Después de trece años, la Policía Federal de Estados Unidos (FBI) ha recuperado los zapatos rojos que luciese Judy Garland en 'El mago de Oz', donde la actriz interpretó a Dorothy. Estos zapatos se encontraban en un Museo de Minnesota y formaban parte de una colección dedicada a Garland, cuando fueron robados en agosto de 2005.
El FBI ha anunciado este martes 4 de septiembre, que después de varios años han conseguido recuperar "una pieza muy preciada de América", los zapatos que llevó Judy Garland en 'El mago de Oz'. Jil Sanborn, el agente especial a cargo de la División de Minneapolis del FBI, ha dicho lo siguiente en un comunicado: "Los zapatos de Dorothy son una pieza valiosa de la cultura estadounidense. Esperamos que la gente pueda ayudarnos a llevar ante la justicia a los responsables del robo".
Después de que los zapatos fueran robados del museo, no se supo más de ellos hasta que el año pasado un individuo ofreció a este centro más información sobre el atraco. Además, en el comunicado, el FBI señala que el robo se realizó con la intención de extorsionar a Markel Corporation, los dueños de los zapatos.
En el mundo existen cuatro pares de zapatos rojos que Garland llevó en la película. Uno de ellos se encuentra expuesto en el Museo Smithsonian de Washington, mientras que otro par lo consiguieron Leonardo DiCaprio y Steven Spielberg para su futura exhibición en el Museo de la Academia de Hollywood. Los otros dos restantes forman parte de colecciones privadas.
La importancia de los zapatos en 'El mago de Oz'
Después de que un tornado asole a su granja, Dorothy (Judy Garland) aparece en el mágico mundo de Oz junto a su perro Totó. Allí comienza una gran aventura acompañada del león cobarde, el espantapájaros y el hombre de hojalata. Dorothy adquiere los zapatos de color rubí cuando la Bruja Mala del Este muere aplastada por su casa, y se convierten en el elemento clave para que la joven pueda regresar a su hogar y con los suyos. Para que esto ocurra, Dorothy ha de portar los zapatos y golpear los talones tres veces diciendo: "Se está mejor en casa que en ningún sitio".
Curiosidades de 'El mago de Oz'
La bruja más malvada
Uno de los elementos más destacados de 'El mago de Oz', y hablamos de una película repleta de ellos, era la Bruja del Oeste interpretada por una entregada Margaret Hamilton, un personaje capaz de colarse en las pesadillas de cualquier niño. Y de cualquier adulto.
De hecho, ese terror absoluto que transmitía la villana del relato era tan convincente en el primer montaje de la película que, cuando los principales responsables del estudio Metro Goldwyn Mayer lo vieron, pidieron que numerosas escenas en las que aparecía fueran eliminadas por completo. Nos quedamos con menos raciones de la Bruja, pero ahorramos sufrimiento.
Sin regreso a Oz
A pesar de las dudas iniciales que tenía el estudio, 'El mago de Oz' tardó muy poco en convertirse en uno de los grandes éxitos cinematográficos del año 1939, entusiasmando a millones de espectadores alrededor del mundo. Un deslumbrante triunfo que, por supuesto, ocasionó la urgencia de los productores por empezar a trabajar en una secuela.
Sin embargo, esta ansiada segunda parte nunca se convirtió en realidad por culpa de, o gracias a, Judy Garland y Margaret Hamilton. Su negativa a participar fue un golpe definitivo para tumbar un proyecto que, probablemente, no habría conseguido los excelsos resultados de su predecesora.
Sacrificios generales
'El mago de Oz' desprende el aroma del cine más mágico, melódico y entusiasta. Todo lo contrario que su rodaje, algo similar al Apocalipsis. Una batalla diaria de la que algunos de sus intérpretes principales salieron especialmente heridos. Dos ejemplos: Jack Haley, el hombre de hojalata, sufrió una grave infección ocular por culpa de su maquillaje, el cual, además, era tan rígido que, cuando el actor quería descansar, solamente podía dejarse caer sobre una pared.
Un infierno similar al que pasó Margaret Hamilton, la Bruja, quien tuvo que someterse a una dieta líquida durante todo el rodaje para evitar así ingerir la más mínima cantidad de pintura que tenía que ponerse encima para transformarse en su personaje.
En verso
'El mago de Oz' podría haber sido una película completamente diferente si hubiera caído en manos de Ogden Nash, un poeta norteamericano que, a petición de los productores de la cinta, se puso manos a la obra con un guión en verso. Por supuesto, cuando en el estudio leyeron el libreto decidieron que, quizá, era más idóneo dejar las rimas para otro momento. Mejor así.
Desequilibrio financiero
Hablemos de cifras. Durante esa época, Hollywood vivía una edad dorada basada, principalmente, en demostrar su poderío y grandeza absoluta en cada una de las películas que nacían en su interior. Y 'El mago de Oz' no fue una excepción. 2.777.000 dólares, ese fue el presupuesto de la cinta de Victor Fleming, una cantidad abrumadora incluso para los datos que se manejaban en aquellos años.
En cualquier caso, es casi más importante analizar la forma en la que se gastó ese dinero, especialmente en relación a los salarios que se pagaron durante el rodaje. Y es que, en una decisión absolutamente incomprensible, ofensiva e indefendible, mientras el encantador perrito Toto recibía 125 dólares a la semana, los enanos que interpretaron a los inolvidables Munchkin tenían que conformarse con 50. Un auténtico escándalo.
Metidos en los personajes
¿Qué sería de 'El mago de Oz' sin el espantapájaros, el león y el hombre de hojalata? Pues, si hubierais preguntado a los tres actores que se encargaron de meterse en sus pieles, Ray Bolger, Bert Lahr y Jack Haley, respectivamente, algo mejor. Mucho mejor.
Y es que, debido a la dificultad que suponía cada una de estas caracterizaciones, los intérpretes estaban obligados a no quitarse el traje en ningún momento del rodaje, lo que ocasionó numerosos sustos de trabajadores de la Metro-Goldwyn-Mayer que se encontraban de repente con alguno de ellos. Una auténtica aventura pasear por los pasillos del estudio.
Rodaje infernal
Ya estamos comprobando que el rodaje de 'El mago de Oz' no fue, precisamente, una fiesta. Por si quedaba alguna duda, hablemos de las jornadas laborales impuestas por el estudio.
Cinco meses de filmación durante los que se trabajaban seis días a la semana, con horarios que comenzaban a las cuatro de la mañana y finalizaban a las nueve de la noche, en sets donde la temperatura era de más de cuarenta grados. Un calor insoportable ocasionado por las luces que se tenían que utilizar para rodar en technicolor que supuso la guinda a este pastel envenenado.
En llamas
Participando en el siempre temible juego de comparar sufrimientos, está claro que Margaret Hamilton fue la persona que peor lo pasó durante el rodaje de 'El mago de Oz'. Y mira que había candidatos para conseguir este nada envidiable honor.
Pero es imposible luchar contra una actriz que terminó hospitalizada al sufrir graves quemaduras mientras rodaba una escena en la que su personaje, la Bruja del Oeste, desaparecía en medio de una nube de humo. Por supuesto, Hamilton dijo que no volvería a acercarse a ninguna parte del set en la que hubiera una sola posibilidad de volver a quemarse. Comprensible.
Por el bien de los gatos
¿Veis ese rostro que ilustra la noticia? Es imposible que haga algo malo, ¿verdad? Transmite pura bondad, es el hombre de hojalata de 'El mago de Oz', ¿qué podría hacer que no nos provocara ganas de abrazarle y ayudarle a conseguir su ansiado corazón? Pues, por lo visto, asesinar animales inocentes. Tal cual.
Y es que, desde el estudio responsable de la película, se decidió eliminar del montaje final una escena en la que el personaje mataba y despedazaba a un gato, un instante terrorífico que aparecía en la novela original de Frank Baum. Una decisión acertada. Aun así, mirad de nuevo a los ojos de la foto si os atrevéis.
Reconocimientos
Venga, vamos a quedarnos con lo positivo. No todo iba a ser El Horror en 'El mago de Oz', y por eso conviene finalizar este especial descubriendo alguno de los múltiples honores con los que cuenta esta obra maestra. Por ejemplo, en 2008, el American Film Institute la colocó en el puesto número uno de las mejores películas de fantasía de la historia del cine y la sexta en su ranking general.
Por su parte, el Observer Music Monthly nombró a la banda sonora de la cinta como la más memorable de todos los tiempos. Una línea de devoción que continuó el British Film Institute, situándola en el número 10 de 50 películas que tienes que ver antes de cumplir los quince años. Por último, la UNESCO decidió en 2007 que 'El mago de Oz' era patrimonio cultural de la humanidad. Imposible quitarle la razón.