'El Pingüino' ha terminado por todo lo alto. El octavo y último episodio, titulado 'Algo grande o nimio', es uno de los más potentes que se recuerdan en una serie del género de superhéroes, con unas actuaciones y un guion que terminan de consolidar el gran nivel de 'The Batman Epic Crime Saga', el universo Batman de Matt Reeves.
En este artículo vamos a analizar todo lo que sucede (que es mucho) en el final de 'El Pingüino', y qué bases sienta de cara a 'The Batman: Part II', donde se resolverán muchos de los cabos sueltos que ha dejado la serie.
Oz Cobb le gana la partida a Sofía Gigante
El final explosivo de la serie es la consecuencia directa de la explosión (literal) del capítulo 7. Después de que Sofía Gigante (Cristin Milioti) arrase con el laboratorio del Pingüino en los túneles subterráneos de Crown Point, Oswald Cobb (Colin Farrell), que tiene más vidas que un gato, es capturado por los hombres de Gigante tras sobrevivir a la explosión. Pero también logrará escapar de aquí, aunque a un coste alto en lo personal, como veremos más adelante.
Es entonces cuando se da cuenta de que esta guerra no se gana con las armas, sino con la política. Para ello, recurre al concejal al que ya amenazó en el anterior episodio ofreciéndole un trato: impunidad a cambio de culpar a Sofía Gigante de lo sucedido en Crown Point y de la muerte de los Maroni. ¿Es verdad esa historia? A ninguno de ellos les importa, pero es un relato perfecto para aupar a ambos en sus objetivos.
Para la segunda parte del plan entran en juego las bandas que rigen cada distrito de Gotham. Sus capos solo se arriman a la sombra que más cobija. Al principio parece ser la de Oz, luego la de Sofía, que llega a ofrecer el dominio de Gotham a quien atrape a su rival. La clave está en las segundas espadas, como bien intuye la del Pingüino, Vic (Rhenzy Feliz). Él será quien anime a Link (Robert Lee Leng) y al resto de subjefes a rebelarse contra los capos y aliarse de forma definitiva a Oz Cobb. Sin fuerza en las calles y usada como arma arrojadiza políticamente, el Pingüino tiene a Sofía Gigante donde más le conviene: de vuelta a Arkham.
Un ser despiadado
Decía Colin Farrell en una entrevista que entendía a quienes estaban empatizando con Oswald Cobb al principio de la serie, pero que le sorprendería si siguieran en su barco al final. Ahora sabemos que no solo lo decía por los adeptos que ha logrado Sofía Gigante, sino porque el final de 'El Pingüino' evidencia que Cobb es un ser cruel e inhumano, y que, a diferencia de lo que Sony nos ha querido inculcar últimamente, los villanos son villanos y funcionan bien así, no hace falta reconducirlos al heroísmo.
Si el séptimo episodio nos revelaba que fue Oswald quien dejó morir a sus hermanos, en el octavo descubrimos que Francis Cobb (Deirdre O'Connell) supo poco después lo que hizo su hijo, aunque él nunca lo haya confesado. Cuando los hombres de Sofía Gigante atrapan a Cobb tras la explosión, lo llevan junto a su madre para le cuente la verdad sobre el final de sus hermanos. Hasta amenazan con cortarle un dedo a Francis, que harta de la farsa desvela a Oz que siempre lo supo y que le odia desde entonces.
Poco parece importarle esta confesión a Oswald, que sigue sin admitir lo que hizo. Él se mantiene empeñado en darle a Francis la vida de lujo que le prometió y que esta le diga por primera vez que está orgullosa de él. Lo primero lo 'consigue', lo segundo debe buscarlo en Eve (Carmen Ejogo), que se disfraza de su madre para que Cobb reciba ese falso cariño y permitirle vivir disociado. Decimos que lo 'consigue' porque la realidad es mucho más cruenta: Francis ha sufrido un derrame cerebral y está obligada a pasar el resto de su vida con el hijo al que detesta, postrada en una cama.
Pero el gran giro del capítulo que nos deja helados y que demuestra lo despiadado del personaje tiene que ver con Víctor Aguilar. Tras haber sido su fiel mano derecha y haberle ayudado a lograr sus objetivos, el Pingüino asesina a sangre fría a Vic en mitad de la noche de Gotham. Y lo hace justo después de que el joven hable del vínculo familiar que se había forjado entre los dos. Ya sea porque no quiere que en un futuro le traicione como ha sucedido en las otras bandas, o porque en este negocio no hay hueco para los sentimientos, la forma de ahogar a Vic mientras este pide clemencia está a la altura de las mejores películas de mafia de la historia. Oswald Cobb siempre será El Pingüino.
Tramas abiertas para 'The Batman: Part II'
Si bien 'El Pingüino' hace de puente entre 'The Batman' y 'The Batman: Part II', Matt Reeves se ha preocupado en no caer en uno de los principales errores del UCM, la sensación de tener que haber visto todo para enterarte de lo que viene después. Los sucesos de 'El Pingüino' están ligados con 'The Batman: Part II', pero no hasta un extremo en el que una producción no se entienda sin la otra.
Aun así, hay un par de asuntos que quedan en el aire en el final de la serie que posiblemente se tratarán en la secuela protagonizada por Robert Pattinson. Lo primero es que hay un nuevo rey en los bajos fondos de Gotham, Oswald Cobb, y seguro que Batman tiene mucho que decir al respecto. Solo hay que ver la última escena de la serie, en la que, con el Pingüino en la cúspide del éxito, se activa al fondo la Batseñal.
Pero, sin duda, lo más interesante que nos deja el octavo episodio de cara al futuro es la carta que recibe Sofía Gigante en Arkham y que confirma que su personaje estará presente en las próximas películas de la saga. Una carta escrita ni más ni menos que por Selina Kyle, Catwoman (Zoë Kravitz), que es su media hermana. No sabemos el contenido de la misma, pero sí que hace sonreír y mucho a Sofía. ¿Qué le habrá dicho Selina? ¿Se unirán las hermanas? Tocará esperar al menos hasta el 2 de octubre de 2026, fecha de estreno de 'The Batman: Part II'.