El cine de animación sigue siendo un terreno repleto de maravillas por descubrir, reivindicar, celebrar y atesorar como regalos tan íntimos como universales. Al igual que sucede con el resto de géneros, no importa, ni mucho menos, el lugar del que proceda, lo relevante es su capacidad para cautivar, entretener, divertir y emocionar. Y estas diez películas, desde luego, lo consiguen.
Aprovechando el estreno de 'El viaje de Ernest y Célestine', película que con simplemente rozar los talones de su maravillosa predecesora de 2012 ya pelearía con justicia para estar entre lo mejor del ejercicio cinematográfico de este año, orientamos y centramos la mirada hacia un país concreto, Francia, para destacar este conjunto de propuestas que deslumbran desde la sencillez y la sensibilidad. Animación mayúscula desde el detalle que conmueve con la ayuda de una simple imagen.
Desde fabulosas historias originales hasta adaptaciones de textos imprescindibles, estas películas suponen una experiencia repleta de belleza, delicadeza y poesía visual que traspasa la pantalla y deja una de las huellas más hermosas posibles. Aquella que nos invita a volver una y otra vez por el mismo camino, pero descubriendo cosas nuevas en cada regreso.
10 películas recomendadas de animación francesa
'El ilusionista'
'El ilusionista', segunda película de Sylvain Chomet, director de esa otra joya llamada 'Bienvenidos a Belleville', se basaba en un guion del fundamental Jacques Tati que nunca fue producido para dar forma a uno de los retratos más duros y adultos que el cine de animación ha ofrecido sobre la melancolía. Y su protagonista, un viejo mago que va de escenario en escenario intentando que alguien preste atención a alguno de sus trucos, es uno de los grandes personajes que ha dado el cine de animación contemporáneo. Encantador, solitario y profundamente conmovedor.
La amistad que se produce entre él y una niña que se agarra a la magia como excusa para salir de una vida triste y alejada de la gran ciudad es el punto de inflexión de una propuesta técnicamente impecable y emocionalmente devastadora, coronada con un desenlace tan arriesgado como coherente.
'La tortuga roja'
80 minutos de belleza constante, de imágenes que te dejan sin respiración y de momentos de una intensidad callada y pequeña que deslumbra con la fuerza del más gigante de los impactos. 'La tortuga roja', obra maestra de Michael Dudok de Wit que contó con el apoyo del Studio Ghibli en términos de producción, va mucho más allá del prodigio animado hasta convertirse en una de las mejores películas francesas de la última década.
'Ernest y Célestine'
Adaptación de los libros de Gabrielle Vincent, 'Ernest y Célestine' es, más que una película, un milagro en movimiento permanente. Liderada por dos personajes que se clavan en el corazón y la memoria desde el primer encuentro, esta excepcional obra logra sacar tantas risas como lágrimas, resultando así un viaje repleto de postales inolvidables. No importa el número de veces que uno la vea, siempre terminas con una enorme sensación de felicidad.
'El planeta salvaje'
Clásico absoluto de la animación europea, 'El planeta salvaje' se experimenta desde la hipnosis de unas imágenes que te dejan sin palabras, te agarran, zarandean, desafían y, finalmente, deslumbran. Una notabilísima adaptación de la novela de Stefan Wul que se ha convertido con el paso de las décadas en una de las paradas obligatorias (y más satisfactorias) de la historia del cine francés.
'Persépolis'
Aclamadísima adaptación del cómic homónimo, el cual fue escrito por una Marjane Satrapi que se encargó también del guion y dirección de este salto a la gran pantalla, 'Persépolis' es una de esas películas en las que nada falta y nada sobra. Una autobiografía en la que, dentro de sus múltiples y variadas virtudes, destaca tanto su memorable protagonista como un sentido del humor que complementa y aligera el peso dramático de la historia, redondeando así una propuesta completísima desde todos los puntos de vista.
'El lienzo'
Escrita y dirigida por Jean-François Laguionie, uno de los nombres fundamentales de la historia del cine de animación francés, 'El lienzo' es una de esas obras incontestables en las que cada elemento funciona al máximo de sus posibilidad. Tan inteligente y compleja en su fondo como fascinante en su forma, no hay imagen en ella que no desborde una imaginación y belleza aplastante, estamos frente a una película capital del género. Un prodigio del primer minuto al último.
'La vida de Calabacín'
En 'La vida de Calabacín', adaptación de una novela de Gilles Paris en stop-motion que demostraba, una vez más, el tremendo potencial de esta técnica cinematográfica, se tratan temas tan delicados como los abusos sexuales a menores, la soledad, la drogadicción o la muerte, entre otros, sin cruzar en ningún momento la peligrosa línea que separa el tacto sutil y casi poético del morbo manoseado y lacrimógeno.
Solamente por esa proeza deberíamos seguir celebrando por todo lo alto la existencia de una película que, en otras manos y con otras intenciones, habría caído definitivamente en el golpe gratuito al espectador, la sobreexposición de sentimientos de los personajes y la búsqueda más simple del llanto general. 'La vida de Calabacín', tan humilde y artesanal en apariencia, esconde uno de los reflejos más complejos y valiosos vistos en mucho tiempo sobre la pérdida y la reconstrucción de una vida, el peso de la fina línea que separa los ojos tristes de un niño con los de un adulto que se ha acostumbrado a echar de menos. Emociones poderosas que merecían una película a la altura. Y la encontraron.
'El pequeño Nicolás'
Por encima de las fantásticas aventuras que vive su encantador protagonista, 'El pequeño Nicolás' se eleva por encima de la media gracias a su emocionante visión de la creación y la amistad. La imaginación como tabla de salvación frente a los posibles naufragios cotidianos, los recuerdos como fuente de tinta y color y el abrazo tardío de un amigo en la puerta de un restaurante como la más bella de las despedidas. Una película deliciosa.
'¿Dónde está mi cuerpo?'
Nunca sabes lo que va a ocurrir en la siguiente escena, el tono que va a adquirir su historia, la ruta que van a escoger sus personajes, inolvidables, ni, por supuesto, la manera en la que terminará todo. Por eso, y por una animación excelente en cada detalle, una banda sonora fantástica, un equilibrio admirable de géneros y una facilidad increíble para emocionar y divertir, '¿Dónde está mi cuerpo?' brilla de forma indiscutible como una de las grandes películas que ha dado la animación francesa en los últimos años. Y como una de las joyas más radiantes del catálogo exclusivo de Netflix.
'Astérix y las 12 pruebas'
Tras la estupenda 'Astérix el galo' y la deslumbrante 'Astérix y Cleopatra', los icónico personajes creados por René Goscinny y Albert Uderzo protagonizaron la que, todavía hoy, es su mejor película: 'Astérix y las 12 pruebas'. Hilarante, original, sorprendente, trepidante y con un buen puñado de gags y escenas que abrazan la perfección, hablamos de una propuesta estrenada a mediados de la década de los setenta, sí, pero a la que el tiempo no ha hecho más que engrandecer y revalorizar. Una obra maestra.