Incluso para los más escépticos, entre los que me temo que debo incluirme, 'The Crown' ha terminado convirtiéndose en una de esas series imprescindibles que no cede espacio alguno a la duda o la indiferencia. ¿Cómo lo ha conseguido? Talento, talento y más talento. Incansable talento. Imponente talento. Deslumbrante talento. Radiante talento. Épico talento. Emocionante talento. Vibrante talento. Conmovedor talento. Omnipresente talento. Y desde el primer minuto, evitando así cualquier tipo de incertidumbre.
Centrando su mirada en la vida de la reina Isabel II, interpretada por una fascinante Claire Foy, desde su boda en 1947 hasta el presente, la serie creada y mayormente escrita por el genial Peter Morgan, un especialista en la materia, consigue atrapar al espectador con una facilidad a prueba de expectativas y prejuicios. Por eso, una vez has terminado su excelso primer capítulo, ya sabes que quieres quedarte, que estos personajes te dejarán huella de una forma u otra, que sus historias y la Historia te atraparan sin remedio y que tendrás que esforzarte para no acabar con las dos temporadas emitidas hasta la fecha en la modalidad de maratón. Aunque puede que este último objetivo sea el más complicado de cumplir, por no decir imposible.
Por eso, cuando nos encontramos a las mismísimas puertas de su esperadísima tercera temporada, la cual ya ha sido recibida con ovaciones unánimes por parte de un selecto grupo de críticos televisivos que ya han tenido la envidiable suerte de poder disfrutar de ella, conviene parar el reloj y empezar a alabar a una serie que no ha hecho más que crecer desde un punto de partida que ya apuntaba al infinito. Larga vida a 'The Crown'. La serie que justifica casi por completo a Netflix.
Oda a 'The Crown'
Historia
Puede parecer un tópico bastante socorrido, pero lo cierto es que 'The Crown' es una serie con la que se disfruta tanto como se aprende. Tal cual. Y es que, desde el primer minuto de su capítulo inicial, estamos ante una ficción capaz de convertir la historia de un país y su monarquía en un thriller apasionante, un romance arrebatador, un melodrama familiar repleto de intensidad y hasta una comedia marcada por la mala leche y el sarcasmo británico más característico. Lo que en otras manos podría haber quedado como algo similar a una aburrida representación de páginas sueltas de la Wikipedia, 'The Crown' lo convierte en arte en estado puro.
Peter Morgan
Cuando hablamos de Peter Morgan lo hacemos del responsable de guiones tan maravillosos como los de 'Rush', 'El desafío: Frost contra Nixon', 'The Damned United', 'El último rey de Escocia' o 'La Reina (The Queen)', entre otros, por lo que la fiabilidad de su trabajo está fuera de toda duda. Sin embargo, nunca se ha mostrado tan inspirado como en los libretos de 'The Crown', serie de la que también es creador, y en la que saca a relucir todo su arsenal de incontestables virtudes. Diálogos de acero, réplicas llenas de ingenio, momentos de espectacular dramatismo y, sobre todo, una capacidad para presentar, perfilar y construir personajes memorables a la altura de muy pocos. Morgan en estado puro. Y en su mejor versión.
Dirección
Vayamos directos al grano: 'The Crown' es una de las series con mejores trabajos de dirección de la historia de la televisión. Con un catálogo de realizadores de primer nivel, liderados por un Stephen Daldry que ha demostrado aquí el pulso maestro que en sus últimas propuestas cinematográficas parecía perdido, la serie de Peter Morgan ha sido capaz de lograr algo más difícil todavía, dotar de una personalidad propia a cada uno de sus capítulos sin perder jamás la sensación de estar ante un todo perfectamente engrasado y compacto. Directores y directoras en plenitud de inspiración que aprovechan cada elemento de sus respectivas tramas para obtener el mejor resultado posible. Ni un fallo.
Claire Foy
No parece complicado imaginar los nervios y la presión que pudo sentir Claire Foy cuando le confirmaron que se encargaría de meterse en la piel de la mismísima Reina Isabel II en 'The Crown'. Sin embargo, todavía es más sencillo si cabe aplaudir con devoción absoluta la que es, sin lugar a dudas, una de las interpretaciones más rotundas, equilibradas, precisas, convincentes, deslumbrantes y maravillosas jamás vistas en la pequeña pantalla. Una figura histórica que, en manos de Foy, se convierte en carne y hueso, lágrima y carcajada, duda y convicción, pasión y miedo. Imposible no sumarse al entusiasmo general a la hora de colocar la más grande de las coronas (de interpretación) sobre su cabeza.
Churchill
Antes de que Gary Oldman se llevara un merecido Oscar a Mejor actor por su brillante interpretación de Winston Churchill en la notable 'El instante más oscuro', John Lithgow ya había convertido a esta inolvidable figura de la política europea en una de las creaciones televisivas más apasionantes, complejas y fascinantes de los últimos años.
Apoyado por un trabajo de maquillaje y peluquería realmente convincente, Lightgow se apropiaba del personaje desde el primer minuto, mimetizándose con sus gestos, formas de ser y actitudes. Una interpretación excelsa que, sumada a la importancia capital que se le daba en la trama de la primera temporada, convertía al Churchill de Lightgow en una de las virtudes más destacadas de 'The Crown'. Todavía se le echa de menos en cada episodio en el que no aparece.
Isabel y Felipe
Entre los muchos focos de interés que presenta 'The Crown', está claro que la relación entre Isabel y Felipe constituye uno de los más apasionantes. Y es que, si nos ponemos a hacer cuentas, son numerosísimos los grandes momentos que nos ha dado esta relación llena de amor, afecto, distancia, dudas, incomprensión, mentiras, escudos y tensión a lo largo de dos temporadas en las que nos hemos enamorado y hemos sufrido con ellos. Una historia de amor llena de complejidad y máscaras, voluntarias e impuestas, que se engrandece todavía más con la espléndida química entre Claire Foy y un excelso Matt Smith. Sus miradas y silencios ya forman parte de la historia de la televisión reciente.
Banda sonora
La banda sonora de 'The Crown' supone otro de los grandes atractivos de una serie que, en cualquier caso, estamos seguros de que funcionaría sin más ayuda que sus personajes, diálogos y puesta en escena. Sin embargo, la música compuesta mayoritariamente por Rupert Gregson-Williams, con puntuales ayudas de Lorne Balfe y el mismísimo Hans Zimmer, no solamente suma al conjunto sino que, en la mayoría de momentos, sirve para dotar a la serie de una mayor épica, emoción y delicadeza. Siempre acertada y alejada del exceso, incluso cuando las composiciones están claramente orientadas a la solemnidad más grandilocuente, la banda sonora de 'The Crown' es otro regalo más dentro de una propuesta repleta de ellos.
Vanessa Kirby
Si durante los primeros capítulos de 'The Crown' ya fuimos muchos los que caímos rendidos ante el talento de Vanessa Kirby y su Princesa Margarita, lo que ocurrió con esta actriz y su correspondiente personaje en la segunda temporada de la serie fue algo sencillamente magnífico.
De repente, nos situamos ante una trama repleta de desolación, canciones tristes, resacas emocionales, corazones rotos, sesiones fotográficas llenas de historia y cicatrices y, sobre todo, una mirada que se clavaba en las venas y en la memoria de los espectadores. Una interpretación por parte de Kirby que se situaba más allá del elogio. De lágrima y aplauso simultáneo.
Fondo y forma
Lo que se cuenta y la forma en la que se cuenta. Lo que se ve y lo que se intuye. Lo que deslumbra y lo que se susurra. Lo que duele y lo que queda anclado en el aire. 'The Crown' maneja el fondo y la forma con una envidiable capacidad maestra, resultando visualmente inabarcable de pura belleza y fascinante desde el más escondido de los rincones de su argumento.
Es una obra maestra que derrite los ojos y conmueve hasta el mismo nudo de la garganta. Una puesta en escena sencillamente abrumadora que tiene todavía más valor cuando se acompaña de una esencia interna tan maravillosa. Lo que viene siendo la perfección.
Olivia Colman
No, en serio, la única forma en la que se podía tratar de mejorar la perfección de las dos primeras temporadas de 'The Crown' era haciendo que Olivia Colman recogiera el testigo de Claire Foy. Sonaba en las quinielas, en los sueños y en los deseos de millones de espectadores y se cumplió. Todavía se pueden escuchar los gritos de felicidad que soltamos al unísono cuando vimos las primeras imágenes de la tercera temporada. Confianza ciega en Colman. Confianza ciega en Morgan. Confianza ciega en 'The Crown'.