A pesar de los, ejem, millones y millones con los que cuentan, los estudios viven siempre en el límite. Su manera de hacer equilibrio sobre la fina línea que separa el éxito abrumador del fracaso lapidario es tan delicada que uno solamente puede observar con fascinación. Doble o nada. Apuesta segura. O no. Dudas, dudas y más dudas. Y no lo confundamos con deudas, que entonces el susto es de los que crean afición. Hollywood, industria esencial para entender el término blockbuster, parece seguir aprendiendo a marchas forzadas los gustos y devociones de un público que, salvo ejemplos muy evidentes, sigue, seguimos, siendo imprevisibles. O eso nos gusta creer.
Quizás por eso tiene algo de poesía observar como épicas superproducciones terminan dilapidadas bajo el suelo de la indiferencia de la taquilla, siempre temible, y las piedras de los críticos, siempre previsibles. Especialmente porque se tratan de películas que nacen con la prepotencia de creer el cielo (de billetes) ganado, las secuelas firmadas y la franquicia a punto de talonario. Y no me hagáis hablar de los juguetes de acción basados en sus personajes principales. No, no hay fórmula fiable al cien por cien. Todo puede pasar, y eso es parte de la esencia del cine, de los análisis, las cifras y los estudios de mercado.
A continuación, recordamos diez películas que surgieron dispuestas a arrasar con todo y todos y terminaron hundidas. Grandes naufragios de la historia del cine contemporáneo cuyo impacto es aún más implacable al tratarse, en algunos casos, de propuestas con cierta valía. En otros, sin embargo, no había opción para la salvación. Aquí está un conjunto de películas que soñaban con amasar millones y terminaron en gritos colectivos dentro de despachos de productores que aún se pregunta dónde estuvo el fallo. Tranquilos, vamos a intentar averiguarlo.
10 superproducciones muy mal valoradas
'Superman Returns (El regreso)'
El director Bryan Singer llegaba envalentonado a Superman. Y se lo podía permitir. Sus dos entregas de la saga X-Men, en especial la segunda de ellas, habían renovado por completo el género de los superhéroes y se habían convertido en dos taquillazos muy potentes. La industria, claro, no dudó a la hora de escogerle, entre numerosos pretendientes, para que se colocara detrás del proyecto de resurrección cinematográfico de uno de los personajes estrellas de DC Cómics.
Una tarea ambiciosa y arriesgada para la que Singer se veía más que preparado. Sus razones, la devoción que sentía hacia Superman y su legado popular, sonaban con contundencia frente a las dudas generales. Pero no fue suficiente. 'Superman Returns: El regreso' partía de un error de casting clave, Brandon Routh, y de una sorprendente torpeza de su director para encontrar el tono y el ritmo de la historia, para terminar convertida en una sucesión de bostezos. Ni Zack Snyder podría haberlo hecho peor. Bueno...
'Dragonball Evolution'
Indescriptible. El fracaso de los fracasos. Ya hemos dejado de intentar encontrar razones que expliquen que pudo llevar al director James Wong y su equipo a 'dirigir' un engendro cinematográfico de la talla de 'Dragonball Evolution'. Y, cuidado, no es cuestión de fanatismo, aquellos espectadores, entre los que me incluyo, que nos acercamos al cine sin demasiada información previa sobre la aclamada serie original dispuestos a dejarnos enamorar por ese universo tan admirado y querido por millones de espectadores en todo el mundo, nos encontramos con una de las películas más tontas e insoportables de las últimas décadas.
No había ni un solo minuto que se pudiera rescatar, era una bajada a los infiernos en toda regla, una sucesión de escenas absurdas, avocadas a la comedia involuntaria más dolorosa. Sus responsables pasaron página rápido. Los espectadores seguimos recuperándonos.
'La liga de los hombres extraordinarios'
Espera, ¿una adaptación del cómic de Alan Moore que nos presenta una aventura protagonizada por Allan Quatermain, el doctor Henry Jekyll, el Capitán Nemo y Dorian Gray? ¿Con Sean Connery al frente? ¿Qué podía fallar? Todo. Absolutamente todo. 'La liga de los hombres extraordinarios', a diferencia de alguna de las otras películas presentes en este especial, tenía un buen número de posibilidades de terminar triunfando a nivel artístico y comercial, y por eso es aún más doloroso su fracaso en todos los sentidos.
Por si el resultado final no fuera suficientemente decepcionante, al parecer su rodaje no fue mucho mejor. Palabras de Connery: "El rodaje fue una pesadilla. Esta experiencia influyó mucho al decidir retirarme, me hizo pensar acerca del negocio del espectáculo. Me cansé de tratar con idiotas y desde el primer día me di cuenta de que Stephen Norrington, el director, estaba loco." Te entendemos, Sean.
'Campo de batalla: La Tierra'
No hay lista de peores películas de la historia que no cuente con la presencia de 'Campo de batalla: La Tierra', la desastrosa producción de John Travolta que adaptaba una de las novelas escritas por L. Ron Hubbard, fundador de la polémica iglesia de la Cienciología. Aun así, lo peor no es el argumento, la historia, la trama o lo que se esté contando en esta pesadilla, sino su aspecto visual, imposible de soportar para la vista. Crítica y público, alucinando ante el abominable resultado, decidieron no pasar página y mantener su vigencia otorgándole la corona de peor película de la primera década de los 2000. No merecía menos. Ni nosotros tanto (dolor).
'X-Men 3: La decisión final'
Considerada de manera amplía como la peor entrega de la saga mutante hasta la fecha, en clara pelea con la infame 'X-Men Orígenes: Lobezno', el cierre de la primera trilogía inaugurada de manera sobresaliente por Bryan Singer, encontró en los fans a sus peores enemigos.
Y es que, los mismos espectadores que habían abrazado con pasión y devoción 'X-Men' y 'X-Men 2', destrozaron por completo a la película dirigida por un Brett Ratner que, aún hoy, continúa pidiendo disculpas en cada una de sus entrevistas. Visto lo visto, sin ir más lejos en el resto de compañeras del especial, 'X-Men: La decisión final' no merecía una destrucción tan grande, pero ya se sabe que a las superproducciones destinadas a un público tan objetivo las carga el diablo. ¡Bang!
'Catwoman'
Paso 1: Ganas el Oscar a Mejor Actriz. Paso 2: Te conviertes en Chica Bond. Paso 3: Participas en un blockbuster casi perfecto ('X-Men 2'). Paso 4: Pruebas con el género de terror ('Ghotika'). Paso 5: Hundes tu carrera protagonizando la peor adaptación posible de 'Catwoman'. Cinco puntos que definen la carrera de Halle Berry entre los años 2001 y 2004. Tan intensos como incomprensibles.
Su tumba artística, de la que no ha terminado de salir desde entonces, venía firmada por un director, por decir algo, llamado Pitof que, tras poner a prueba nuestra paciencia con esa propuesta pedante y aburrida llamada 'Vidocq: el mito', decidió destruir Hollywood desde dentro. Y lo consiguió. Lástima que se llevara a Berry por delante.
'Sahara'
De todos los intentos que Hollywood ha hecho para honrar/emular/plagiar las aventuras de Indiana Jones, 'Sahara' sigue destacando como uno de los peores. Y con diferencia. Dirigida por Breck Eisner, protagonizada por Matthew McConaughey y Penélope Cruz, monísimos en su condición de figuras de acción sin alma ni carisma, y montada por un mono ciego y bebido, este intento de blockbuster de aroma clásico fue un fracaso absoluto a nivel mundial. Ninguno de los espectadores que se acercaron al cine a verla la recuerda. Y sus responsables, probablemente, siguen yendo al psicoanalista para olvidar su visionado.
'Pluto Nash'
Vamos a por la calculadora. Un presupuesto de 100 millones + una recaudación de 7 millones + un salario de 20 millones para su protagonista (Eddie Murphy) = El Desastre Total. Aunque, viendo 'Pluto Nash', lo complicado es averiguar de qué forma consiguió este bodrio con mayúsculas más de 1 dólar en la taquilla. Ni su director, ni sus productores, ni su estrella principal supieron que hacer con ella en el momento de su estreno, conscientes de tener entre manos una auténtica montaña de basura. El punto más bajo de la carrera de Murphy. Y mira que hay opciones fuertes en su carrera para obtener ese logro.
'Speed Racer'
Aunque sea una misión imposible desde el comienzo, vamos a intentar ponernos en la cabeza de las hermanas Wachowski después de finalizar la trilogía de 'Matrix'. ¿Qué demonios se hace tras pasar a la historia del cine? Pues, al parecer, meterse de lleno en una adaptación alocada, delirante y psicotrópica de 'Speed Racer', serie de animación japonesa de la década de los sesenta ambientada en las carreras de coches más horteras y coloridas jamás vistas. Será por valentía.
La crítica, que ya tenía ganas de destrozar a las cineastas tras el punto y final de la saga protagonizada por Neo, Trinity y compañía, se lo pasaron bomba hundiendo esta superproducción que conviene reivindicar con intensidad por su naturaleza suicida, por su capacidad para generar escenas visualmente impecables, por ofrecer imposibles escenas de acción que nos siguen dejando con la boca abierta. Somos pocos, pero fuertes. Culto para 'Speed Racer', pero ya.
'Cuatro Fantásticos'
En los últimos años, son muchas las superproducciones que optan a estar incluidas en este especial. Podría haber sido 'John Carter'. Podría haber sido 'El destino de Júpiter'. Podría haber sido 'El llanero solitario'. Podría haber sido 'Dioses de Egipto'. Pero, finalmente, 'Cuatro fantásticos' ha conseguido hacerse con el dudoso privilegio de formar parte de la lista de blockbuster fallidos a base de desastres antes, durante y después de su estreno. Convertida, por arte de críticas y golpes, en una atracción de morbo cuyo máximo atractivo era la posibilidad de ser testigo en primera persona del Apocalipsis en el que se convirtió su rodaje, 'Cuatro Fantásticos' es ya un clásico dentro de los procesos cinematográficos transformados en naufragio.
La batalla entre su director Josh Trank y Fox, combinada con un reparto que parecían pedir perdón públicamente con sus gestos en cada entrevista promocional, dieron como resultado un contexto de errores antológicos que, no podía ser de otra manera, terminaban siendo más que evidentes en la gran pantalla. Una película que tenía una duración de poco más de hora y media, que se tomaba unos interminables 75 minutos en arrancar y que, finalmente, colocaba un lamentable, ridículo clímax final que no llegaba al cuarto de hora. Y todavía se habló de saga.