De 'Carmina y amén' a 'El crack II': 10 secuelas sensacionales del cine español

Llegamos ante uno de los ejemplos más brillantes de lo que una secuela puede y debe ser. Tras convertir la primera entrega de Torrente en uno de los debuts más notables y sorprendentes de la historia del cine español, una realidad que todavía escuece a muchos críticos y espectadores, Santiago Segura ofrecía con 'Torrente 2: Misión en Marbella' una continuación que elevaba el listón de ambición, espectáculo y, afortunadamente, carcajadas.

La taquilla estaba ganada de antemano, pero el esfuerzo del cineasta por doblar la apuesta conlleva un mérito que es de justicia recordar. Y el resultado fue una comedia repleta de gags y personajes que funcionaban a las mil maravillas. Con amplia diferencia, la mejor secuela de la saga.

Todo lo que funcionaba en la notable 'Carmina o revienta', celebrado (con justicia) debut como director de Paco León, se elevaba a la matrícula de honor en 'Carmina y amén', una secuela en la que la genialidad se desbordada en cada plano. Con diálogos tan hilarantes como enternecedores, esta continuación volvía a encontrar en la impresionante presencia de Carmina Barrios la mayor de sus virtudes, pero acompañándola en esta ocasión por un conjunto de personajes secundarios realmente hilarantes. La confirmación de un cineasta maravilloso y de un personaje destinado a formar parte de la historia más deslumbrante de la comedia española.

Dirigida, protagonizada y coescrita por el inmenso Fernando Fernán Gómez, 'La vida alrededor' es una secuela que brilla desde el principio y a través tanto de su fondo como de su original forma. Más profunda, compleja e interesante que su, por otra parte, estupenda predecesora, 'La vida por delante', estamos ante una de esas películas que ofrece una nueva recompensa en cada visionado. Una auténtica joya.

Dos años después del éxito de 'Barcelona, noche de verano', Dani de la Orden entregaba 'Barcelona, noche de invierno', secuela que repetía las (muchas) virtudes y los (pocos) defectos de su predecesora. De nuevo, todas las historias no brillaban al mismo nivel, resultando especialmente fallidas las más cercanas a la comedia pura, pero el reparto volvía a estar tan fantástico, el encanto navideño era tan contagioso y el romanticismo funcionaba de una manera tan orgánica que no quedaba más remedio que caer rendido a su hechizo. Una segunda parte a la altura.

Lo que viene siendo una fiesta. Paco Plaza se ponía a los mandos de la saga y firmaba con '[REC] 3: Génesis' la mejor entrega de este universo. Tal cual. ¿Cómo lo conseguía? Poniendo todo patas arriba, reforzando el sentido del humor, la locura, el exceso, el petardeo, la épica y, sobre todo, regalándonos a una de las heroínas esenciales de la historia del cine de terror: Clara, la sangrienta novia interpretada por una entregadísima Leticia Dolera. Imposible enumerar la cantidad de escenas para el recuerdo que deja una secuela tan divertida como inspirada, tan redonda como sorprendente, tan fascinante como gozosa.

Javier Fesser es propietario, al igual que el fundamental Ibáñez, de un mundo propio profundamente personal. Sin embargo, supo encontrar con 'Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo' el equilibrio perfecto entre su cine y el material que tenía entre manos. Una bomba de relojería que terminaba de explotar gracias a una animación imparable, abrumadora y deliciosa en su incontinencia del detalle que garantizaba el disfrute constante.

Todo en 'Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo' consigue transmitir el desenfreno, la parodia, el sentido del humor salvaje y, al mismo tiempo, familiar de los tebeos originales. Una capacidad para mezclar la nostalgia omnipresente para todos aquellos que crecimos con ellos y las nuevas generaciones que tienen aquí una aventura trepidante y divertida hasta la extenuación. Una montaña rusa en permanente movimiento que, desde su brillante prólogo, no ofrece respiro alguno. Maravillosa.

Aunque no contaba con el factor sorpresa de la fabulosa 'El otro lado de la cama', esta segunda entrega conseguía resultar casi tan divertida y memorable. Una secuela que manejaba a la perfección el ritmo de su historia, combinando con admirable destreza las tramas de sus personajes, todos ellos interpretados de manera notable, con números musicales que siempre sumaban. Una continuación algo olvidada con el tiempo que, sin embargo, sigue resultando un más que firme entretenimiento.

Dos años después de estrenar su notable predecesora y tras recoger el Oscar por la estupenda 'Volver a empezar', José Luis Garci presentaba 'El crack dos', secuela que superaba a la primera entrega en prácticamente todos los sentidos. Con una historia más compleja y emotiva, diálogos tan divertidos como hipnóticos, un desenlace brillante y coherente y, por supuesto, un Alfredo Landa situado más allá de cualquier tipo de elogio, esta segunda parte elevaba un listón que ya estaba altísimo. Cine negro de primera clase, sucio, violento, triste y melancólico.

Aunque no cuente con el merecido culto de su antecesora, la sobresaliente 'El Pico', esta segunda parte, estrenada solamente un año después, está a años luz de situarse en el terreno de la decepción. Dirigida de nuevo con pulso de hierro por un inspirado Eloy de la Iglesia y con otra memorable interpretación de José Luis Manzano, 'El pico 2' mantiene el mismo nivel que su ilustre predecesora, conformando así una dupla esencial de la historia del cine español de la década de los ochenta.