Este fin de semana llega a las salas nacionales 'El baile de la victoria', película dirigida por Fernando Trueba y que ha sido seleccionada para representar a España en la próxima gala de los Oscar, presencia que tiene harto complicada si la comparamos con títulos como 'El secreto de sus ojos', 'La cinta blanca', 'Un profeta' o 'Mother'.
Por su parte, el nuevo largometraje del director de 'Belle époque' oscila entre una mescolanza de géneros bastante inverosímil, alternando de manera arbitraria el conato de suspense con el romance, el drama con connotaciones de retrato social con la comedia, todo ello conducido a través de una mescolanza de realismo mágico y western crepuscular que en ningún momento llega a fraguar como debería.
Audaz, desinhibida y finalmente fallida, 'El baile de la victoria' sucumbe ante su cúmulo de excesos, tanto interpretativos como visuales, en un film cuyos personajes y entramado apenas llegan a empatizar de manera puntual con el espectador, en un pouporrí coral con ecos de fábula arrítmico y ostentoso en su puesta en escena, pretendidamente lírico e impulsivo, pero en el fondo carente de un mínimo empaque.