Convertirse en un superhéroe no es fácil. Las dietas de los actores que, en algún momento, se han puesto un "supertraje" son complicadas. Y si no, que se lo digan a Jason Momoa. El actor de 'Juego de Tronos' o 'Los vigilantes de la playa' tuvo que hacer una dieta muy estricta y unos entrenamientos aún más duros de lo normal para interpretar a Aquaman en la película de James Wan.
Man of Many ha publicado la dieta y el entrenamiento del actor para 'Aquaman' y hay algunos datos bastante peculiares en esta rutina. Lo primero que más llama la atención es el hecho de que pudiese beber cerveza Guinness durante el proceso, ya que la cerveza es uno de los elementos que no deberían estar incluidos en una dieta de estas características. Sin embargo, el actor se negó a realizar esta rutina si no podía beber su pinta diaria de esta cerveza.
Por otro lado, se le retiró toda clase de hidratos de carbono y comida basura de su rutina. Su entrenador personal, Stuart Wilson, ha afirmado que la dieta de Momoa está basada en tres cosas: nutrición, equilibrio y disfrute. A raíz de estos principios, creó una dieta en base a la comida sana que le gustaba al actor, que incluye, entre otras cosas: verduras, frutas (que el actor ingería antes de un entrenamiento o de un día de filmación, para aumentar la energía), mantequilla de cacahuete (ya que es libre de colesterol, es baja en sodio y es una buena fuente de grasa saludable), sandwiches de miel (antes de cada entrenamiento), pollo, filetes, pescado y suplementos energéticos.
Duro entrenamiento
No todos los entrenamientos funcionan para convertirse en un superhéroe del Universo extendido DC. Para ser Aquaman, Momoa se sometió al entrenamiento AR-7. Este plan consiste en utilizar pesas de bajo peso y pocas repeticiones, pero sin apenas descanso entre cada serie. Manteniendo un buen ritmo acabas reduciendo la cantidad de fatiga y quemas más. Específicamente, este entrenamiento comienza con 7 series de 7 repeticiones y 7 segundos de descanso entre cada serie. En la siguiente ronda, se baja a 6 series y 6 repeticiones, con 6 segundos de descanso, y así hasta terminar. Entre ronda y ronda, el actor tenía uno o dos minutos de descanso.
Momoa cambiaba los ejercicios a medida que avanzaba el entrenamiento y cada día de la semana se centraba en un grupo muscular en concreto. Los lunes le tocaba al pecho (para lo que realizaba un calentamiento de 100 flexiones y 100 sentadillas), mientras que los martes y los miércoles se concentraba en la espalda y las piernas. Para completar la semana, los jueves le daba al abdomen y los viernes a los brazos y, de nuevo, las piernas.