Las franquicias no pueden alargarse hasta la saciedad a pesar del deseo de los estudios, ya que puede haber impedimentos imposibles de solventar que pongan freno a una cadena de posibles películas. Uno de esos obstáculos es el paso del tiempo.
Los huéspedes de 'El exótico hotel Marigold' son intérpretes de avanzada edad, de hecho algunos como Judi Dench o Maggie Smith ya superan los ochenta años, así que una tercera entrega estaba en duda. Ha sido John Madden, director de ambas películas el que ha confirmado que lo mejor que pueden hacer los espectadores es olvidarse de una secuela, como informa The Guardian: "Me quitaría cualquier expectación de una tercera película ahora mismo."
El mayor problema es el envejecimiento de su reparto, que hace que el rodaje sea en lugares exóticos sea una tarea complicada: "Estás tratando con elevadas temperaturas, mucho caos y ruido, y las cosas como esas son difíciles de controlar." De hecho, ya temía que ocurriera algo en la secuela: "Tenemos que tomarnos en serio esas cosas porque hay una fragilidad que no nos tomamos a la ligera y fue un gran alivio cuando terminamos la segunda que nadie hubiera caído enfermo o se hubiera lesionado."
Potencial frustrado
La secuela ha recaudado 85,97 millones de dólares en todo el mundo, 50 millones menos que su predecesora, pero aun así su presupuesto de producción de 10 millones la hace más que rentable. Pero hay que saber cuándo parar: "La gente habla del mundo de las franquicias como si se pudiera extender hasta el infinito y eso me incomoda porque una secuela es una palabra que no suelo utilizar porque sugiere que estás haciendo la misma película otra vez."