Críticas y más críticas es lo que tradicionalmente ha recibido la compañía Walt Disney cuando ha modificado los doblajes originales de sus películas. Los espectadores, acostumbrados habitualmente a reconocer una única voz, no entienden por qué la empresa se ha empeñado en los últimos años en realizar cambios en las voces de los personajes de sus películas más míticas.
Sonados han sido los reproches por re-doblajes en largometrajes como 'La Sirenita', 'La bella durmiente' o 'La Cenicienta'. La pregunta es, ¿por qué se ha metido la empresa en semejantes berenjenales? ¿Ha sido un mero capricho o existen otras razones?
Nuevos doblajes en los noventa
'Los rescatadores en Cangurolandia' (1990) fue la última cinta que llegó a España en versión latino (conocido como español neutro). Hasta entonces, Disney llevaba a cabo doblajes desde sus estudios centrales con personal hispanoamericano. Pero algo cambió en los noventa. La empresa decidió delegar funciones adjudicando las licencias de voz a sus diferentes divisiones internacionales repartidas alrededor del mundo.
De esta manera, filmes como 'La bella y la bestia' (1991), 'Aladdin' (1992), 'El rey león' (1994), 'Pocahontas' (1995), 'Hércules' (1997) y los sucesivos llegaron ya en versión castellana a España y con doblaje latino al público hispanoamericano. Estos clásicos no han tenido problema alguno pues, aunque se trate de voces españolas, fueron presentados así desde un inicio. El espectador nunca ha conocido a Jasmine, Meg, Simba o John Smith con otras tonalidades vocales.
El caso de 'La Sirenita'
¿Dónde se encuentra el dilema entonces? Pues en aquellas películas anteriores a los años noventa que han sustituido sus doblajes originales latinos por voces castellanas. 'La Sirenita' es quizás el caso más sonado ya que al cambiar el texto original se modificaron incluso algunas palabras y frases de las canciones de la cinta. Esto ocurrió en el año 1998 con el re-lanzamiento del VHS en España, un auténtico fracaso. No en vano, las actuales ediciones DVD permiten al espectador elegir en qué versión ver la película: en castellano o latino.
Sin embargo, la polémica siempre seguirá rodeando a estos clásicos. Por ejemplo, en el Año Nuevo del 2014, Telecinco decidió emitir las aventuras de la querida sirena. Como era de esperar, la cadena de Fuencarral eligió el doblaje castellano, generando una auténtica oleada de críticas en las redes sociales. Parece que al público no le gusta que cambien sus recuerdos sonoros del cuento.
Doblajes a golpe de demanda
Otros clásicos experimentaron un fenómeno aún más curioso. Fueron re-doblados pero no por voces españolas, sino nuevamente latinas. La voz principal de 'La Cenicienta', Evangelina Elizondo, y la joven Aurora de 'La bella durmiente', Lupita Pérez Arias, interpusieron sendas demandas a Disney exigiendo el cobro por sus derechos de autor al usarse su voz en diferentes formatos: VHS, casettes, discos etc.
Para evitar hacer frente a este pago, los responsables de la empresa cinematográfica decidieron eliminar el doblaje original y encargar un re-edición a la Disney Character Voices. De esta manera, clásicos como 'La Cenicienta' cuentan con hasta tres ediciones de doblaje. La original de 1950, la segunda de 1997 elaborada tras la demanda y una tercera en castellano del 2002.
Portales como Change.org son una muestra de la desaprobación que estos doblajes han recibido por parte de los seguidores de Disney. En esta página se pueden encontrar peticiones de firma que piden a la compañía el regreso de las voces originales. Exigen una re-edición especial con los audios de las primeras versiones de estos clásicos.
Otras cintas míticas como 'Alicia en el País de las Maravillas', 'Peter Pan' o 'Pinocho' -especialmente curiosa por poseer un doblaje con actores argentinos- prefirieron no probar suerte en el mundo de las nuevas voces. Para la gran alegría de los fans han sido legadas tal y como se presentaron en su estreno.
Parece claro que, sea en español latino o en castellano, lo que disgusta a los espectadores es que alteren la esencia vocal de estas historias que guardan un especial rincón en sus mentes y, también, en sus corazones.