Ahora que parece que la crisis sanitaria está más controlada, Disney ya se prepara para encajar las duras consecuencias económicas del cierre de parques y la paralización de los rodajes. Así, según recoge The Guardian, la compañía del ratón estima una pérdida de más de mil millones de dólares como consecuencia del coronavirus, asegurando que los ingresos han caído un 37% en los tres meses pasados.
Viéndose forzada a cerrar parques, cancelar cruceros y posponer futuras producciones, la exitosa empresa de entretenimiento ha pasado a facturar 2,4 mil millones de dólares en los tres primeros meses del año, cifra a la que habría que sumar los beneficios de Disney+, ese rayo de esperanza.
Y es que contrariamente a lo sucedido en otras áreas de la compañía, la nueva plataforma en streaming de Disney se ha beneficiado de la pandemia mundial debido a la impuesta cuarentena, situación que ha supuesto un salto muy importante en lo que a su público se refiere. A finales de marzo ya se alcanzaban los 33,5 millones de suscriptores y para abril ya se había logrado pasar la meta de los 50 millones. Este éxito, atribuido en parte a la necesidad de aislamiento social para frenar el virus, se debe también a que a mediados del mes de marzo Disney+ amplió los territorios en los que estaba disponible, pasando de poder verse en Estados Unidos, Canadá y Países Bajos, a medio mundo más.
Con la reapertura en mente
En China ya se encuentran inmersos en el proceso de retomar la mayoría de sus actividades sociales y eso incluye, por supuesto, la reapertura de los parques. Así Disneyland Shanghai ya estaría organizando su regreso, previsto para el 11 de mayo, fecha en la que se abrirían las puertas de nuevo para recibir a un número reducido de visitantes. Y es que entre las condiciones para esa vuelta a la normalidad, se incluye la necesidad de hacer reserva para controlar la afluencia de público. Disney también ha decidido que comprobará la temperatura de los visitantes antes de que pongan un pie en el parque.