En un momento en el que desde todos los frentes, pero particularmente desde el mundo del cine, se reclama mayor presencia de la mujer ante la falta de paridad de la industria, conviene traer el ejemplo de una pionera en un mundo tan masculinizado como el Hollywood de los años 50, la actriz británica Ida Lupino. Recordada por protagonizar 'El último refugio' (1941) junto a Humphrey Bogart, muy pronto encontraría en la dirección cinematográfica su vocación. Tras sufrir un ataque al corazón, el director Elmer Clifton tuvo que abandonar el rodaje de 'Not Wanted', que finalizó la propia Lupino, co-guionista y productora del filme. Este fue el primero de nueve largometrajes que dirigió y escribió de forma independiente, con el único respaldo de la productora que fundó junto a su marido, Collier Young, y por los que pese a todo su nombre suele permanecer en el olvido.
En su filmografía abundan los dramas de calado social e inconformista mirada femenina, pero entre ellos, irónicamente, destaca un largometraje que es pura testosterona. Hablamos de 'El autoestopista', del que hoy se cumplen 65 años de su estreno en los Estados Unidos y que se antoja una de esas raras cimas expresivas del cine negro. Ya desde su memorable plano secuencia inicial, dejando fuera de campo una serie de crímenes y centrándose en los zapatos del asesino (un detalle que es puro Hitchcock y remite al comienzo de 'Extraños en un tren') Lupino demuestra su capacidad visual en una película de narrativa depurada y ritmo implacable. Un psicópata secuestra a dos hombres y les hará cruzar en coche la frontera hasta México, con estos mínimos elementos es capaz de sostener el filme.
Un género abierto a la experimentación
Y es que pese a lo que pueda parecer, el cine negro se consolidó entre la audiencia de tal forma que rápidamente abundaron las producciones de serie B que lo convirtieron en un género muy popular, abierto a la experimentación formal y narrativa más que ningún otro. Al contar con una estética, unas bases argumentales y una serie de personajes tan definidos, la libertad con la que se contaba era máxima. Este es el caso de la gran mayoría de los largometrajes seleccionados en esta lista de diez joyas desconocidas del cine negro. Entiéndase el "desconocidas" como eufemismo de poco divulgadas en comparación con los grandes clásicos del género. Muchos de los títulos gozan de gran reconocimiento o son de autores del prestigio de Samuel Fuller o Jules Dassin, pero siguen siendo películas que se mueven al margen de los cánones, repletas de hallazgos insólitos, a la espera de un espectador inquieto que las (re)descubra y a las que solo el tiempo irá colocando en su lugar.
Diez joyas desconocidas del cine negro
Historia de un detective (1944)
Título original: Murder, My Sweet
Dirección: Edward Dmytryk
Reparto: Dick Powell, Claire Trevor, Anne Shirley, Otto Kruger, Mike Mazurki, Miles Mander
Adapta una novela de: Raymond Chandler
¿Por qué es un joya a redescubrir?: Es una adaptación muy particular, no solo por su tremenda fidelidad al texto (quizá la piedra rosseta del género), algo que demuestra mediante el uso de la voz en off y el punto de vista de la narración en primera persona, sino por sus fugas narrativas. La forma tan vanguardista de introducir los sueños del protagonista, sus recuerdos y visiones no desmerecen a las que Hitchcock y Dalí plasmaran un año después en 'Recuerda'.
Un diálogo inolvidable: "- Es una larga historia y no es bonita.
-Tengo tiempo de sobra y no soy aprensivo."
Detour (1945)
Título original: Detour
Dirección: Edgar G. Ulmer
Reparto: Tom Neal, Ann Savage, Claudia Drake, Edmund MacDonald, Tim Ryan
Adapta una novela de: Martin M. Goldsmith, que adaptó el mismo.
¿Por qué es un joya a redescubrir?: Clásico de la serie B, con el paso de los años se ha convertido en una película de culto, aunque no deja de tratarse de una película de bajo presupuesto, protagonizada por un reparto formado por desconocidos y que adaptaba una novela poco exitosa. La identificación con su narrador y protagonista, un músico de poca monta que emprende un funesto viaje haciendo autoestop, es total. Maneja pocos elementos, personajes y localizaciones, pero todos los hila con inteligencia a lo largo de un escueto metraje (de apenas una hora) que solo potencia sus virtudes.
Un diálogo inolvidable: "Sí. El destino, o alguna fuerza misteriosa, pondrá su dedo sobre vosotros, o sobre mí, por ninguna razón en especial".
La dama del lago (1947)
Título original: Lady in the Lake
Dirección: Robert Montgomery
Reparto: Robert Montgomery, Audrey Totter, Lloyd Nolan, Tom Tully, Leon Ames, Jayne Meadows
Adapta una novela de: Raymond Chandler
¿Por qué es un joya a redescubrir?: Se trata de un ejercicio insólito que nunca fue bien valorado pese a su influencia, recordemos 'La senda tenebrosa' (Delmer Daves, 1947), pero que a día de hoy resulta tremendamente estimulante. Filmada íntegramente en primera persona, con la intención de trasladar el punto de vista de la novela de Chandler en toda su expresión, la cámara asume la posición del protagonista, el propio Robert Montgomery, e invita al espectador a ser el héroe de esta historia. A ser los ojos de Phillip Marlowe. Su transparente toma de decisiones y trucajes, siempre efectivos y vanguardistas, trascienden al siglo XXI porque consiguen estar más cerca de una película pensada para VR que de una pieza de cámara, a lo que en ocasiones pueden conducir sus planos secuencia y largos diálogos mirando a cámara.
Un diálogo inolvidable: "- ¿Quieres saber los hechos, verdad?
- Cuando se trata de una mujer, ¿a quién le importan los hechos?"
La ciudad desnuda (1948)
Título original: The Naked City
Dirección: Jules Dassin
Reparto: Barry Fitzgerald, Howard Duff, Dorothy Hart, Don Taylor, Frank Conroy, Ted de Corsia
Adapta una novela de: Está inspirada en la adolescencia del guionista Malvin Wald en Brooklyn.
¿Por qué es un joya a redescubrir?: Jules Dassin trató de equiparar el cine negro con el neorrealismo italiano, y aunque el resultado es artificial y nunca se acerca a esas cotas de verdad en la puesta en escena, 'La ciudad desnuda' resulta una rareza en el cine de la época. Rodada en las calles de Nueva York, sitúa una trama detectivesca que afecta a todos los estratos de la sociedad, en la película conviven el día a día de sus ciudadanos y el noir. Y aunque todo resulta torpemente dramatizado por igual, el hecho de rodar a plena luz del día en escenarios naturales permite momentos tan especiales como su persecución final. La de otra trágica historia en la ciudad desnuda...
Un diálogo inolvidable: "Hay ocho millones de historias en la ciudad desnuda. Esta fue una de ellas".
El demonio de las armas (1950)
Título original: Gun Crazy
Dirección: Joseph H. Lewis
Reparto: Peggy Cummins, John Dall, Berry Kroeger, Morris Carnovsky, Annabel Shaw
Adapta una novela de: Está basada en un relato corto del co-guionista MacKinlay Kantor, publicado en 1940 en el Saturday Evening Post.
¿Por qué es un joya a redescubrir?: Una obra maestra que supera cualquier etiqueta posible. Comienza como una poderosa reflexión sobre la justicia y las consecuencias del uso de las armas en la sociedad norteamericana, una idea que siempre sobrevuela el metraje y que aturdirá la conciencia de su protagonista, un niño apasionado por las armas de fuego que pasa su adolescencia en un internado tras robar una pistola. A su salida, se enamora de una pistolera circense que comparte su pasión. Juntos recorren el país atracando bancos, entrando en una espiral de criminalidad por la que terminan siendo víctimas de sus contradicciones. Su relación se convierte en un juego de poder casi tan fascinante como la dirección de Joseph H. Lewis, que convierte lo que podría ser otra road movie de atracos en una epifanía de su romance. Entre ambos y a las armas.
Un diálogo inolvidable: "Nosotros encajamos, Annie. No sé el porqué. Quizás porque las armas y la munición encajan".
Yo amé a un asesino (1951)
Título original: He Ran All the Way
Dirección: John Berry
Reparto: John Garfield, Shelley Winters, Wallace Ford, Selena Royle, Robert Hyatt
Adapta una novela de: Sam Ross
¿Por qué es un joya que redescubrir?: Escrita por Dalton Trumbo, al igual que 'El demonio de las armas', de una premisa muy elemental es capaz crear personajes tridimensionales y de extraer una lectura simbólica sobre la persecución a la que medio Hollywood fue sometido durante la caza de brujas. Tanto él como su director, John Berry, tuvieron que firmarla con otro nombre, en el que sería el último papel de John Garfield antes de fallecer debido a un problema cardíaco. Los tres estaban en la lista negra, acusados de comunistas, y aunque en esta película el protagonista sea un ratero que secuestra a una familia tras verse envuelto en un atraco que sale mal, las concomitancias con la realidad son evidentes, la desesperación y agonía es la misma.
Un diálogo inolvidable: "- Si fueras un hombre, estarías ahí fuera buscando un trabajo.
- Si tú fueras un hombre, te patearía los dientes".
El autoestopista (1953)
Título original: The Hitch-Hiker
Dirección: Ida Lupino
Reparto: Edmond O'Brien, Frank Lovejoy, William Talman
Adapta una novela de: Está inspirada en un suceso real ocurrido en California a principio de los 50.
¿Por qué es un joya a redescubrir?: William Talman cuenta que una vez, parado en un semáforo, alguien se bajó de su coche y le propinó un puñetazo tras reconocer que era el protagonista de 'El autoestopista'. Y probablemente no fue porque no le gustara su actuación, sino porque el nivel de psicopatía y terror que alcanza en la película de Ida Lupino es imposible de olvidar, a la altura de los mejores villanos de la historia del cine.
Un diálogo inolvidable: "Tuve un reloj como este cuando tenía 17. Nadie me lo dio. Simplemente me lo quedé".
Manos peligrosas (1953)
Título original: Pickup on South Street
Dirección: Samuel Fuller
Reparto: Richard Widmark, Jean Peters, Thelma Ritter
Adapta una novela de: Samuel Fuller reescribió un guion de Dwight Taylor y se inspiró en su experiencia como periodista de sucesos en Nueva York.
¿Por qué es un joya a redescubrir?: Samuel Fuller fue un cineasta indomable, un completo adelantado a su tiempo que hizo de los estudios de cine su propio campo de batalla desde el que transgredir la moral y el cine de la época. Aunque esta sea una de sus piezas más clásicas, el atrevimiento con el que plantea una historia de amor imposible y una trama de espionaje comunista la convierten en una rara avis del género. Que se anticipara a 'Pickpocket' de Bresson con su escena inicial en el metro ya ejemplifica la categoría del cineasta del que estamos hablando, que se apoya en el antihéroe al que da vida el icónico Richard Widmark para adentrarse en los bajos fondos de Nueva York... pese a rodar la película en Los Ángeles. Cosas de genios.
Un diálogo inolvidable: "Así que eres comunista... ¿y a quién le importa? Tu dinero vale tanto como el de cualquier otro".
El beso mortal (1955)
Título original: Kiss Me Deadly
Dirección: Robert Aldrich
Reparto: Ralph Meeker, Albert Dekker, Paul Stewart, Juano Hernández, Maxine Cooper
Adapta una novela de: Mickey Spillane
¿Por qué es un joya que redescubrir?: Una carretera solitaria, una mujer grita en la oscuridad y un desconocido la recoge en su coche. Tras este extraño arranque entran los títulos de crédito iniciales, montados en sentido inverso, que nos invitan a sospechar que nada va a suceder como esperamos. Si nos da por pensar que es otra película de cine negro, nos equivocamos y toma rumbo a lo fantástico y paranormal, con un tono más próximo The Twilight Zone que al noir clásico. Ralph Meeker da vida a Mike Hammer, un arquetípico héroe de cine negro perdido dentro de una trama de Hitchcock.
Perseguido por sí mismo y por su intento de descubrir la verdad en torno a un accidente de tráfico, se verá envuelto en una red que gira en torno a una caja secreta que al abrirla desprende un fuerte haz de luz y de la que es mejor no ver su contenido. Una caja de pandora que, a ojos del espectador contemporáneo, recuerda al maletín de 'Pulp Fiction', del que brotaba una luz similar y del que nunca llegamos a ver lo que tenía dentro. Pero Tarantino sí que vio esta película, todo un ejemplo de la permeabilidad del género para expandir sus posibilidades y abrirse a lo desconocido.
Un diálogo inolvidable: "- Nunca estás a mi lado cuando te necesito.
- Tú nunca me necesitas cuando estoy a tu lado".
A tiro limpio (1963)
Título original: A tiro limpio
Dirección: Francisco Pérez-Dolz
Reparto: José Suárez, Luis Peña, Carlos Otero, Joaquín Navales, Gustavo Re, Carolina Jiménez
Adapta una novela de: Está inspirada en las actividades delictivas de la guerrilla urbana antifranquista.
¿Por qué es un joya a redescubrir?: El cine policíaco español fue uno de los géneros más prolíficos y estimulantes durante la dictadura. Surgieron directores como Ignacio F. Iquino ('Brigada criminal'), Julio Coll ('Distrito quinto') o el propio Francisco Pérez-Dolz, que se apropiaron de los códigos del noir de forma muy precisa para poder ofrecer personajes de dudosa moralidad y superar así la estricta censura franquista. El de 'A tiro limpio' probablemente sea el caso más destacado, no solamente por inspirarse en los maquis urbanos que todavía rondaban por Barcelona, a los que evidentemente no hay mención directa en el filme, sino por estar rodada en su práctica totalidad en exteriores (convirtiéndose también en un retrato de la época) y por la depuración formal y narrativa de su argumento, que concluye con un memorable tiroteo en una estación de metro.
Un diálogo inolvidable: "Todos estarán pensando que el domingo por la tarde cambiará su suerte. Nosotros también".
