Algo tiene la tragedia para definir los mejores romances de nuestra historia. Los finales felices parecen algo destinado a la comedia y la realidad no finaliza con parejas designadas a unirse hasta que la muerte los separe. Nos gusta sufrir, nos gusta ver a los protagonistas luchando contra todo, debatiéndose entre una relación correcta y un amor arrasador. Y es que cuando una pasión es tan devastadora, traspasa la gran pantalla para arrastrarnos con los protagonistas.
'El paciente inglés' tiene todos los ingredientes de una gran tragedia, y no estamos desvelando la trama al tener como narrador a un hombre totalmente quemado y al borde de la muerte. Ése es el Conde Laszlo de Almásy, géografo que a finales de la Segunda Guerra Mundial es abatido en pleno vuelo y que acaba en las manos de una dulce enfermera esperando su muerte en un antiguo monasterio. Ambos nos mostrarán dos caras del romance, pero siempre con las mismas bases: sufrimiento y pasión.
Amor en la arena
El desierto es el gran protagonista de la película, desde la dureza que supone la vida en él hasta los singulares paisajes que define. Aquí la arena es la responsable de unir a los protagonistas, de separarlos y de cambiar sus vidas para siempre, pero también firma la fantástica fotografía, clave para mostrarse como el telón de fondo de esta tragedia.
Ralph Fiennes es la personificación del tormento en esta historia, desde su sufrida postración en una cama, narrándonos su affaire y su supuesta posición de espía. Sin embargo, no todo es drama en este romance, ya que el lado más fresco y estimulante nos llega de la mano de la maravillosa Juliette Binoche. Y es que si una sonrisa pudiera aliviar todos nuestros males, esa sería la de la enfermera Hana, que a pesar de todo su bagaje personal logra hacer frente a la realidad y exprimirla, dejándonos maravillosas escenas como su viaje de luces y sombras descubriendo los frescos de una antigua iglesia.
Si hay un pero que ponerle a 'El paciente inglés' es su duración, 162 minutos no aptos para los aficionados al ritmo desenfrenado. Minghella nos narra con calma esta historia, pasando del pasado a la actualidad sin miramientos y dejándose seducir por los paisajes Túnez en su justa medida. Porque su duración puede ser excesiva, pero pocas escenas de su metraje son prescindibles, y el constante avance de la historia no defraudará a los que estén dispuestos a paladear esta cinta.
'El paciente inglés' no es sólo uno de los mejores romances de los noventa, sino uno de los más cuidados y exquisitos, cuyo aroma a cine clásico se desprende en cada fotograma. Porque la historia de Laszlo de Almásy es como hacer el amor, se disfruta más con calma y dejándose llevar por las sensaciones.
Club de Cine: Próximas entregas
9 de febrero: 'West Side Story'
14 de febrero: 'Lo que el viento se llevó'
16 de febrero: 'El Señor de los Anillos: El retorno del rey'
21 de febrero: 'Ben-Hur'
23 de febrero: 'Titanic'