Ridley Scott piensa que la mala acogida de 'El último duelo' se debe al público millennial. Así lo expuso el pasado lunes 22 de noviembre en el podcast de Marc Maron explicando que "los millennials no quieren que se les enseñe nada a menos que se lo digan en el teléfono móvil (...). Creo que estamos en una mala dirección, es algo que pasa cuando se le ha dado el tipo de confianza equivocado a esta última generación".
La película protagonizada por Matt Damon, Adam Driver, Ben Affleck y Jodie Comer solo ha recaudado 27 millones de dólares en todo el mundo con un presupuesto de 100 millones, lo que podría provocar pérdidas millonarias.
Cuando Maron dio a entender que el fracaso en taquilla podía deberse a la campaña de promoción desempeñada por Disney, el cineasta mostró su desacuerdo y elogió a la compañía: "Disney hizo un trabajo de promoción fantástico. A los jefes les encantó la película, porque me preocupaba que no fuera para ellos, pero les gustó mucho la película, por lo que su publicidad, etc., fue excelente".
No lee críticas
Scott también admitió que no se arrepentía de haber dirigido ni esta ni ninguna otra película de su carrera: "Todos pensamos que era un guión fantástico y lo logramos. No se puede ganar siempre. En lo que a mí respecta, nunca me arrepiento de ninguna película que haya hecho. De nada. Aprendí muy pronto a ser mi propio crítico. Lo único sobre lo que deberías tener una opinión es sobre lo que acabas de hacer. Aléjate. Asegúrate de estar feliz. Y no mires atrás. Ese soy yo".
Sobre este tema también quiso apuntar que 'Blade Runner', uno de sus largometrajes más famosos, fue objeto de duras críticas y ahora es considerada una obra de culto: "[En 1982] hice una película llamada 'Blade Runner'. Fue mi tercera película. Bastante jodidamente buena. Fui asesinado. Me mató [la crítica de cine] Pauline Kael, que ni siquiera me conocía. Ella nunca me había conocido y de repente leí este artículo en el New Yorker, que es una revista muy elegante. Lo leí y hay una serie de insultos de cuatro páginas. Lo enmarqué. Está en mi oficina ahora mismo".
Tras este suceso el director no ha vuelto a leer ningún tipo de opinión sobre sus trabajos: "Nunca leo críticas. Nunca más volví a leer crítica porque estaba muy equivocada. Estaba muy por delante de ella"., concluyó.