Ya no queda nada para que Netflix estrene en nuestro país 'Santa Clarita Diet', esa serie en la que las vísceras, la sangre y el humor se mezclan formando un conjunto maravilloso. Con motivo de su estreno el próximo 3 de febrero, Drew Barrymore ha querido hacernos una pequeña visita para enseñarnos que eso de comer cerebros se le da muy, pero que muy bien.
El jueves 19 de enero, la plataforma preparó un evento especialmente dedicado a la dieta que seguirá Sheila (Drew Barrymore) en la ficción a partir del mes de febrero. El chef Ramón Freixa se enfundó el delantal una vez más para prepararle a Drew (y a los allí presentes) un suculento menú al más puro estilo Santa Clarita. Había de todo, pero por supuesto todo tenía que ver con la dieta favorita de la versión zombie de la actriz: algún que otro Bloody Mary (con ese rojo sangre que tanto lo caracteriza), una sopa de huesos con ojos, una pequeña hamburguesa con tartar y salsa hoisin, un capuccino de remolacha fresca (también rojo, a juego con la sangre) y un postre con forma de cerebro relleno de salsa de frambuesa. Mientras la actriz probaba alguno de estos platos, confesaba divertida: "me encanta la cocina. No soy muy buena cocinando, pero eso no es un impedimento para mi", mientras añadía que todos los platos que habían preparado para ella eran "increíbles" y le "encantaban". Por supuesto, esta no es la primera vez que Barrymore tiene que comer cosas raras debido a su papel en Santa Clarita; según dice, el rodaje hizo que tuviera que probar todo tipo de cosas, pero sin duda una de las más chocantes para ella fue "un pollo crudo que tenía sabor a pastel".
La actriz aprovechó la ocasión para demostrar su entusiasmo por haber dado el paso hacia la pequeña pantalla: "Al principio no me convencía mucho la idea, pero al final me animé", comentaba a los medios. Asegura que perdió peso, se arregló el pelo y cuidó su aspecto, haciendo que se produjera un cambió total de su actitud. Ya sabemos que Drew Barrymore es una mujer de la gran pantalla, por lo que hacer el cambio a una ficción seriada fue algo completamente diferente para ella: "no estaba acostumbrada a grabar las secuencias una tras otra, en orden, y eso me chocó mucho". Pero a pesar de todo, la actriz asegura que todo el proceso vivido ha sido, en general, una experiencia muy positiva para ella en la que se ha divertido y reído mucho, algo que espera que los espectadores hagamos también.
Por supuesto, la actriz también tenía buenas palabras para hablar de la famosa plataforma que ha llevado a cabo este proyecto: "una de las cosas buenas que tiene Netflix es que hace series para toda la familia", algo que ayuda a que niños, adultos y ancianos puedan reunirse frente a la televisión. Y, como de Netflix iba la cosa y ella es una chica de los años 80, por supuesto la serie 'Stranger Things' salió a relucir: "Es una serie realmente interesante porque coge cosas raras, universos paralelos (...) y los mete en tu barrio". Pero, a pesar de que a todos nos encantaría ver de nuevo a la niña adorable que conocimos en 'E.T., el extraterrestre', ella no cree posible su aparición en la serie como una estrella invitada. Sin embargo, aún no le ha cerrado la puerta a la idea de realizar un crossover. Sería interesante, ¿no?
Santa Clarita, un sangriento lugar para vivir
'Santa Clarita Diet' nos traerá la historia de Sheila (Drew Barrymore) y Joel (Timothy Olyphant), un matrimonio de agentes inmobiliarios que llevan una vida plena y tranquila en Santa Clarita, un pueblo situado a las afueras de Los Ángeles. Sus vidas darán un giro de 180 grados cuando Sheila experimente internamente un cambio un tanto extraño que la llevará a cambiar sus ámbitos alimenticios, sustituyendo las verduras y su comida habitual por carne cruda. Su imperativa necesidad la llevará a buscar nuevas alternativas, teniendo que recurrir a otros métodos algo menos ortodoxos para conseguir su ración de carne fresca diaria.
9 películas que (quizás) hubieran mejorado con zombis
'Coffee and Cigarettes'
Sí, sí, 'Coffee and Cigarettes' es una gran película, pero, ¿y si sus protagonistas, además de ser fanáticos del café, fuesen muertos vivientes? La comedia que Jim Jarmusch dirigió en 2003 sería un artefacto bien distinto. Se trata de un film de episodios en el que priman el diálogo y la interpretación (hablamos de escenas estáticas), lo cual propicia un argumento muy sencillo: asistimos a conversaciones cuyo único nexo, además de los cigarrillos y el café, es que estas tienen lugar en cafeterías. ¿Qué diría un muerto viviente a un humano, de tú a tú, sin intentar comérselo? ¿No sería una delicia ver a Roberto Benigni o Steve Buscemi confesando las penas mientras sostienen su oreja putrefacta para que no caiga sobre la taza humeante? ¿O asistir a una puesta al día entre dos viejos amigos, Tom Waits y Bill Murray, por ejemplo, en la que recordasen sus juergas juntos de hace cien años, cuando aún eran humanos corrientes?
'Los amantes pasajeros'
Este film de Almodóvar tiene algún que otro punto gracioso, vale, pero en general los sketches, en vez de hacer reír, dan vergüenza ajena de tan trillados. La infección de alguno de los pasajeros (o de algún miembro de la tripulación) hubiera bastado para darle algo más de vidilla a esta pobre comedia. El excelente reparto con el que cuenta 'Los amantes pasajeros', la omnipresente (y normalmente entrañable) caspa almodovariana y el escenario claustrofóbico (un avión) hubieran combinado perfectamente con el pulule de un muerto viviente y los graciosos problemas que este ocasionaría.
'Underworld: Evolution'
En la saga 'Underworld', vampiros y hombres lobo se enfrentan en una guerra ancestral por el control del submundo (o algo así). La primera entrega (2003) está bien, dado que la temática aún no había sido excesivamente explotada, pero las secuelas... 'Underworld: Evolution' (2006) pierde tanto la frescura como ese aliento británico tan atractivo del film original. Teniendo en cuenta que el eje principal es, precisamente, una confrontación entre razas, ¿por qué no incluir, aunque fuese de forma anecdótica, a una tercera especie emergente? De este modo, los zombis adquirirían el rango de raza que, después de tantos años, tanto rol secundario y tantas bajas, merecen. Eso sí, a Selene (Kate Beckinsale) ni tocarla.
'La isla'
'La isla' (2005), film del endiosado (con o sin razón, ahí no vamos a entrar) Michael Bay, pierde fuel al poco rato de desarrollo. Hemos visto demasiadas películas distópicas en la misma línea como para que una historia como esta, sin chicha, nos provoque siquiera cosquillas. Ewan McGregor y Scarlett Johansson, sobre los que recae toda la carga de sacar a flote la insustancialidad en estado puro, tampoco están a la altura del precio de una entrada de cine. Así pues, uno de los dos debería ser infectado, primero, para acabar muriendo en brazos del otro. O, mejor todavía, ambos infectados y muertos, en una especie de remake posmoderno de 'Romeo y Julieta'.
'Toc Toc'
El género al que pertenece 'Toc Toc' queda, en no pocas ocasiones a lo largo del metraje, bastante desdibujado. ¿Es un thriller? ¿Una comedia negra? ¿Una broma? Como el tono general no está bien definido, y la interpretación de los actores no ayuda a meter al espectador en la deseable atmósfera tensa, la única vía que se nos ocurre para haber evitado el batacazo era convertir a la cruel pareja de muchachas en zombi. Asimismo, la cara perpetua de circunstancia de Keanu Reeves quedaría justificada, más aún si asistiéramos también a su progresiva infección. Eli Roth ya demostró que se le daba bien trabajar con grandes cantidades de sangre y vísceras en 'Hostel', así que ¿por qué no dar un pequeño giro hacia el género zombi, ayudándonos de ese modo a saber cuándo reír y cuándo asquearnos?
'Solo dios perdona'
Si preguntas a alguien a quien haya gustado 'Solo dios perdona' el porqué de su valoración, con toda probabilidad te dirá "por la estética", o bien, "por la enrarecida atmósfera, muy lograda a través de la iluminación". Ok, es cierto que en ese aspecto Nicolas Winding Refn se luce, pero de ahí a que ello justifique los 89 infumables minutos hay un trecho. ¿De qué va? Pues... es una historia de venganza, ¿no? Y... está protagonizada por Ryan Gosling. El cineasta danés metió la pata con su pseudo-experimental thriller, seguramente crecido tras el éxito de 'Drive'. La cosa hubiese cambiado con la presencia de unos cuantos muertos vivientes, que al menos hubieran amenizado el soporífero tempo: si sabes que hay zombis, no te importa (tanto) aguantar, ya que sabes que, antes o después, alguno va a salir de donde menos lo esperas para asustarte. Una manera adecuada de introducir la excusa zombi, y muy en la línea poética de Winding Refn, sería hacerlo metafóricamente, es decir, que las criatura moribundas simbolizasen algo más allá de lo evidente. La decadencia occidental, por ejemplo.
'Zoolander 2'
Es difícil imaginar qué hubiese debido cambiar Ben Stiller para evitar el garrafal batacazo de 'Zoolander 2' (al menos en cuanto a críticas), dado que casi todo el film es en sí mismo un mal pastiche de su predecesor (y de tantas otras comedias tantas veces vistas). Así pues, la única hipotética solución que se nos ocurre es colocar a sus personajes en un escenario zombi, incluso al mismísimo Zoolander. Cambiar la mirada Acero Azul por la mirada Acero Rojo, una mirada que asquease e infectase a quien fuese alcanzado por ella. Otra alternativa: que el único muerto viviente fuese Mugatu (Will Ferrell), brindando así al comediante, quizá, el papel de su vida.
'300: El origen de un imperio'
Aunque resultase muy difícil igualar a su predecesora, '300', no era necesario caer tan bajo. El bodrio que fue '300: El origen de un imperio' es casi una deshonra contra el film de Zack Snyder. Carente de la épica, el ritmo y las espectaculares escenas de la primera, esta precuela no pasa de ser una laxa golosina visual sin alma. Con todo, y dado que la violencia y los efectos especiales debían ser el principal atractivo del film, por qué no introducir a las criaturas que mejor lucen empapadas en sangre. Si vas a reproducir una excelente leyenda concebida por otros, al menos hazlo con buen gusto. Y, si no sabes, utiliza a los muertos vivientes como excusa: con un "es que quería hacer una de zombis" hubiera bastado para salir del paso más o menos airoso.
'Noé'
Aunque en 'Noé' Darren Aronofsky no abandona su temática predilecta, la obsesión, puede decirse que es la película más floja y menos suya de su carrera. No deja de ser una digna adaptación de una historia bíblica, interpretada por excelentes actores, pero carente del ritmo y la intensidad característicos del cineasta. Con todo, el film no era algo del todo nuevo para él: en 'La fuente de la vida', Aronofsky ya había jugado con una leyenda, aunque en aquella ocasión de forma más libre, menos literal. Así pues, ¿por qué no llevar de nuevo a su terreno un relato que, por otra parte, otros inventaron antes? Una infección letal hubiera añadido ese plus de urgencia que suele mover a sus personajes. Además, la presencia de animales y el entorno salvajemente natural son muy propicios para la propagación de cualquier virus. De este modo, Noé (Russell Crowe) se vería abocado a tomar decisiones todavía más drásticas. El dramatismo, entonces, podría haber alcanzado cotas insospechadas, vacunando así a la película contra el olvido.