Hace un año vimos a Álex de la Iglesia dando su último discurso como presidente de la Academia. Para muchos aquello fue una lección a todo el sector, ya que para cuando dio aquella charla ya había dimitido de su cargo, al sentirse en contra de las leyes que se estaban imponiendo en esos momentos. Un discurso completamente opuesto a las ideas que Gónzalez Macho lleva ya unos meses compartiendo con todos. "La educación que estamos dando a unas generaciones del todo gratis, del todo vale, será difícil de reconducir. Deseo que el nuevo Gobierno que entre actúe en consecuencia, pero un poquito escéptico sí que soy", comentaba antes de las elecciones.
Esta noche, el presidente no ha ido solo. Ha aparecido acompañado de Marta Etura, primera vicepresidenta y Judith Colell, la segunda. Esta última ha abierto un discurso con multitud de indirectas hacia lo que comenta Anonymous o el propio Álex de la Iglesia. "Tenemos que tener unas reglas claras", referencia clarísima a la frase estandarte del discurso del director de 'La chispa de la vida': "Las reglas del juego han cambiado". También ha declarado que se debe hacer siempre una autocrítica.
Marta Etura ha dado la enhorabuena a Almódovar por el BAFTA a la mejor película extranjera otorgado a 'La piel que habito'. Ha comentado la importancia del cine para la imagen de España en el extranjero. "Nunca olvidamos al público", tras lo que ha pasado a enumerar dispositivos desde los que se puede ver cine español, "algunos dicen que lo olvidamos. No es cierto".
Las declaraciones de González Macho
El nuevo presidente de la Academia ha empezado enumerando el gran número de cambios que está experimentando el cine español en los últimos meses. Cambios administrativos, tecnológicos, en las relaciones con las televisiones y concretamente en la relación con TVE, la cual ha declarado importantísima y que espera que finalmente no cambie. "Los cambios han de ser viables y tener como objetivo mejorar y enriquecer los modelos ya existentes".
Así ha comenzado dando importancia a mantener los procedimientos actuales y a la realización de cambios lógicos y prudentes. De esta forma ha dado peso al asunto polémico: "Todos somos internautas. Todos. Internet está establecido por un respeto mutuo y por unas normas de convivencia en las que estén claros los derechos y las obligaciones".
"La realidad por el momento, y probablemente por un tiempo demasiado largo, es que internet no forma todavía parte de la actividad económica del cine". González Macho no duda de su importancia en el futuro, pero ha insistido con fuerza en que aún no es así. Ha enumerado los recursos que hacen posible el cine, entre los que curiosamente no han sido nombradas las subvenciones.
"Internet, desgraciadamente, todavía no es una alternativa o un sustituto, ni tan siquiera un complemento al enorme esfuerzo económico que supone producir cine". Sus siguientes palabras volvieron a ser una pullita a Álex de la Iglesia y los defensores de la llamada cultura libre. "No se trata de defender un modelo antiguo o caduco, como malintencionadamente afirman algunos, sino de constatar una realidad".
González Macho defiende la inversión en el desarrollo de estas nuevas vías, pero no cree que haya que desatender el modelo actual, porque según él ese es nuestro presente y no hay que descuidar la producción de las películas que hoy día son posibles, momento que ha aprovechado para admirar las nominadas de esta gala.
Para evitar demasiada crispación, acabó su discurso lanzando una referencia directa al cineasta responsable de 'Balada triste de trompeta', con mucha menos malicia que el resto del discurso. "El año pasado, Álex de la Iglesia, dijo algo importante... entre otras cosas importantes que dijiste. Dijiste que trabajaramos con honor. Y, querido Álex, querría añadir algo más, con honor y con orgullo. Porque tenemos que estar ogullosos de lo que hacemos, porque lo hacemos de la mejor forma que se nos permite, que sabemos y que podemos".
Finalizó así: "Compañeros y compañeras, peleemos por un futuro más brillante con honor y con orgullo". Un mensaje mucho más amable de cara al sector del cine que aquel que lanzó Álex de la Iglesia el año pasado, algo que se ha visto reflejado en los apasionados aplausos recibidos, más tibios el año pasado.