. En ese sentido, Donald Pleasence estuvo retenido en un campamento alemán, Hannes Messemer fue detenido en un campo ruso, Til Kiwe y Hans Reiser fueron prisioneros de guerra de los americanos, el coguionista James Clavell fue encarcelado en un campo de prisioneros japonés y Wallace Floody fue prisionero de guerra de un campo alemán.
Soy minero
El papel de jefe de los mineros en 'La gran evasión' le venía perfecto a Charles Bronson, ya que se había dedicado a la minería antes de convertirse en actor. Así, Bronson estuvo aconsejando constantemente al director John Sturges sobre distintas técnicas de trabajo en este ámbito, especialmente en lo referente a los movimientos de tierra. Otra curiosidad es que, al igual que su personaje en la película, el actor también tenía problemas de claustrofobia.
Amoríos
Durante el rodaje de 'La gran evasión', Charles Bronson conoció y se enamoró de Jill Ireland, la esposa de su compañero de reparto David McCallum, llegando a bromear con él sobre la idea de 'robársela'. Las risas se convirtieron en realidad cuando, solamente cuatro años más tarde, Ireland se divorció de McCallum y se casó con Bronson.
Convenciendo a Steve
Tras participar en las estupendas 'El amante de la muerte' y 'Comando', ambas estrenadas en 1962, Steve McQueen no tenía ganas de protagonizar una tercera película del género bélico. Por suerte, John Sturges le convenció al aceptar la única condición que puso el actor: tener una escena en la que trataba de escapar en una moto. Eso sí, para cumplir este deseo de McQueen se tuvo que reescribir el guion.
Relación complicada
Muchos años después del estreno de 'La gran evasión', Richard Attenborough confesó que no se había llevado nada bien con Steve McQueen durante el rodaje, asegurando que había sido una de las experiencias y relaciones profesionales más complicadas de su vida.
Escritura constante
Además de para incluir la citada escena de persecución en moto que pidió Steve McQueen, el guion de 'La gran evasión' estuvo en un proceso de reescritura constante. En total, según confesó el propio John Sturges, el libreto pasó por seis guionistas y tuvo once versiones, llegando a tener modificaciones durante el propio rodaje.
Salto fallido
Aunque Steve McQueen era un piloto más que notable, no llevó a cabo el acrobático salto final de su legendaria escena en moto de 'La gran evasión'. Y es que, tras intentarlo una vez y sufrir un accidente que podría haber sido bastante grave, la productora de la película le prohibió probar suerte de nuevo, lo cual hizo que fuera Bud Etkins, piloto y muy buen amigo del actor, quien terminara rodándolo.