11 nominaciones y 11 premios. Solo 'El Señor de los Anillos: El retorno del rey' puede alardear de una hazaña así en los Oscar. Igualó el número de reconocimientos de 'Ben-Hur' y 'Titanic', además de convertirse de esta forma en la tercera película ganadora de todas las candidaturas a las que optaba. Peter Jackson, cerraba con esta noticia un proyecto cinematográfico plagado de éxitos, teniendo en cuenta que, como comentamos en eCartelera, la tercera entrega de su saga es también la cuarta película más taquillera de la historia.
No he conseguido leerme 'El Señor de los Anillos'. No me avergüenzo de declararlo. 'El Hobbit' sí lo he consumido gratamente, pero la espesura de Tolkien no es de mi agrado. ¿Tiene esto algo que ver con mi juicio hacia la trilogía cinematográfica? En absoluto, pero me parece necesario especificarlo para que sepáis que en esta crítica no hay ni una sola pega en cuanto a su fidelidad o no como adaptación. La valoraré únicamente como película, algo que a fin de cuentas me parece lo justo, hubiera leído o no la obra original.
Por todo lo alto
Pura épica. Eso es 'El retorno del rey'. El que fuera director de cintas de bajísimo presupuesto de cine gore, firmó entre 2001 y 2003 una saga ambiciosa, muy ambiciosa. Rompiendo completamente con sus primeros trabajos, nos encontramos con un Jackson con ganas de epicidad, música orquestada, efectos especiales punteros y grandes, muy grandes batallas. No es que sea un Jackson megalómano, la historia que quiere contar lo necesita. Es imposible desligar 'El Señor de los Anillos' de esa grandiosidad, casi poética. Y mucho menos 'El retorno del rey', una tercera parte que lleva hasta el último de los extremos el sello característico de las dos anteriores.
La aventura que lleva a Frodo, Elijah Wood, hacia el Monte del Destino para destruir el anillo está a punto de terminar. Se combinan dos cruzadas en este último capítulo: la de los orcos por conseguir el poder en la Tierra Media, implicando la lucha de los humanos en Minas Tirith, y la de los dos hobbits, que continúan su viaje hacia Mordor con Gollum.
La trama de Minas Tirith aporta emocionantes momentos - la mayoría de la mano de Pippin y Gandalf - y enormes batallas, pero no hay nada más épico que la travesía solitaria de dos hobbits y un extraño ser que parece debatirse entre el bien y el mal. Cuando la película se centra en Frodo y Sam, nos brinda los mejores instantes. No quiere decir que el resto del metraje desmerezca demasiado, pero no es hasta que Aragorn y compañía se encaminan a luchar en Mordor que ambas tramas cogen el mismo poder y fuerza.
Planteamiento, nudo y desenlace. Aunque 'El retorno del rey' sea la tercera parte de una trilogía que cuenta una misma historia muy larga, también tiene el clásico desarrollo cinematográfico. Y me atrevería a decir que su planteamiento se excede un poco. Prácticamente una hora de preparación para un campo de batalla del que ya nos llevábamos preparando dos películas. No es que sea aburrido, Jackson sabe controlar el entretenimiento para que esto no ocurra, pero sí que puede llegar a tornarse algo pesado. Incluso gran parte de su nudo se me antoja reiterativo, ya que la mencionada batalla de Minas Tirith deja sensación de déjà vu. No hay demasiadas razones para que la notemos mucho más definitiva que el resto de las que hemos visto con anterioridad, de hecho hay bastantes semejanzas con ellas. Y no, no tengo esa queja con la última de las gestas.
Aunque hay muchísimos momentos increíbles antes del acto final, es durante el mismo cuando la película explota. Imposible encontrarle pega alguna, es el instante que se llevaba esperando desde el principio. Aunque estoy hablando del desenlace. Del primero de ellos. Porque la película tiene cuatro finales. Como mínimo.
'El Señor de los Anillos' no sabe cuándo acabar. Siendo extremistas, la película hubiera tenido su broche perfecto cuando llegan las águilas. La siguiente escena sobra de cualquiera de las formas. Justo unos momentos antes habíamos asistido al momento más emocionante de toda la trilogía, protagonizado por los dos hobbits. ¿Eran realmente necesarios esos encuentros tan lacrimógenos? Y lacrimógenos en el peor sentido, en el sentido más gratuito. El contraste entre esa genial escena precedente y las posteriores es inmensa. Música bonita, gente sonriendo y Peter Jackson poniendo el piloto automático de hacer finales felices. Sí, probablemente la última de las escenas sea más que necesaria, de lo que dudo enormemente es de la necesidad de hacer un epílogo de casi 30 minutos.
Prácticamente insuperable en lo suyo
'El retorno del rey' es una gran película. Un cierre increíble para una saga alucinante. Sus fallos apenas empañan una frenética montaña rusa. La banda sonora de Howard Shore es espectacular, las actuaciones cumplen con nota - aunque no son tampoco lo que más destaca - y las 3 horas de entretenimiento están aseguradas.
No significa eso que esta película sea una especie de cumbre del cine. En absoluto, aunque las faltas que he ido enumerando durante la crítica son aspectos casi menores - irónicamente, el caso del epílogo largo se soluciona si ves las tres películas de una sola vez y el del parecido entre batallas si ves 'El retorno del rey' aislada del resto -, también se podrían destacar otras que sí la hacen bajar de nivel. Gente salvándose en el último momento, discursitos de guerra y esa clase de tópicos. No hay que tenerlos muy en cuenta precisamente porque 'El retorno del rey' se nutre de estas cosas para reforzar su orquestada epicidad y para crear un ambiente que se aleja mucho del aburrimiento. Es decir, le viene estupendamente, pero es lo que la hace diferenciarse de otro tipo de cine que probablemente esté por encima.
Club de Cine: Próximas entregas
21 de febrero: 'Ben-Hur'
23 de febrero: 'Titanic'