El remake y el cine, en concreto cuando venimos a referirnos al género de terror, fantástico y derivados, es algo fascinante y que ha dado grandes joyas a lo largo de la historia. Mientras parece que ya esa época en la que el anuncio de cualquier remake era mal recibido por parte de la crítica y el público, y teniendo en cuenta que en la actualidad hay títulos que vienen a hacer lecturas de films clásicos que son esperados con los brazos abiertos (las nuevas 'La noche de Halloween' o 'Suspiria', sin ir más lejos), podemos pasar a hablar de aquellos ejemplos de remake que van más allá de la mera actualización.
Hacemos mención a aquellas películas que sus respectivos directores rodaron hasta en dos ocasiones (los hay que hasta en tres), en lo que podríamos denominar como el auto-remake. Más allá del querer volver a contarnos otra vez la misma historia, hay que tener en cuenta que la gran mayoría de casos en los que un director dirigió por segunda vez su película, se deben a dos factores diferenciados: cuentan con el presupuesto para dirigir el film que realmente querían haber hecho, el cual vendrá disfrazado de secuela; o se trata de cineastas ajenos a Hollywood que son contratados por los grandes estudios para volver a contar su película para el espectador USA.
Repetir la fórmula
Pese a que pueda parecer algo demasiado descabellado, el hecho de que haya habido realizadores que no se hayan cortado un pelo a la hora de volver a dirigir una película para quedarse satisfechos, no ha sido algo considerado como tendencia, sino que por lo que al cine de género se refiere es más bien una rareza que responde a los factores citados anteriormente.
Lo que sí es curioso y que comparten todos y cada de estos títulos, es que los originales pueden pasar a catalogarse como films de culto por algunas cosas u otras, categoría que han llegado a adquirir algunas actualizaciones que muchos podrían considerar como una tomadura de pelo, mientras que haya quienes las reciban como un toque de atención a la industria de Hollywood, que cree que toda versión yankee puede mejorar la original (hola, Haneke).
En el presente especial, hablamos de esas veces que el terror y el thriller más perturbador nos dieron por duplicado historias que tenían algo en común: el director nos estaba contando lo que realmente quería. Otra vez.
Directores de terror que hicieron remakes de sus propias películas
Sam Raimi
Rodada con un presupuesto que rondó los 350.000 dólares, la primera 'Posesión infernal' sirvió para que se fijasen en Sam Raimi como director con talento. Tras el éxito que había tenido un film de tan bajo presupuesto, no tardaron en llegar las ofertas para dirigir una secuela.
Con el dinero sobre la mesa, Raimi optó por volver a contar la historia que le hubiera gustado en su ópera prima. Y es que no hay comparación en cuanto a las cosas que ahora podía hacer, teniendo en cuenta que si había conseguido hacer aquel film con tan pocos medios, con los 3,6 millones con los que contó para su secuela, estaba claro que al fin haría todo lo que querría.
Convertida en objeto de culto al igual que su predecesora, 'Posesión infernal 2: Terroríficamente muertos' nos contaba en su prólogo todos los hechos de la primera entrega y volvía a llevar a Bruce Campbell a aquella infame cabaña para enfrentarse a los demonios del Necronomicón, funcionando a la vez como meta-secuela y reboot de una idea que se convirtió en canon del cine de terror, la cual aderezó con mucho más humor negro y que funcionó a la perfección como complemento del gore que reflejaba en pantalla.
Tobe Hooper
Las cifras que se manejan entorno al presupuesto que se utilizó para crear 'La matanza de Texas' de 1974, oscilan entre los 80.000 y 140.000 dólares, una cifra absolutamente pequeña si la comparamos con el posterior éxito que tuvo la película.
Con ella, Tobe Hooper se proclamaba como una de las voces del nuevo horror moderno surgido durante la década de los setenta en Estados Unidos, y con la que el realizador quería hacer una especie de comedia negra sobre un grupo de urbanitas enfrentándose a los horrores de una América profunda marcada por el trauma de Vietnam. Sin embargo, y teniendo en cuenta que apenas se muestra un ápice de sangre en ella, 'La matanza de Texas' pasó a la historia como ejemplo de horror perturbador.
El éxito de la película dio luz verde a una secuela, para la que Cannon dio carta blanca a Hooper confiando en su criterio. Así fue como el director, contando ahora con un presupuesto de 4,7 millones, hizo la película que realmente hubiera querido hacer años antes. La sorpresa llegó cuando, una vez terminada, los productores no quedaron nada contentos al descubrir que 'La matanza de Texas 2' no era un título de terror en la línea de la primera parte, sino que se trataba de una comedia negra loquísima que fue recibida de forma tenue por los que esperaban un nuevo capítulo oscuro con el que horrorizarse. Por suerte, cada vez cuenta con una mayor legión de fans que acabará convirtiendo el film en título de culto.
George Sluizer
Con algunos títulos ya a sus espaldas, en 1988 el cineasta neerlandés George Sluizer firmaba una de las películas de culto más extrañas y perturbadoras de la historia del género europeo: 'Desaparecida' ('Spoorloos', en su título original).
El film nos presentaba a una pareja de enamorados de viaje por Francia. Durante una parada en una gasolinera, Saskia desaparece sin dejar rastro. Empieza aquí un complejo thriller psicológico en la línea de otras obras de culto como 'Amenaza en la sombra', y en el que su protagonista masculino se obsesionará durante años con la búsqueda de su amada.
Como era de esperar, y visto el éxito y el potencial que tenía la historia, desde Hollywood no se lo pensaron dos veces a la hora de hacer un remake, para el cual decidieron ir sobre seguro y contratar al propio Sluizer para dirigirlo.
¿El resultado? 'Secuestrada', la misma historia un tanto suavizada en cuanto a tono y con rostros como los de Jeff Bridges, Kiefer Sutherland y Sandra Bullock (como Diana, la desaparecida).
Takashi Shimizu
Año 2000. Takashi Shimizu adapta la idea de un cortometraje suyo que se estrena directa al mercado doméstico en Japón. Se trata de 'Ju-on (La maldición)'. Ese mismo año también dirigirá su secuela.
Año 2002. Tras el éxito que había supuesto el film, se decide que se le puede dar la oportunidad a Shimizu de contar la historia con más medios. Así es como el autor rehace su historia en 'La maldición', la cual da la vuelta al mundo en pleno boom del J-Horror. Un año después, será él el encargado de dirigir la secuela de esta.
Año 2004. Después de haberse hecho con los derechos para hacer una versión yankee producida por Sam Raimi, se inicia la producción de 'El grito'. Queriendo apostar sobre seguro, adivinad a quien ponen al mando. Exacto, el propio Takashi Shimizu será el encargado de volver a contarnos la misma historia aunque esta vez destinada al público occidental, poniendo a Sarah Michelle Gellar como protagonista. Como era de esperar, será él quien dirija 'El grito 2' en 2006, secuela y a la vez remake de la secuela de la película japonesa.
Año 2019. Está previsto que se estrene una nueva versión, 'The Grudge', para la que de momento se ha fichado a Nicolas Pesce como director. Si algo va mal, creemos que a Shimizu no le importaría volver a hacerla. Por cuarta vez.
Ole Bornedal
En 1994 se estrenaba 'El vigilante nocturno' en Dinamarca, el cual estuvo circulando por las carteleras de media Europa durante un tiempo y que venía a ser una especie de respuesta europea al psychothriller noventero venido desde Estados Unidos.
Visto el potencial que tenía, Hollywood se hizo con los derechos de la película y contrató a su director, el danés Ole Bornedal para que volviese a contarnos la misma historia, solo que esta vez con Ewan McGregor tomando el relevo de Nikolaj Coster Waldau (por aquel entonces, un completo desconocido), y con Nick Nolte y Patricia Arquette como co-protagonistas de 'La sombra de la noche', correcto thriller con tintes de terror que no aportó nada nuevo a quienes ya habían disfrutado del original.
Hideo Nakata
El éxito del J-Horror a principios de los 2000 se vio complementado por la fiebre del remake USA, que no dudaba en rehacer las películas que estaban causando furor por aquel entonces, aunque destinadas al público de Occidente.
De todos ellos, tan solo cabría destacar dos como buenos ejemplos de remake. El primero, 'El grito' de Takashi Shimizu. El segundo, 'La señal (The Ring)', que dirigió Gore Verbinski. El brutal éxito que tendría el film propició su consecuente secuela, 'The Ring 2', para la que los productores decidieron ir a lo seguro: contratar a Hideo Nakata, el director del 'The Ring: El círculo' original y su continuación.
En todo caso, y pese a que Nakata llegó con ciertas pautas marcadas en cuanto a lo que quería contar, es curioso ver cómo supo solventar algunas de las carencias del guion de Ehren Kruger con la experiencia ya adquirida de una mitología que ya había tratado y que se conocía al dedillo.
Michael Haneke
Era 1997 cuando Michael Haneke presentaba al mundo uno de sus grandes títulos, 'Funny Games', esa suerte de home invasion que venía a dialogar con el espectador sobre la naturaleza violenta del ser humano.
Convertida en objeto de culto casi de forma inmediata, desde Hollywood quisieron hacer suya esa idea, algo para lo que Haneke se prestó. Pero tenía un as bajo la manga.
Considerando que no había motivo para rehacer su historia, y teniendo en cuenta que todo en ella era imprescindible y nada mejorable, en 2007 se estrenaba 'Funny Games', en la cual calcó plano por plano lo que había contado en el film de 1997, aunque cambiando a los actores. A ver quién era el listo que se atrevía a decirle algo a Haneke.