La Edad de Oro del Cine Clásico fue la que nos dio a muchas de las actrices que, hasta el día de hoy, no han conseguido hallar una réplica, ni en cuanto al talento ni por lo que al nivel de icono de la cultura popular se refiere.
Fue la época de las divas de Hollywood, quienes acumulaban premios y reconocimientos, y se convertían en ejemplo a seguir para futuras generaciones, aunque sea más que evidente que nunca habrá otra Audrey Hepburn o Elizabeth Taylor.
Coqueteando con el terror
Pese a que el cine de género de terror (y por extensión, el fantástico en general) siempre haya contado con sus propias estrellas y figuras clave, ha servido también para que algunas de estas grandes actrices consagradas pudieran vivir una segunda etapa dorada dentro de sus carreras condenadas al olvido. Porque la maquinaria de Hollywood siempre ha funcionado igual y, llegadas a cierta edad, las antiguas divas eran relegadas a un segundo plano en el que muchas supieron sentirse cómodas, frente a otras que estaban dispuestas a seguir al pie del cañón.
'¿Qué fue de Baby Jane?' fue el título más ejemplar de lo que venimos a referirnos: dos estrellas del ya por entonces antiguo Hollywood eran rescatadas del ostracismo para una producción de serie B que acabó convertida en título de culto. Bette Davis y Joan Crawford llegaban a nuevas generaciones y pasaban a convertirse en iconos representativos de un género al que nunca habían estado adscritas, el del terror.
En el presente especial, recopilamos a diez de las grandes divas de Hollywood (y del otro lado del charco) que en un momento determinado de sus filmografías coquetearon con el cine de género. Algunas relaciones fueron fructíferas, frente a otras que tan solo se quedaron en casos puntuales de los que arrepentirse (por aquello tan aburrido del qué dirán).
Divas de Hollywood que se pasaron al terror
Audrey Hepburn
Icono de la época dorada de Hollywood, Audrey Hepburn siempre será recordada por títulos como 'Vacaciones en Roma' (por el que ganó el Oscar a la mejor actriz), 'Sabrina', 'Desayuno con diamantes', 'Charada' o 'My Fair Lady', pero también por ser Susy Hendrix, la mujer ciega de 'Sola en la oscuridad', título por el que recibió su quinta nominación a la estatuilla dorada y en el que encarnó a lo que poco después acabaría convertido en el cliché de protagonista de "woman in peril film", aquellos títulos en los que una mujer (casi siempre, dibujada como frágil) debía hacer frente a una amenaza en la intimidad de su hogar.
Bette Davis
Ganadora de sendos Oscar en los años treinta por 'Peligrosa' y 'Jezabel', en 1962 Bette Davis fue recuperada del olvido en que el nuevo Hollywood le había situado, para protagonizar una película de terror de serie B por la que pocos apostaron y que acabó convertida en un título de culto que marcó un hito en la historia del cine.
Dirigida por Robert Aldrich, '¿Qué fue de Baby Jane?' supuso el renacer de Davis, quien recibió su undécima nominación al Oscar (ganándole la batalla a su compañera y rival Joan Crawford) y volvió a dejarse ver en producciones puramente relacionadas con el género, como 'Canción de cuna para un cadáver' o ya en 1976 en la mítica 'Pesadilla diabólica' de Dan Curtis, junto a Oliver Reed y Karen Black.
Joan Crawford
Su enemistad con Bette Davis pasó a la historia tal y como ya pudimos ver en 'Feud', pero lo de la última etapa en la carrera de Joan Crawford es algo que hizo (y hará) la delicias de todos los amantes del cine de género.
No solo fue la sufrida Blanche Hudson de '¿Qué fue de Baby Jane?', sino que dos años después encarnó a la Lucy Harbin de 'El caso de Lucy Harbin' (hija bastarda de 'Psicosis'), donde le vimos empuñar un hacha como nadie hasta entonces ha logrado hacer.
Después, y sabiendo que su carrera ya había quedado totalmente encasillada, en 1965 trabajó a las órdenes de William Castle en 'Jugando con la muerte', estuvo en 'El circo del crimen' y su última interpretación fue en 'Trog', en la que encarnaba a una antropóloga que se desvivía por educar a un homínido descubierto y considerado como el eslabón perdido.
Olivia de Havilland
Ganadora de dos Oscar por 'Vida íntima de Julia Norris' y 'La heredera', en 1947 y 1950, Olivia de Havilland protagonizó un título exploit en 1964 del que todavía se avergüenza: 'Una mujer atrapada'.
La película, que bien podemos considerar como pionera de los home invasion, nos presentaba a una escritora, Cornelia Hilyard, que se quedaba atrapada dentro del ascensor de su casa estando sola. Para más preocupación, una banda de criminales irrumpirá en el lugar, regalándonos a una De Havilland absolutamente histriónica que bien hubiera tenido suerte si se hubiese decidido a seguir explotando esa faceta suya.
Después estuvo, aunque mucho más calmada, en 'Canción de cuna para un cadáver' y 'El enjambre', junto a Katharine Ross y Michael Caine.
Elizabeth Taylor
'Una mujer marcada' y '¿Quién teme a Virginia Woolf?' le habían valido sendos Oscar a Elizabeth Taylor, eterna 'Cleopatra' que durante los sesenta y setenta coqueteó con el thriller y el terror.
Así fue como en 1967 estuvo en 'Doctor Fausto' junto a Richard Burton, en 1968 protagonizó 'Ceremonia secreta' con Mia Farrow, y en 1973 'Una hora en la noche'.
Años más tarde, en 1980, fue una de las protagonistas de 'El espejo roto', adaptación de Agatha Christie donde compartió cartel con Angela Lansbury, Rock Hudson, Tony Curtis, Kim Novak y Geraldine Chaplin.
Carmen Sevilla
De acuerdo: Carmen Sevilla y Hollywood no es que casen mucho, pero puestos a hablar de actrices cuya época gloriosa se remonta a los años cuarenta, qué menos que tener en cuenta a uno de los claros ejemplos del cine español.
La protagonista de 'La venganza', 'El balcón de la Luna' o 'Rey de reyes' (co-producción con Estados Unidos rodada en España en la que fue María Magdalena), trabajó en los setenta en dos títulos de Eloy de la Iglesia: 'La semana del asesino' y 'El techo de cristal', protoslasher hiperviolento el primero, y extraña mezcla entre giallo y thriller el segundo (y una de las películas de las que más orgullosa se siente por haber hecho).
No quedó ahí su incursión en el género, ya que en 1975 estuvo en 'La cruz del Diablo', dirigida por John Gilling y que adaptaba tres leyendas de Bécquer.
Shelley Winters
Sus reconocimientos de la Academia por 'El diario de Ana Frank' y 'Un retazo de azul', no son más que la guinda del pastel para una prolífica carrera, la de Shelley Winters, quien debutó en la gran pantalla en 1943.
Habiendo cosechado varios géneros a lo largo de su carrera, no solo estuvo en la 'Lolita' de Kubrick, sino que también alternó el horror italiano de 'El visitante del más allá' con las monster movies en la línea de 'Tentáculos'. Sin embargo, lo que siempre quedará para el recuerdo es la interpretación de tía Roo en '¿Quién mató a tía Roo?', en la que fue una representación de madrastra moderna en esa macabra versión del cuento de 'Hansel & Gretel'.
Ava Gardner
Pese a a no haber ganado ningún Oscar, no hace falta constatar que el talento y el magnetismo de Ava Gardner eran algo indiscutible.
La protagonista de 'Forajidos', fue una de las secundarias de lujo en 'La centinela', uno de los ejemplos de horror sobrenatural de los setenta a rescatar dirigido por Michael Winner, en el que interpretó a Miss Logan.
Geraldine Chaplin
La hija de Charles Chaplin había debutado en la pantalla en 1952, de la mano de su padre, en un rol sin acreditar en 'Candilejas'.
Con más de un centenar de títulos a sus espaldas, fue en 2007 cuando Bayona contó con ella para ser la médium de 'El orfanato'. Desde entonces, y aunque ha continuado trabajando en varios géneros, Geraldine Chaplin parece sentirse cómoda en el terror, y 'El hombre lobo', 'Mi otro yo', 'Panzer Chocolate' o Wax', parecen ser una clara muestra de ello.
Faye Dunaway
Pese a haber estado nominada al Oscar por 'Bonnie y Clyde' y 'Chinatown' (dos de sus mejores interpretaciones), Faye Dunaway lo ganó por 'Network, un mundo implacable' en 1977, por aquello de que a la tercera va la vencida.
En 1978 protagonizó 'Los ojos de Laura Mars', maravillosa mezcla de giallo y slasher a la que pocos años después siguió una obra de culto de la talla de 'Queridísima mamá', drama biográfico sobre la vida de Joan Crawford que acabó siendo una comedia negra involuntaria.
Tras tres décadas en las que lo suyo a quedado relegado a ser secundaria random en títulos tan dispares como 'El secreto de Thomas Crown' o 'Juana de Arco', en 2017 fue la viuda Redmon (y cómplice de tal aberración) en 'Nunca digas su nombre (Bye Bye Man)'.