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CULTO A SHYAMALAN

'El bosque': La alegoría del terror perfecta de Shyamalan que muy pocos supieron valorar en su momento

Reivindicamos 'El bosque', el título con el que Shyamalan polarizó opiniones en 2004 y que acabó siendo obra de culto.

Por Javier Parra González 30 de Julio 2019 | 10:30

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Habiéndose coronado como una de las grandes promesas del cine de género para el nuevo milenio, M. Night Shyamalan comenzaba este con honores. 'El sexto sentido' había conseguido el título de la película de terror más taquillera de todos los tiempos, 'El protegido' le había dado una vuelta de tuerca al concepto del superhéroe, y 'Señales' convencía a crítica y público como uno de los films sobre invasiones alienígenas más sugerentes en años.

El bosque

Quién iba a decir unos años antes que el hombre que empezó en Hollywood como el guionista de 'Stuart Little' iba a lograr en tan solo cuatro años conseguir que su nombre fuese asociado a una marca personal y con identidad propia dentro del género, el cual había estado modulando a su antojo siguiendo los cánones estrictos del cine de terror y el fantástico, pasando a ser el uso del plot twist una de sus señas de identidad.

Tal y como ha venido pasando desde hace décadas con aquellos cineastas cuyas propuestas han removido el género, en el momento de estrenar su tercera película Shyamalan contaba ya con tantos detractores como fieles seguidores que esperaban con ansias lo nuevo del realizador. Y como había pasado con sus anteriores títulos, el secretismo que había rodeado el rodaje de esta fue una de las principales bazas que elevaron el hype por ella.

El bosque

Concebida en un primer momento como 'The Woods' en su título original, este cambió por el de 'The Village' con la intención de que no hubiese confusiones con el título que Lucky McKee también estrenaría ese mismo año, algo que la traducción española (como viene siendo costumbre) pasó por alto y optó por lo que hubiera sido la traducción de su título original. Así fue como 'El bosque' llegaba a los cines en 2004 (tras su estreno veraniego en gran parte del mundo, por aquí fue uno de los estrenos de septiembre del mismo año).

Con un casting liderado por Bryce Dallas Howard, Joaquin Phoenix, Adrien Brody, Sigourney Weaver, William Hurt y Brendan Gleeson, después del horror sobrenatural y sus coqueteos con la ciencia ficción en sus anteriores propuestas, Shyamalan nos llevaba hasta Covington, una localidad aislada entre una inmensidad de bosques en la Pennsylvania del siglo XIX. A modo de fábula de terror que bien podría haber formado parte de una colección de leyendas y cuentos de la Norteamérica contemporánea, nos encontramos ante una serie de mujeres y hombres que viven bajo la ley del terror por culpa de la amenaza constante que supone el hecho de que unas temibles criaturas habiten en el bosque circundante.

El bosque

No vestir de rojo con el fin de no atraerlos, no acercarse al bosque y hacer caso a la campana de emergencia conforman las tres reglas que dan vida a esa política del miedo, que podría servir también como especie de crítica social ante el control de los poderosos sobre el pueblo. Dicho control será el que se descubra ante nosotros con el ya esperado giro final que nos tenía preparado el director, y pese a que levantase una incomprensible retahíla de reproches, es lo que logrará que ese discurso sobre el horror se refuerce al definir por completo 'El bosque' como una película sobre el control a través del miedo.

En un inesperado giro de los acontecimientos, Ivy Elizabeth, la protagonista invidente que Bryce Dallas Howard convirtió en icónica, será enviada a cruzar el bosque con la misión de conseguir una medicina para ayudar a Lucius (Phoenix), cuya vida corre peligro tras haber sido herido con un cuchillo por el mentalmente inestable Noah Percy (Brody). Convertido el espectador en una especie de lazarillo acompañante de Ivy, será en el momento en el que ella cruce un extraño muro cuando se revele que Covington es en realidad una aldea dentro de una reserva natural en el mundo de hoy en día, y cuyos dirigentes fundaron en la década de 1970.

El bosque

Alegoría social

Unidos por una serie de tragedias y traumas que achacaron a la podredumbre de la sociedad, aquella suerte de prohombres fundadores (con el beneplácito del gobierno mediante el acuerdo de preservar en secreto su existencia), como si se tratase de aquellos colonizadores del pasado que llegaban a tierras remotas que les brindaban oportunidades para construir una nueva vida, optaron por construir una nueva sociedad dentro de una burbuja de mentiras, contenida por el miedo que infundía aquello que quedaba tras sus fronteras.

Ese aislamiento del mundo real convierte el relato de la América rural decimonónica en algo que bien podría llegar a adscribirse al American Gothic, cambiando el choque cultural entre urbanitas y sureños por el de la tradición frente a la vida moderna. Esa que se vertebra a partir de lo amoral y una total pérdida de los valores que deberían impregnar el espíritu de cualquier comunidad. Shyamalan juega entonces con el espectador, y pese a las voces que en su momento se unían tachando al cineasta de tramposo, la forma en la que hilvana el discurso del miedo para acabar revelando que esos monstruos ficticios no son otra cosa que una alegoría de lo monstruosa que puede llegar a ser la humanidad, es lo que convierte a 'El bosque' en una de esas piezas cinematográficas con la capacidad de trascender gracias a todo el mensaje que va a ella ligado.

El bosque

Porque, al parecer, sustentar una historia en torno a una premisa que acaba revelada como una mentira, no sería algo con lo que parte de la crítica estuviese de acuerdo (sin ir más lejos, el crítico Roger Ebert la incluyó en su lista de películas más odiadas de todos los tiempos), como si en esta ocasión Shyamalan hubiese ido más allá en aquello de querer sorprender con su giro final y sin tener en cuenta que la película cuenta con varias escenas convertidas en icónicas gracias a la poesía que desprenden sus imágenes, las cuales no hacen otra cosa que dejarnos un camino de pistas acerca de cómo la fe ciega y el miedo siguen siendo dos elementos totalmente arraigados a la condición del ser humano.

Rodada con 60 millones de dólares, fueron más de 256 los que acabó recaudando en todo el mundo, convirtiéndose por aquel entonces en la tercera película más taquillera en la carrera de Shyamalan. Serían sus posteriores reivindicaciones las que acabarían por situar la película entre uno de los títulos de género (porque sí, pese al giro final, 'El bosque' es género puro) que mejor han calado en el imaginario popular contemporáneo, alcanzando cierta aura de culto que nunca está de más reivindicar, como podría pasar con casi toda la filmografía del maestro Shyamalan.