El Festival de Cine de Gijón va llegando a su fin y el público asturiano aprovecha para seguir llenando las salas de las distintas sedes del certamen. Las enormes colas formadas en las sesiones nocturnas para acceder a los Cines Centro, donde se proyecta el grueso de los films y las aglomeraciones a la entrada del Teatro Jovellanos así lo muestran. Es un gustazo volver a ver esas grandes concentraciones de gente para ver cine en pantalla grande, algo poco habitual hoy, más aún si hablamos de cine alternativo y en versión original.
Cine como 'The Forgiveness of blood' de Joshua Marston, de la que hablaremos en la última crónica, o 'Terri' de Azazel Jacobs, un drama de aislamiento y marginación adolescente en cuyo reparto encontramos al siempre sólido John C. Reilly. Se trata de una propuesta con el sello inconfundible del cine independiente norteamericano que abandera año tras año el Festival de Sundance y del que Gijón suele traernos buenas muestras habitualmente. No es de las mejores 'Terri', pero tiene cierta gracia.
La cinta narra la historia de un adolescente obeso e inadaptado que vive con su tío enfermo, desconoce el paradero de sus padres y únicamente sale de su casa en pijama para ir al instituto. Allí acude a tutorías con un director un tanto excéntrico (John C. Reilly) que se rodea de una nutrida colección de personajes freaks (impagable su anciana secretaria, probablemente lo mejor del film).
Con un estilo no muy alejado del cine de Todd Solondz, pero con mucha más piedad hacia sus criaturas y un tono más sensible, 'Terri' tiene un arriesgada deriva hacia lo bizarro en su parte final en forma de dilatada escena de borrachera adolescente. Descoloca tanto al espectador que acaba siendo lo que perdura en la memoria, dentro de un film que hasta entonces transcurre por terrenos tan efectivos como rutinarios. Recomendable para incondicionales del indie norteamericano.
Poco tiene que ver con 'Vol spécial', otra de las películas a concurso. Se trata de un documental suizo de Fernand Melgar, que refleja la situación de varios inmigrantes recluídos en un "centro de acogida" a la espera de ser deportados a sus países de origen, algunos de ellos, a pesar de llevar varios lustros residiendo en el país helvético, cuya ultraderecha promocionó el célebre panfleto en el que comparaba a los inmigrantes con ovejas negras.
El candente tema de la inmigración ilegal es puesto sobre la mesa por Melgar en el inicio con un exceso de rigurosidad, muy preocupado por dar una visión objetiva del tema y demasiado consciente de la relevancia de lo que cuenta. Sin embargo, cuando hacia el desenlace la película abandona ese encorsetamiento para volcarse en las emociones e inquietudes de los reclusos y su relación con los funcionarios que los custodian, alcanza momentos de notable emoción.
Animación de autor
El festival rinde uno de sus homenajes de esta edición al estudio de animación alemán 'Film Bilder', fundado en Stuttgart por Thomas Meyer-Herrman a finales de los ochenta, proyectando varios de los trabajos más premiados que ha producido desde sus inicios. La productora alterna trabajos más comerciales (spots, títulos de crédito, series infantiles) con obras de espíritu vanguardista e independiente, de las que el festival ofrece una pequeña muestra.
Animación de autor que abarca diversos campos temáticos y estilístcos, que van desde los guiños al surrealismo pictórico en 2D, a obras en formato tridimensional con trasfondo adulto, pasando por trabajos más ligeros aunque no exentos de un peculiar sentido del humor cargado de ironía. Entre los cortometrajes exhibidos, destacar pequeñas joyas como 'The creation', 'Rubicon' o 'Amor y hurto' que pueden encontrarse fácilmente en la red.
El certamen asturiano entra en su tramo final con una notable calidad general y un evidente éxito de público. Este sábado se conocerá el palmarés y se celebrará la entrega de premios en el Teatro de la Universidad Laboral. La experiencia de ediciones previas, aconseja huir de quinielas y pronósticos. Mejor limitarse a seguir disfrutando del cine.