En septiembre de 2015, la vida de Olivia Jackson dio un cambio radical. Ese año, cuando estaba haciendo de doble de acción de Milla Jovovich en 'Resident Evil: El capítulo final', sufrió un horrible accidente de moto que le dejó terribles secuelas psicológicas y físicas, perdiendo un brazo ese mismo día.
Se han conocido más detalles de este accidente debido a la demanda que Jackson, de 38 años, presentó en el Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles contra el director de la película, Paul W.S. Anderson, y sus productores. "Olivia se ha enfrentado a sus heridas devastadoras con un coraje implacable, pero continúa enfrentándose a inmensos desafíos físicos y emocionales", ha declarado la abogada de Jackson, Gabe Barenfeld, en el Hollywood Reporter.
En la demanda, Jackson explica que el accidente ocurrió en Sudáfrica, donde se grababan las últimas escenas del filme. En ese momento, a Olivia se le encargó la tarea de realizar una escena peligrosa de motocicleta y técnicamente compleja en condiciones climáticas adversas. Estaba previsto que la motocicleta acelerara a 64 kilómetros por hora hacia una cámara que iba a ser levantada por una grúa antes de que ella llegara a ese punto. No obstante, la doble comenta que hubo cambios de última hora y que la cámara se levantó un segundo más tarde en la carrera final. Como consecuencia a este fallo, Olivia perdió casi la totalidad de su brazo y sufrió serias lesiones en la columna vertebral.
Un duro revés en su vida
Olivia Jackson acusa a los productores de haberla abandonado y señala que ya no podrá volver a trabajar como doble de riesgo. "Extraño mi vieja cara. Extraño mi viejo cuerpo. Extraño mi antigua vida. Me duele mucho tener que vivir con las consecuencias de los errores de otras personas", ha explicado la víctima, quien considera un insulto los insuficientes 33.000 dólares que recibió como indemnización. De momento, ni el director ni sus productores se han pronunciado al respecto de lo que parece ser el comienzo de una dura batalla legal.